Lucha latinoamericana – ahora “Bolivia”

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(américa latina/bolivia)

Montserrat Olivera*

“Veremos cómo continúa esta pelea, entre los que se creen amos y los que aprendieron a no ser esclavos. Es difícil, pero todavía no está dada la última palabra en esta lucha por la liberación definitiva de los pueblos.

“…es importante tener en cuenta estos conceptos y conocer bien…(la)…realidad latinoamericana, para ser conscientes de todo el empeño que debemos abordar para trabajar sobre la subjetividad de la comunidad y producir mayor conciencia del lugar que nos debemos asignar en esta pelea por ser personas libres e independientes, para administrar nuestro lugar de vida.”

La posibilidad democrática de Bolivia a través de las elecciones, produjo una serie de hechos de manera continua que aún no se tiene conocimiento cómo será el resultado final de estos acontecimientos. Describiré algunos hechos a considerar para ampliar la mirada sobre los aconteceres de nuestros países latinoamericanos frente a la usurpación del poder por parte de los poderes neoliberales.

Cronología de los cambios en Bolivia

Escuchamos a Evo Morales en medio de las situaciones planteadas en su Bolivia, a raíz que una parte de la población de ese país, no acepta los resultados de los comicios realizados días pasados.

Es preocupante cómo la ideología neoliberal se mete en los países del tercer mundo para enriquecerse de los recursos naturales sin importarle qué pasa con los habitantes de los mismos.

Evo hace un llamado a todos sus hermanos bolivianos, reconociendo que el motivo por el que las personas deben abandonar sus países de origen, se debe muchas veces a problemas planteados a nivel económico. Es dable reconocer que esa problemática está relacionada con la distribución económica que se produce en diferentes países y que concluye en la administración de los recursos y los bienes de cada país que terminan favoreciendo a las poblaciones menos necesitadas. Quedando los más vulnerables sin poder acceder, en muchas oportunidades de lo mínimo y necesario, para poder vivir dignamente.

Es así que Evo Morales solicita a la población mundial para que se reconozca que Bolivia en la última década ha estado a la cabeza del crecimiento económico de la región. Y sostiene que hoy Bolivia es mejor que lo que era, antes de 2006, y cuando la mayoría de muchos decidió buscar otro destino. El mismo expresó “que hoy tenemos confianza en el presente y esperanza en el futuro ya que sabemos hacia donde vamos para seguir construyendo un país digno y estable para todos los bolivianos”.

Es así como Morales pidió apoyo a los pobladores de Bolivia para que con su voto apoyen su candidatura para renovar su gobierno por cuarta vez y seguir construyendo el país, con inclusión para los trabajadores y respeto por los pueblos originarios.

A partir de las elecciones, ya conocemos los acontecimientos: votación, conteo de votos, discrepancia sobre los resultados, acusación de fraude, revueltas por los resultados definitivos, pedido de EVO  a la OEA para que realice el conteo de los votos, reconocimiento del triunfo de Evo por las organizaciones populares, imputación de la OEA sobre irregularidades en el escrutinio, propuesta de EVO de nueva elección, pedido de renuncia a Evo, golpe de estado, persecución y violencia a colaboradores del MAS, incluyendo a una alcaldesa con torturas corporales, levantamientos en diferentes sitios con provocaciones, armas de fuego, incendio de viviendas,  represión de la policía al pueblo indígena, maltratos, violaciones, desapariciones, muertes, patrullajes en diferentes poblaciones indígenas,  clandestinidad de Evo y sus colaboradores, estado de sitio, fuerzas militares patrullando las ciudades,  traslado de Evo a México como exiliado. Luchas de resistencia de pobladores en toda Bolivia. Muerte y represión continúa.

Qué pasó, qué pasa, qué pasará…

Durante casi 14 años, Bolivia cambió. Su presidente Evo Morales de origen indígena, llega al poder para transformar Bolivia. Para posibilitar en la mayoría de la población el sentirse dignos de sus orígenes, simplemente por ser personas. Comenzó una etapa de reconstrucción económica, pero por sobre todo de reconstrucción  moral,  posibilitando  a los habitantes de Bolivia,  sentirse orgullosos, pudiendo desplegar su cultura y mostrar esa dignidad de persona que les da el sentirse respaldados por un Presidente que considera a la población como sus pares, despojándose de visos de superioridad por ocupar ese lugar de poder.

Comenzó una etapa de reconstrucción, y los números dan cuenta de sus buenos resultados. (1) Pero lamentablemente, esos resultados, también mostraron las riquezas naturales que tiene el suelo boliviano (2).  Pero no dejaron de ver eso los ojos de los avaros, los codiciosos, los ladrones, los colonizadores, que empezaron a planear de qué manera podían continuar haciéndose de esas riquezas sin tener que repartir entre los pobladores que habitan esos suelos. Desde afuera del país se fue programando el fin de la alegría con la que se podía transitar esa tierra de la Pacha Mama.

Hoy estamos muy tristes por todo lo acontecido, pero un poco más tranquilos al conocer que Evo y algunos de sus colaboradores están en México. Comienza entonces una nueva etapa de trabajo y lucha para sostener lo realizado. No sólo en Bolivia, sino en las cabezas de todo el mundo que debe repensar qué hay que hacer para construir y sostener lo que se va hacia otros lugares donde sólo interesa el funcionamiento de los mercados y el poder económico.

Que poderes podemos construir y hacer que funcionen en este mundo. Lo que ha ocurrido en Bolivia, esta interrupción por la fuerza de todo ese cambio y construcción diferente por parte del gobierno en un país andino, debe ser ejemplo para otros sitios del mundo, que necesitan recuperar sus orígenes, respetarlos y exigir que los demás los respeten. Pero cómo se hace?  

Creo que hay elementos comunes en la región, que tienen que ver con cuestiones que van más allá de cada uno de los países latinoamericanos que estamos luchando por la libertad definitiva de nuestros pueblos. Una referida a los países del primer mundo, donde los que gobiernan tratan de acostumbrar a sus pueblos en la idea de que la forma más conveniente de trabajar, producir y vivir es favorecer las ambiciones de las élites.

Iglesias Evangélicas

Me detendré en este punto, teniendo en cuenta el punto de vista que nos aporta Enrique Dussel, teólogo, filósofo, que en 1995 fue nombrado Doctor Honoris Causa en la Universidad de La Paz luego de ofrecer un curso sobre Marx. En El Alto, los Ponchos Rojos lo invistieron como uno de ellos a partir de darles una conferencia a ese grupo.

Dussel habla sobre el trasfondo de la ideología evangelista para justificar los golpes de estado. Se proponen un cambio en la subjetividad de los indígenas, transformando sus movimientos progresistas. Estos últimos, han hecho avances en lo objetivo, en economía, en implementar los recursos posibles para el mejor empoderamiento de los derechos civiles, sociales, culturales, necesarios para organizar una sociedad más equitativa.  Pero han observado poco la subjetividad que se fue construyendo en cada persona; sería lo que una mujer en Chile decía: “tenemos que cambiar el sentido común”.  Es fundamental tener en cuenta esta consideración.  No es solo cuestión de cambiar estructuras para permitir un crecimiento económico, sino que hay también que preocuparse en cómo cada persona interpreta la realidad en su cotidianeidad, en la subjetividad, el hombre nuevo según el Che. Una nueva manera de ver la realidad.

Tenemos un sujeto que aspira ser un consumista a la manera neoliberal y ahí entra un factor que utilizaron los que dirigieron las dictaduras. Ellos decían: tenemos que afirmar una civilización occidental y cristiana contra el comunismo. Hoy, no hablan de occidental y cristiana, que sería católica de derecha. Hoy estamos viviendo un fenómeno nuevo.  Las iglesias evangélicas, que están apoyando al gobierno de Brasil, y ahora al de Bolivia, dicen algo esencial: vamos a sacar de los lugares públicos a la Pacha Mama, y vamos a imponer la Biblia. Pero cuidado, esa Biblia no es la del catolicismo de derecha tradicional.  Es la Biblia de los grupos evangélicos, que toma la cultura popular y sobre todo la de los pueblos originarios, como un horrible paganismo y que el cristianismo debe reemplazar a rajatabla. Es esa Biblia que no es la católica de derecha, es una Biblia evangélica que viene de las sectas norteamericanas que cambian la subjetividad de un indígena que tiene su cultura, su subjetividad, sus usos y tratan de transformarlo en un “hombre moderno”, que deje las borracheras y que ahora sea más ascético, que se proponga trabajar y que entre en la sociedad capitalista burguesa. Es una Biblia que habla del evangelismo norteamericano, que es orgánico al sistema, es racista y machista y busca destruir la tradición indígena. Con esta Biblia evangélica se sustenta un sentido común burgués. Hablan de un cristianismo fundamentalista, fanático, pero que educa la subjetividad, para entrar al “mundo moderno” donde ahora hay que trabajar para lograr ciertas riquezas, que son consideradas como gracia de Dios. Esto es un fenómeno ideológico y novedoso que está prendiendo en muchas partes, como en El Salvador, en Centroamérica, y está llegando a México.

En Bolivia, se da la blanquitud, racista, que desprecia al indígena, a las cholas con sus sombreros y faldas, que han sido humilladas, rapadas y mancilladas.

Se ve a los policías reprimiendo al pueblo con una cruz, portando un rostro indígena, eso es fundamentalismo de derecha, evangélico, no es el cristianismo de derecha. Ellos unifican la cruz que levantan de un crucificado, que es alguien que en el Imperio Romano se levantó a favor de los pobres y Pilatos, soldado romano, lo crucifica y lo mata. Es una contradicción. También ocurrió con Hernán Cortés, que vino con una cruz y una espada. Era la cristiandad española católica, y ahora es la cristiandad porque toma el cristianismo como fundamento, pero es burguesa, capitalista y neoliberal. Dussel habla de que el intelectual tradicional, no tiene categorías para trabajar este tema.

Estas contradicciones surgen de una realidad colonial, que en Europa y EEUU no pueden interpretar. Y que seguramente pueda establecerse como lucha religiosa pero que es esencialmente política.

Distinta es la Teoría de la Liberación: es cristiana pero se apoya en los pobres y sus tradiciones contra los ricos. Su fundador levanta la consigna: Bienaventurados los pobres, malditos los ricos. Que los evangelistas invierten. En América Latina estos grupos evangélicos se han propagado a partir de utilizar argumentos con textos ideológicos contemporáneos y textos bíblicos y cobran a la comunidad un diezmo que es lo que los enriquece, y además los convencen.

Por qué? Porque el pueblo está pobre, sufriente y no sabe el sentido de todo eso y ellos le dan un sentido ofreciéndoles una vida austera, organizada y salir de la pobreza, porque Dios los va a bendecir con la riqueza aceptable, y él les dará una bendición.  El pobre se convence y piensa que va a dejar de ser pobre, gracias a su trabajo. Les consiguen una casita, y va dejando sus tradiciones.

La Pacha Mama sería el origen de la pobreza y esa Biblia re interpretada por el hombre moderno norteamericano, es el origen de la nueva vida. Este concepto, hoy es utilizado por la OEA, en la figura de quien la preside, Almagro.

Frente a este panorama un poco desalentador que nos plantea Dussel, él habla de la necesidad de conformar una cartilla ético política. Comenta que es necesario que no haya corrupción, pero donde se debe enseñar ética. Hay una semejanza entre el motivo de la corrupción y los grupos evangélicos, por que los dos piensan que la riqueza es un don de Dios. Los que se corrompen es porque tienen el proyecto de estar en la riqueza sea como sea y el dios es el dinero. Y los evangélicos luchan contra la pobreza y atribuyen la pobreza a esos ritos de los pueblos originarios, que a veces se transforman en borracheras y situaciones de indisciplina que les impediría salir de la pobreza. Sostienen que hay que negar las tradiciones de los pueblos originarios, transformar, ser un sujeto moderno, ser disciplinado, trabajar, ganar su salario de obrero, ser ordenado y respetuoso de las leyes y así obrar y pasar de la pobreza a la clase media y ser un consumista a la manera neoliberal.

Para desmontar todo este pensamiento, según Dussel es necesario conformar esa cartilla moral, que debe ser política.  Insistiendo en invertir la idea de que la riqueza es un don de Dios, sostenido sobre la base de los Evangelios, según Camacho y Añez, que aceptan masacrar a los pobres, humillar a las cholas indígenas rapándolas y tirándolas. Sin tener en cuenta los Evangelios del fundador del cristianismo, que considera a los pobres en su dimensión humana y contradice los accionares de estos personajes neoliberales.

La nueva política norteamericana es retirarse de Medio Oriente y recuperar América Latina. Y para ello no quieren elecciones, saben que las pierden. No les interesa la democracia, antes se manifestaban en contra de los ateos, socialistas, comunistas.  Ahora el enemigo se disfraza de otra manera. El de Bolivia es el primer golpe de estado después de El Salvador.

Es llamativo comprobar cómo se invierte el significado de las palabras. Se habla de una situación ilegítima la ocurrida con Evo en cuanto a las elecciones y se menciona a Evo como dictador y a la autoproclamada presidenta se la quiere reconocer como demócrata. Esto es lo que ha afirmado Almagro, siendo la OEA quien reconoce a este gobierno que ilegal.

Según esta línea de pensamiento podemos inferir que Democracia podría significar: EEUU.  Y no es Democracia si se está en contra de EEUU. 

Comentario final

Este modo de pensar de los evangelistas norteamericanos, coincide con expresiones en Bolivia: “Fuera Indios”, “Mueran los indios”; y aquí en Argentina, escuchamos como “negros de m…”, vagos de m…”, “hay que matarlos a todos”, “planeros”, etc. Estos insultos están dirigidos hacia las personas pobres que viven en barrios humildes, se desempeñan en trabajos informales, con esfuerzo físico; les corresponde la pala, la zanja, la losa, la escoba, el trapo de piso, el balde, construyen y limpian casas que después les corresponderán a otros, siendo estos trabajos, en general, mal remunerados.

Existe en Argentina un odio hacia el más débil, un odio de piel, de clase, al pobre. En este odio aparece escondido un supuesto nacionalismo: odio al paraguayo, peruano, boliviano, porque representan al pobre. Se odia al extranjero porque son pobres. No se odia al extranjero europeo, o estadounidense. Pero, el pobre argentino no es sumiso, porque aprendió a tener derechos y defenderlos, a partir de tantas luchas ganadas en los lugares de trabajo. Porque se rebela contra el sistema, no se somete a los mecanismos explotadores e indignos que les quieren imponer.

El odio al pobre está unido al odio al peronismo que posibilitó con sus leyes otorgarle derechos que fueron conquistados con luchas en la calle y en los lugares de trabajo. Es el odio que se le tuvo a Evita y es el odio a Cristina. Por qué? Porque ellas posibilitaron un lugar de reconocimiento a los pobres. Un lugar de poder, frente a los patrones. Porque el kirchnerismo posibilitó la Asignación Universal por Hijo, posibilitó que el pobre no quedara desprotegido socialmente, y así quedó impregnado el odio a Cristina, porque ella les dio a los pobres, a esos negros, una posibilidad de inclusión social.

Aparece la contrapartida de los de clase media, que defienden su lugar levantando la verdad de supuestos méritos, para acomodarse en lugares de supuestos privilegios, sin tener en cuenta que no se elige nacer en la pobreza y en la marginalidad. No todos partimos desde un mismo escalón social. 

Vemos los trofeos meritocráticos que simbolizan una exclusiva superioridad de clase. El capitalismo da poder y control sobre otros. Si otros acceden al dinero, pierden la desesperación, pero no se debe jugar con la desesperación para poder controlarlos y subordinarlos.

Surge el deseo, el deseo de someter al otro. Esa es la esencia intrínseca del capitalismo. Si yo accedo al poder puedo someter a los otros que desean lo que tengo, pero que no pueden alcanzarlo y quedan prendidos en el deseo de lo que yo accedo. Es el tema del amo y el esclavo.

De ahí que observamos cómo los hermanos bolivianos de la región de El Alto, no quedan subordinados a las órdenes de quienes han usurpado el gobierno de Bolivia para ejercer el poder a través de las armas. Vamos viendo día a día, cómo los Ponchos Rojos, están apoderándose de ese lugar que les posibilitó el gobierno de Evo Morales, para defender sus derechos. De ser personas dignas de ser respetadas como tales, con sus principios morales originarios, y que están dispuestos a defenderlos. Veremos cómo continúa esta pelea, entre los que se creen amos y los que aprendieron a no ser esclavos. Es difícil, pero todavía no está dada la última palabra en esta lucha por la liberación definitiva de los pueblos.

Creo que es importante tener en cuenta estos conceptos y conocer bien esta realidad latinoamericana, para ser conscientes de todo el empeño que debemos abordar para trabajar sobre la subjetividad de la comunidad y producir mayor conciencia del lugar que nos debemos asignar en esta pelea por ser personas libres e independientes, para administrar nuestro lugar de vida.

*Montserrat Olivera, licenciada en psicología, integrante de la Comisión de América Latina de Tesis 11.

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