Neodesarrollismo: ¿Hacia donde vamos?

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Theotonio dos Santos*

Servicio Informativo “Alai-amlatina”

“Para poner en práctica políticas tan impopulares, se necesitó de dictaduras militares o gobiernos de fuerza en general…”

El debate sobre
> > el desarrollo vuelve a ocupar una posición central en las
> > ciencias sociales y en la política latinoamericana.  Él se
> > ubica hoy día en el marco de la oposición entre las
> > políticas de desarrollo y el dominio del capital financiero
> > asentado en una “ortodoxia” monetarista bastante discutible
> > por los efectos negativos que ha producido en la región.
> >
> > Es muy interesante constatar la preocupación creciente de la
> > región sobre la cuestión del llamado “desarrollo económico-
> > social”.  En realidad está en el orden del día la
> > recuperación del crecimiento económico en una región que se
> > caracterizó por un alto patrón de crecimiento en los años 30
> > a 70 del siglo XX.  Al mismo tiempo, en las décadas del 80 y
> > 90 y comienzos del siglo XXI, tenemos una caída colosal de
> > nuestro nivel de crecimiento, muchas veces inferior al
> > crecimiento de la población, configurando una rebaja del
> > ingreso per capita.
> >
> > Es evidente que la caída del crecimiento está conectada con
> > el aumento de la deuda externa registrado al final de los
> > 70s y comienzo de los 80s, como resultado de la
> > renegociación de las deudas anteriores a altísimas tasas de
> > interés internacionales.  Durante la década del 80 hemos
> > enviado centenares de miles de millones por concepto de pago
> > de intereses.  Para lograrlo, nos hemos sometido al llamado
> > “ajuste estructural” que consistía en el aumento de nuestro
> > superávit comercial para pagar estos intereses.
> >
> > Es evidente el contenido social negativo de esta política de
> > contención de la demanda interna, particularmente de los
> > salarios y de los gastos públicos.  Para poner en práctica
> > políticas tan impopulares, se necesitó de dictaduras
> > militares o gobiernos de fuerza en general, se quebró el
> > impulso de desarrollo del capital industrial naciente y de
> > una clase media que apostara a la expansión de la economía y
> > al desarrollo de nuevas actividades económicas.  Se
> > consolidaba así el cuadro de “reacción” en contra de las
> > formas más avanzadas de desarrollo socioeconómico, iniciado
> > con el régimen militar en Brasil, en 1964, a través del cual
> > se selló un compromiso de sangre entre el capital industrial
> > naciente y los intereses del capital internacional en toda
> > la región.
> >
> > Las renegociaciones de la deuda externa iniciadas en los
> > años 1986-90 permitieron desahogar, en parte, esta situación
> > con la rebaja de la tasa de interés en Estados Unidos y las
> > concesiones realizadas finalmente por los acreedores,
> > apoyados por sus Estados nacionales, cada vez más sometidos
> > a los intereses del capital financiero.
> >
> >
> > Desgracias
> >
> > El llamado Consenso de Washington, que se diseñó en 1989,
> > abrió el camino para una nueva aventura económica de la
> > región.  Cuando la tasa de interés mundial se rebajaba
> > drásticamente, optábamos por una política de aumento de la
> > tasa de interés interna para atraer capitales del resto del
> > mundo con el objetivo de cubrir un déficit comercial que
> > generamos con políticas económicas de sobrevalorización
> > cambiaria.
> >
> > Los capitales financieros de corto plazo vinieron
> > rápidamente para expropiar nuestras reservas acumuladas con
> > la suspensión del pago de intereses.  No siendo suficiente
> > tales facilidades, exigieron también la venta de nuestras
> > empresas públicas para abrir camino a sectores económicos
> > que implantaron nuevas tecnologías y por lo tanto,
> > obtuvieron una alta rentabilidad pues tenían le monopolio
> > tecnológico.  La telefonía y las comunicaciones en general,
> > la electricidad y las fuentes de energía en general, las
> > materias primas fueron los principales áreas donde se operó
> > la entrega de riquezas a cambio de nada.  Los recursos
> > incorporados a las arcas fiscales fueron rápidamente
> > absorbidos por el pago de colosales tasas de interés
> > internas a los capitales foráneos.
> >
> > Estas desgracias fueron sentidas drásticamente por la
> > población que, después de un período de ilusión provocado
> > por la entrada de importaciones y capitales de corto plazo y
> > por los efectos deflacionarios de la política económica en
> > curso en todo el mundo, finalmente votaron masivamente en
> > contra de las políticas del Consenso de Washington.
> >
> > Con el tiempo, lo único que quedaron fueron las arcas vacías
> > de nuestros gobiernos, las deudas externas crecientes cuando
> > salieron masivamente los capitales que entraron
> > momentáneamente, la caída drástica de la renta nacional.
> > Pero lo más dramático es el forcejeo por mantener las altas
> > tasas de interés cuando ya no hay reservas ni empresas que
> > vender.  Ellas no logran atraer capitales del exterior y
> > alimentan un gigantesco sistema financiero creado en torno
> > de la deuda pública, fuente de transferencia de recursos de
> > la población hacia los especuladores, convertidos en señores
> > de la nación a través de un mecanismo llamado de “mercado”.
> >
> > En el momento actual, el capital productivo lucha para
> > sacarse de encima este sistema de succión de recursos.  Pero
> > estos sectores del capital productivo se comprometieron muy
> > seriamente con esas políticas en sus fases virtuosas para
> > los capitales en general.  Ahora tienen dificultad para
> > presentar una resistencia política a los epígonos del
> > capital financiero que señalan ahora frente toda la nación
> > como enemigos de todo el pueblo.  A falta de líderes
> > progresistas propios, tienen que buscar una alianza con las
> > fuerzas populares organizadas y sus expresiones políticas
> > para presentar un programa con alguna consistencia y apoyo
> > popular.
> >
> > Estas son las motivaciones del neodesarrollismo.  Pero a su
> > lado están también las motivaciones de la mayoría de la
> > población.  Cabe a las fuerzas populares -que sufrieron
> > dolorosas experiencias en estos años de degeneración
> > económica- aprovecharse de la oportunidad para ampliar sus
> > objetivos tácticos y producir un programa de
> > transformaciones sociales y económicas que abran paso a una
> > etapa superior para la región.
> >
> > * Theotonio dos Santos es profesor titular de la UFF.
> > Coordinador de la Cátedra y Red de la UNESCO y la UNU sobre
> > Economía Global y Desarrollo Sostenible
> > (
http://www.reggen.org.br).

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