Disputa del proyecto transformador. Bolivia: Estado Plurinacional

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Revista Tesis 11 Nº 141

Edición dedicada a América Latina

(Bolivia)

Angel Negri*

La contundente victoria en las elecciones generales, del MAS-IPSP, fue conquistada con el proyecto de inclusión social, el crecimiento económico, la distribución de la riqueza, el anti-racismo, y por una nueva DEMOCRACIA. Es  el  horizonte de  esta  nueva  década que  viene por  delante

Las batallas en el escenario mundial, son las luchas que se libran hoy en Bolivia, como parte inseparable; donde en una cara se muestran el agotamiento del horizonte de la ultraderecha, el neoliberalismo,  la hegemonía unilateral del Imperio Yanqui; la concentración ilimitada del capital financiero, en detrimento de la calidad de vida de los pueblos y la precariedad democrática. Concordante con la política llevada a cabo por los usurpadores del Poder Democrático, que en pocos meses, obedientes del mandato del Imperio, desataron una crisis  económica derivada de la incapacidad para generar estabilidad y crecimiento con justicia social, en un año se retrocedió en todas las conquistas del pueblo boliviano. La crisis sanitaria producto de la aparición de la pandemia mundial del COVID-19 y a la que no pudieron ofrecer ninguna respuesta integral adecuada.

La economía nacional pasó a una recesión profunda; en la actualidad se tiene una caída del PIB del 11,1%. El gobierno de facto pasó de una economía que privilegiaba a la inversión pública y la redistribución del ingreso, a tener que contraer deuda pública para pagar los sueldos y salarios del sector público, también hubo un drástico incremento del endeudamiento público. Endeudó al país en más de 4.200 millones de dólares entre deuda interna y externa. Las reservas internacionales netas disminuyeron en $us 881 millones entre noviembre de 2019 y octubre de 2020, lo que representa una caída del 13%, aproximadamente. Las reservas internacionales sólo en el mes de octubre de 2020, disminuyeron en $us 777 millones.

A éste panorama financiero, se une la estigmatización de los movimientos sociales, a campesinos, indígenas y obreros. Se los llamó salvajes, sediciosos, terroristas. Se humilló a las mujeres de pollera, se quemó la bandera Wiphala, que es como quemar al propio pueblo, como quemar sus raíces, se desató un plan genocida contra las poblaciones más humildes dónde se inscribe los caídos en Senkata, Sacaba, El Pedregal, y lo fue desde sectores minoritarios de la población, como quedó en evidencia en las elecciones de octubre pasado; se quería una democracia sólo para unos pocos. El combativo Pueblo del Altiplano, desde las luchas callejeras y el voto contundente dijo: ¡BASTA! Como diría Marcelo Quiroga Santa Cruz, aquel líder socialista asesinado en otro golpe de Estado en 1980, “no es el odio lo que impulsa nuestros actos, sino una pasión por la justicia“.

El neoliberalismo, es una civilización que ha subordinado todos los aspectos de la vida a una maquinaria de acumulación de ganancias. Desde el comercio, la producción, la ciencia y la tecnología, la educación, la política, el ocio, la naturaleza misma, todo, absolutamente todo ha sido pervertido para ser sometido a la dictadura del lucro.

En la política, en su Proyecto Transformador, está la del Estado Plurinacional Boliviano, la otra cara, de más democracia intercultural, que es más democracia desde abajo, es la fuerza creativa del voto, que es también materialización de los derechos contenidos en su Constitución Política del Estado, que es la inserción en un planeta de convivencia pacífica, y de conquista del multilateralismo. En una política común, que los hermana con el conjunto de los latinoamericanos, en pos de la Patria Grande, por la Segunda y definitiva Independencia.  Se plantean recuperar los niveles de crecimiento que el gobierno de facto hizo añicos, y lo realizarán reduciendo la pobreza, así como las desigualdades económicas y sociales. Esos son los principios que guían el modelo económico social comunitario productivo, al cual se retomará. Pero más; el propósito en Aymará: “vivir bien”, es un principio extraído de las tradiciones andinas, adoptado y convertido en idea fuerza del mensaje del MAS. Este principio va conectado también al rasgo progresista de inquietud constante por la ecología; los discursos indígenas sostienen que, la Pachamanca está enferma, que la “madre tierra” se muere, y se sostiene que el capitalismo es el modo económico que está destruyendo el planeta.

La NUEVA Constitución Política; muestra el carácter irreversible de la inclusión de las demandas e identidades. Banderas irrenunciables, como los derechos de indígenas, campesinos, el acceso comunitario a la tierra, la igualdad de género, que se distinguen entre los principales. Se dará continuidad a la construcción de una economía plural y diversa que recupere, fortalezca y promueva todo el potencial adquirido, iniciativas y capacidades de Bolivia desde lo comunitario de los pueblos originarios y campesinos, lo estatal, privado, cooperativo y de la amplia diversidad cultural.

  Son mandatos que provienen de los ancestros indígenas, proyectados en el escenario del SIGLO XXI.

*Angel Negri, químico industrial, escritor, participó en la dirección de semanarios políticos, director de “Tiempo Joven”, publicación Política-Juvenil, y en medios de la FM Comunitaria, colaborador de Tesis 11.      

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