Editorial de Tesis 11. “ACUERDO” CON EL FMI = AJUSTE ANTIPOPULAR

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Los grupos dominantes en Argentina, a través del gobierno neoliberal de Mauricio Macri, lograron su objetivo de dejar al país en manos del FMI, en 2018/19

La firma del acuerdo de empréstito más grande de la historia para el propio FMI (57.000 millones de dólares, de los cuales ingresaron 44.000) violando las disposiciones estatutarias del organismo y excediendo, con creces, la capacidad de repago de Argentina, ha tenido claros objetivos políticos. Ayudar a Mauricio Macri hacia una reelección (que igual no logró); permitir que los grupos multinacionales de especulación financiera pudieran convertir a dólares y fugar al exterior sus grandes ganancias realizadas mediante la bicicleta financiera, y encadenar nuevamente a la Argentina al carro de los intereses geoeconómicos y políticos de los EEUU.

A este contexto de crisis económica y de “supervisión imperial” del FMI, se han agregado: la guerra en Ucrania y el alza de los precios de los alimentos y combustibles y ahora la sequía, con su consecuencia de pérdida de cosecha de soja y trigo y por ende con pérdida de reservas en el Banco Central.  Esta situación ha llevado al gobierno a una renegociación parcial con el Fondo.

Como resultado de dicha gestión, el gobierno obtuvo “la aceptación” de no cumplir con los objetivos de monto de reservas en el2023.  Pareciera la “aceptación” por el Fondo, “de que el sol aparece por el Este”, frente a una sequía (que no es culpa del gobierno) que reducirá las exportaciones de granos en 20.000 millones de dólares y reducirá en 2 puntos el PBI.

Pero en cambio y coherente con su política de sometimiento y disciplinamiento, el Fondo reitera al gobierno su obligación de cumplir las otras condiciones firmadas:

  • Sostiene que, dada la ley de moratoria de aportes y contribuciones jubilatorias para 800.000 trabajadorxs, a quienes no se le depositaron las cargas sociales durante su vida laboral, y que el Fondo Monetario no veía con buenos ojos, este organismo reitera la obligación de no superar el 1,9% de déficit fiscal sobre el PBI. Esto implica que, con mayores erogaciones y con menor recaudación fiscal, mantener el objetivo de ese déficit fiscal (menor incluso que el que el Banco Central Europeo admite para las naciones de la comunidad europea), implica ordenar mayores reducciones en el gasto público.
  • Se mantienen las restricciones en la emisión monetaria. Se insiste en restringir la intervención del gobierno estableciendo dólares diferenciales para acelerar e incentivar la liquidación de los “campestres”, recompra de títulos públicos para mantener cotización de dichos papeles, etc., para contener subas del dólar, y en la asistencia financiera al Tesoro Nacional. Es decir, “maniatar” al gobierno impidiendo una política financiera y bursátil que contenga ataques contra nuestra moneda, que ayude a una estabilidad cambiaria y al consumo vía salarial, como principal factor de crecimiento con distribución progresiva.
  • Todas restricciones en políticas públicas que apuntan a obligar al gobierno a devaluar la moneda, para satisfacer a los grupos exportadores, que generen divisas de exportación y desalentar importaciones, lo cual permitiría superávit en la balanza de pagos que permitiría y aseguraría el repago de la deuda con el Fondo.
  • Se mantiene la exigencia de tasas de interés elevadas, como pretendida medida antiinflacionaria, que implica, junto a los límites para la emisión, mantener el colosal negocio de los bancos que le prestan al gobierno a tasas colosales los depósitos de los ahorristas.
  • Se exige aumento de tarifas de servicios públicos. Si bien se aclara que se refieren a los sectores de mayor ingreso, sabemos que esto luego se generaliza.

Pero es más humillante aún, saber que estas imposiciones se hacen para “concedernos” fondos para pagarles a ellos, las cuotas firmadas por Macri.

Es indudable que, si en el momento de su firma, existían sectores democráticos y progresistas que avalaban un acuerdo con el Fondo para evitar males mayores, hoy se hace evidente la necesidad de rechazar dicho acuerdo y revisarlo detalladamente desde la óptica de su legitimidad y de la defensa de los intereses nacionales.

Cada vez se hace más imperiosa la unidad de los sectores trabajadores, de las organizaciones sindicales, sociales y políticas progresistas en un Frente o Movimiento político social, que se manifieste coordinadamente en la defensa de una plataforma de medidas de gobierno de mejoras hacia el pueblo y de reformas de fondo en la estructura y gestión de la economía y la política nacional. Y al mismo tiempo la convocatoria a la movilización popular como herramienta fundamental de presión frente a las dimensiones de los enemigos del pueblo.

En este sentido, el Frente de Todos, debería convocar y sesionar como coordinador político de este movimiento sociopolítico, con plataforma de medidas económicas y políticas aprobadas en los dos denominados “Manifiesto Nacional por la Soberanía, el Trabajo y la Producción”, y reiterados en el documento leídoel 17 de octubre de 2022 en Plaza de Mayo.

Al mismo tiempo esta unidad política es imprescindible para enfrentar al FMI y denunciar el acuerdo firmado por Macriproveyendo dólares para su fuga en Argentina.

Es increíble e irracional que, además, se cobren sobretasas a la Argentina, con el argumento de ser un crédito que ha excedido su cuota disponible en el organismo, cuando el FMI ha violado sus propios estatutos al otorgarlo para ser fugado, y además en montos notoriamente violadores de las proporciones del país y de la masa total de créditos mundiales del organismo.

A esta impunidad de la oligarquía internacional, sumada a la impunidad local de la derecha y los grupos concentrados, sólo se la puede enfrentar con una sólida alianza de todos los sectores subalternos en un movimiento político y social de las organizaciones populares y con los trabajadores y sus representantes como dirección.

Se impone además abrir un amplio debate que esclarezca a la opinión pública el entramado oligárquico neoliberal de la derecha y el partido judicial y oponer a los medios de (des)información dominante, nuevas formas y canales de comunicación. Es necesario entablar y mantener la batalla cultural, campo en el que la derecha nacional e internacional ha logrado éxitos.

Es necesario volver a instalar y explicar el concepto de que nuestras fuerzas representan el Verdadero Cambio. Es la batalla por el sentido común, tarea difícil, pero fundamental para construir un futuro mejor para el pueblo.

Tesis 11

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