LA INTEGRACION LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE; UN DESAFIO APASIONANTE

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Roberto Papadopulos* 

Sobre la importancia estratégica de la integración latinoamericana 

“Plantearse analizar la situación actual, las dificultades y las perspectivas de la Integración Latinoamericana y el Caribe, nos remite a la inquietante historia de los distintos países, desde la propia conquista hasta el presente. Muchos tramos de la misma están plagados de esfuerzos, acciones, debates y batallas que marcan una línea gruesa”.

INTRODUCCIÓN 

Desde el final del siglo XX y principios de XXI se han producido significativos cambios en la correlación de fuerza mundial. En Latinoamérica, la presencia de gobiernos populares en la mayoría de los países, que deben hacer frente a un mundo globalizado  en profunda evolución y la imperiosa necesidad de atender las, todavía, enormes desigualdades, ha reabierto, profundizado y enriquecido el debate de como concretar la integración. No se trata ya, únicamente,  de una necesidad económica, de una integración económica, sino de un proyecto político, social y cultural. Sólo una Latinoamérica unida podrá enfrentar la permanente ofensiva por imponer la triste célebre Doctrina Monroe, completada con la Doctrina Drago de una “América para los Norteamericanos”. De ser el patio trasero del imperialismo, en particular de los Estados Unidos. Ofensiva que en estos días ha recrudecido, no sólo, en Venezuela, sino también en Argentina, Brasil y otros países de la región.  

ANTECEDENTES HISTÓRICOS 

Los esfuerzos por construir “una patria grande” tienen antecedentes en la propia lucha por la independencia. Las acciones de muchos patriotas; San Martín, Belgrano, Artigas, Bolívar, Miranda, Sucre, Martí, Monteagudo y otros, tenían ese objetivo, que consideraban estratégico frente, no sólo a España invasora, sino a las pretensiones de Inglaterra y al naciente EEUU. 

Las ideas de “integración” se comenzaron a reflejar en las experiencias, que finalizada la lucha por la independencia, se expresaron con la formación de las  repúblicas como la Gran Colombia, las Provincias Unidas del Centro de América y la Confederación Perú-Boliviana. Este ideal queda bien sentado en la Carta de Jamaica escrita por Simón Bolívar del 6 de septiembre de 1815:

Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo en una sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene su origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; […] ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración…

En esta lucha un hecho histórico significativo, fue el Congreso de Panamá convocado por Simón Bolívar el 7 de diciembre de 1824, que si bien, este, no logró la implementación de los acuerdos alcanzados en los temas de la integración económica y política propuestos, dejo una huella en el camino por la integración latinoamericana.    

 En la propia convocatoria  del Congreso de Panamá, Simón Bolívar escribía:

Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público, y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él, encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?

Otras múltiples iniciativas jalonan  la historia por la integración; las diversas Conferencias Panamericanas, la primera 1889-1890 que culminaron con la conformación de la OEA (Organización de Estados Americanos), las varias reuniones de Ministros de Relaciones Exteriores 1939-2001, Los intentos durante la primera y segunda presidencia de Juan D. Perón de poner en marcha los acuerdos con Brasil y Chile (ABC) y él tratado de Montevideo (1960) que crea la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio y en la última parte del Siglo XX la constitución de diversos organismos como la ALALC, la ALADI y el SELA y la formación de organismos intergubernamentales; CAN (Comunidad Andina de Naciones), y el MERCOSUR. Pero, sin duda, el final del siglo XX y el inicio del XXI  es el período más rico en el despliegue de las iniciativas integradoras. Las significativas transformaciones políticas producidas en América Latina y el Caribe conforman el marco histórico de los avances realizados.  No se trata de un proceso lineal, armónico y sin contradicciones, sino de integración de nuevo tipo.

LA NUEVA SITUACION MUNDIAL, DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Estos cambios vienen de la mano de las modificaciones en la correlación de fuerzas en el mundo. Finalizada la Segunda Guerra Mundial y establecido un mundo bipolar con la aparición del bloque de los países socialistas, comenzó el período de la guerra fría que culminó en l991 con la caída del llamado socialismo real y el “triunfo” del capitalismo a escala mundial. El ahondamiento de la crisis general del capitalismo, el crecimiento de China, Rusia, Brasil e India y de otros países emergentes, volvió a plantear un escenario multipolar. En ese marco se da el acontecimiento histórico de la aparición, en forma casi simultánea en América del sur y el Caribe, de gobiernos con proyectos nacionales y populares.   

 El triunfo de la Revolución Cubana en 1959, la corta experiencia del gobierno socialista de Salvador Allende en Chile (1970), el primer gobierno Sandinista en Nicaragua (en los 80) y el segundo (desde el 2007), el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela en 1998 sus reelecciones y el actual de Nicolás Maduro en (2013), de  Lula en (2002) y posteriormente el triunfo de Dilma Rousseff (2011) en Brasil, de Néstor Kirchner (2003 y la continuidad con el triunfo de Cristina de Kirchner en Argentina (2007 Y 2011), Tabaré Vázquez (2004) y la continuidad de José Mújica en Uruguay (2010), Rafael Correa en Ecuador (2007), Fernando Lugo en Paraguay (2008) y el triunfo en El Salvador del Frente Popular (2009), cambiaron sustancialmente el mapa de la América Central y del Sur.   

Cabe señalar que varias de las iniciativas de integración fracasaron por el propio carácter de las crisis  que ponía en pugna la lucha por la independencia, las necesidades populares y la idea de una integración que resuelva la miseria y las desigualdades en cada país y entre países, y los intereses de fuerzas reaccionarias internas, los grupos monopólicos concentrados y la acción de las grandes potencias; primero España, Inglaterra y finalmente los EEUU. Es por eso que en general el rasgo distintivo de la “integración” alcanzada hasta el pasado reciente era de sentido económico y subordinado a los intereses de los grupos monopólicos transnacionales. Y esta lucha, siempre, planteó un debate ideológico y político acerca del carácter de la unidad latinoamericana.

Todavía está vigente el debate entre Leopoldo Lugones, miembro de la Comisión de Cooperación Intelectual de la Sociedad de las Naciones y José Ingenieros, Alfredo Palacios y Manuel Ugarte, miembros de la Unión Latinoamericana. (1925). Para Lugones la integración debía ser sobre la base de adoptar y practicar la doctrina Monroe, completada por Drago, mientras que para la Unión Latinoamericana, la Confederación, tenía que garantizar la independencia y libertad contra el imperialismo de  los Estados capitalistas extranjeros.

Cabe reafirmar que la integración está estrechamente ligada a la fortaleza y las transformaciones que logren los gobiernos que sostienen proyectos populares en los  distintos países de América Latina y el Caribe. Sólo desde ese lugar se puede poner en marcha proyectos comunes que encaren las demandas de los sectores más carenciados;  seguridad alimentaría, educación, sanidad, vivienda, trabajo, inseguridad y lucha contra el narco-tráfico,  como también acciones en el campo tecnológico, científico, industrial, de la comunicación y militar, que permita romper la dependencia con los grandes grupos monopólicos. En el marco de la situación de las grandes potencias económicas, con estancamiento en su crecimiento, alta desocupación, restricción de los derechos de los trabajadores y crisis políticas de gobiernos presionados a medidas permanentes de ajustes recesivos, las políticas de integración, atendiendo las asimetrías de la región, constituye un gran desafío.

No podemos olvidar que si bien la pobreza en América Latina sigue en baja, según un informe de la CEPAL de noviembre del 2012, “la región tiene 167 millones de pobres, y esto representa aun el 28,8% de los habitantes. Mientras el número de personas en extrema pobreza o indigencia alcanza 66 millones” 

Por eso el debilitamiento o la derrota de los gobiernos populares, volvería a retrazar el proceso de la integración. Y esto depende, esencialmente, de la organización, movilización y acción política e ideológica de las organizaciones populares y del pueblo todo. Para lo cual la vigencia completa de la Ley de Medios en nuestro país se convertiría en una herramienta indispensable para multiplicar las voces de los distintos sectores populares.

Y este vuelve a ser el contenido principal de la discusión actual; cual es la importancia política estratégica de la integración,  sobre que bases unirnos y con que objetivos.  

Cada vez más se hace evidente que el imperialismo, no sólo no abandonó la idea de dominar al Sur, sino que ha recrudecido la ofensiva en combinación con las derechas de cada país. ¿Cual parece ser su estrategia principal actual? presiones  de carácter económico (pago de deuda externas, acciones de los fondos buitres) extensión de sus acciones militares, nuevas bases militares e incremento del espionaje, campañas desestabilizadoras de los grupos mediáticos y desabastecimientos, entre otras. Importa destacar la gran importancia política de la participación coordinada de los distintos presidentes de la Unasur ante el golpe de estado en Honduras y en el intento en el Ecuador.

El impulso del gobierno norteamericano de acuerdos bilaterales y el estímulo de la creación de la Alianza del Pacífico (06-06-2012, Chile, México, Colombia y Perú) representan una clara política para impedir el triunfo de acuerdos como la Unasur y la CELAC, con la presencia de Cuba y sin la participación de los EEUU.

EL TRIUNFO DE MAR DEL PLATA Y LO NUEVO EN LA INTEGRACION

Por eso considero que la derrota, en Mar del Plata en Noviembre del 2005,  del proyecto impulsado por los EEUU de imponer el ALCA, marca un punto de inflexión fundamental en la historia de nuestra Suramérica. El punto de partida de la lucha por la segunda independencia y por una integración basada en los intereses de los pueblos. Aún se escuchan las palabras del recordado Comandante Chávez en la III Cumbre de los Pueblos “hemos venido a Mar del Plata a enterrar el ALCA” Y efectivamente se logra enterrar el proyecto de reactivar el Consenso de Washington, el FMI y demás organismos internacionales con sus políticas neoliberales.            

 La creación del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) son, hoy, las más altas expresiones logradas de la lucha por la unidad latinoamericana y del caribe, con todas sus contradicciones económicas, políticas sociales, internas y externas que permanentemente se plantean.   

El ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) nace a propuesta de la República Bolivariana de Venezuela en un discurso pronunciado por el Comandante Chávez en la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla Margarita, el 11 y 12 de diciembre de 2001. ¿Que es lo nuevo en esta integración que abarca nueve países, dos millones y medio de km2 y setenta y un millones de habitantes? Lo nuevo es que mediante los diferentes tratados de comercio y proyectos y empresas gran-nacionales lograr el desarrollo sostenible, aprovechando las potencialidades de cada uno y atendiendo las demandas sociales más urgentes. La creación de un Banco del ALBA, la alfabetización, el desarrollo de la infraestructura portuaria, ferroviaria y aeroportuaria; Centro de ciencia y tecnología; Empresa de Cemento, de Telecomunicaciones, Energía eléctrica, petróleo y gas y otros en las áreas de turismo, medicamentos, son algunos de proyectos comunes en desarrollo.  Otra de las decisiones ha sido el establecimiento de una moneda común el SUCRE (Sistema Unitario de Compensación Regional) y de una Cámara de Compensación de Pagos lo que permite evitar el uso del dólar en las transacciones económicas.

El ALBA es un espacio de unidad solidaria de los pueblos donde como dice el Documento Político de la V Cumbre “en la perspectiva histórica de poder realizar los sueños de nuestros libertadores, de construcción de la Patria Grande Latinoamericana y Caribeña”.          

La CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericano y del Caribe) creada en diciembre de 2011, agrupa a treinta y tres países, veinte millones de km2 y alrededor de quinientos noventa millones de habitantes. Es sin ninguna duda lo más elevado de la concertación de los países de Latinoamérica y el Caribe –incluida Cuba-. En la declaración de constitución, Caracas 4 de diciembres de 2011, no sólo se reafirman la histórica lucha de nuestros próceres, sino los más profundos principios de cooperación en pié de igualdad y solidaridad. Promover una “voz concertada”, basada en su “vocación de unidad y su naturaleza diversa y plural”, el respeto al “Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, la autodeterminación, el respeto a la soberanía, a la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos los derechos humanos y la democracia”.            

El desafío está planteado no sólo para los gobiernos sino, también, para los pueblos de la América Latina y el Caribe.

El dilema era y es aún; o se logra el triunfo de una voz concertada de América Latina y el Caribe basado en la igualdad de las naciones, la solidaridad y un proyecto común; equitativo y sustentable o triunfa el “Panamericanismo” basado en el Consenso de Washington y sus políticas que significan sumisión, dependencia y miseria para la mayoría de los pueblos.

*Roberto Papadopulos, periodista, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11

 

 

 

 

 

Una respuesta a “LA INTEGRACION LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE; UN DESAFIO APASIONANTE”

  1. Jorge Cuello dice:

    Se olvidan de JUAN DOMINGO PERON y MARIA ESTELA MARTINEZ DE PERON, EN ARGENTINA, 1973 – 1976. Derrocada Isabel por una banda de sicópatas asesinos brutos traidores a la Patria y su Pueblo comandada por el criminal serial Gral. Videla. ¡ COMO SE OLVIDAN DE ESE PERIODO!!

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