Caracterizando al país.

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Isaac Grober*

Revista Tesis 11 (nº 113)

(Política Nacional

Una incursión por el poder real. Restricciones al desarrollo con inclusión social. Transformaciones necesarias y su relación dialéctica con la subjetividad de las clases populares.

La caracterización socioeconómica y política de un país y la de la etapa o época que está cursando, tiene una innegable trascendencia política: contribuye a definir  objetivos de mediano y largo plazo en todos los planos y con esa perspectiva, las tareas y políticas  a acometer en lo inmediato que, encadenadas,  vayan abriendo el camino para alcanzar ese futuro.

Dicho de modo más sencillo: para saber a dónde vamos y cómo lo hacemos, debemos saber de dónde venimos, qué y quienes somos, dónde estamos parados. Y es evidente que este necesario conocimiento trasciende el ámbito de lo económico, aunque lo incluye.

Va de suyo que esta caracterización y el proyecto al que conduce deben también servir  para diseñar el sujeto social apropiado al tránsito de ese camino.

La exigencia de esta caracterización tiene mayor vigor aún cuando de lo que se trata  es de concretar transformaciones que conduzcan a una formación económicosocial más justa, más equitativa, solidaria, amplia y profundamente democrática, edificada sobre una base económica equilibrada, sólida y sustentable, anclada en una soberanía plena en el contexto de un mundo de cambios acelerados. Es lo que intentaremos abordar en lo que concierne a nuestra Argentina en la presente colaboración

La estructura económica y el poder real

El primer aspecto a resaltar es el elevado grado de oligopolización en todos los sectores y ramas de la economía, desde los fabricantes de insumos difundidos (aluminio, papel, acero, cemento, polipropileno, plásticos, químicos, etc) hasta los productores de bienes de consumo directo, sumado al predominio que dentro de todo este grupo tiene el capital extranjero. Hacia fines de los ´90, eran “mucho menos de  un centenar de grandes actores  los que controlaban casi la mitad de la producción fabril” (1) En el año 2012, las 1000 empresas más grandes facturaban el equivalente al 76 % del PBI, con un notable avance de la extranjerización. Tan es así que para ese año, del total de 500 empresas de mayor dimensión, 321 tenían participación de capital extranjero y más del 80 % de las utilidades de las firmas más grandes eran apropiadas por las multinacionales aquí radicadas (2).

Pero muchos de los oligopolios de origen local, a pesar de no reunir los atributos de las multinacionales, se han trasnacionalizado dado que sus objetivos y lógica de negocios están hoy articulados en función de su rentabilidad mundial, computando su actividad e inversiones en otros países. Su centro de interés está por eso cada vez más fronteras afuera. Esto los diferencia de aquella burguesía que mantiene intereses y vivencias dentro del país, afincados enteramente en él. Basta tener presente los casos de Techint, Bunge o Arcor .o de laboratorios farmacéuticos como Bagó y Roemmers.

La concentración en el sector agropecuario también es ilustrativa. Un reciente trabajo del Ministerio de Economía de la Nación a propósito del programa de restitución de retenciones a la exportación para pequeños productores, da cuenta que los 1.000 productores más grandes de Argentina concentran el 30% de la producción, pero ahondando más en los detalles se comprueba que la producción de esos 1000 productores es 882 veces mayor que la de los 1000 más chicos, con un área cultivada 191 veces mayor y ventas totales que las superan en  más de 695 veces La superficie  de producción que maneja esa cúpula  es en promedio de 8000 hectáreas, contra las 40 hectáreas en promedio de los 1000 productores más chicos.  Por eso no extraña que el 30% de los productores se quede con el 88% de la renta.(3)

Además, a partir de la producción agraria hay organizado un entramado de intereses y poder sumamente ilustrativo de su capacidad operativa en lo político y económico y también explicativo de la repetida confrontación con el gobierno y con las necesidades populares. Raúl Dellatorre  describe sintéticamente este entramado en el que “la exportación se concentra en pocas manos, la molienda también reconoce a un puñado demasiado chico de actores dominantes que responden a las mismas cerealeras, la comercialización del cereal por regiones es controlada por las mismas firmas y, finalmente, un grupo de grandes productores asociados a aquellas son los que ejercen el control sobre las principales zonas de producción a través de la propiedad de los campos o por el manejo directo de las condiciones de arrendamiento” (4)

Este control sobre toda la cadena de valor también incluye el de la provisión de semillas, herbicidas y fertilizantes, la compras, a veces anterior al levantamiento de las cosechas y el control de los puertos privatizados, control que incluye los silos, elevadores, grúas y muelles

Ocho grandes empresas, cinco de ellas multinacionales, concentran el 70 % de los volúmenes exportados, principalmente soja, trigo y maíz. De ellas, la más emblemática es la estadounidense Cargill, que además de ser responsable del 15 al 20 % del total exportado, es titular de plantas de molienda productoras de aceite, de molinos harineros de trigo, de plantas procesadoras de cebada, de frigoríficos, una planta de fertilizantes y una comercializadora de semillas asociada a Monsanto. Para proveerse de granos y cereales que adquiere a los productores, cuenta con más de 4 docenas de acopiadoras más otras tantas que sin pertenecer a Cargill, trabajan en exclusiva para ella. Corona todo este emporio 5 puertos propios para despachar sus cargamentos al exterior, puertos a los que no tiene acceso ninguna autoridad ni están sujetos a control. Todo un ejemplo de integración vertical.

Junto a Cargill, las otras grandes son ADM Argentina, Bunge Argentina, Nidera, Dreyfus, Alfred Toepfer, Noble Argentina y ACA (vinculada a Coninagro). Pero las tres de origen argentino, si nos atenemos a las ventajas que obtienen de la exportación y a su coordinación  y articulación con los distintos eslabones de la cadena de producción y comercialización, tienen una lógica operativa similar a las de las multinacionales

Este pantallazo es suficiente para concluir  que en esta fenomenal concentración de poder en todos los sectores y ramas de la economía residen las decisiones de mayor peso respecto de la magnitud y destino del excedente económico, las que definen el nivel, orientación y calidad (tecnología) de las inversiones y esencialmente influyen decisivamente en la determinación del nivel de ingresos y de perspectivas de futuro de la inmensa mayoría de la sociedad, se trate de asalariados, jubilados, cuentapropistas, profesionales independientes, capas medias, pequeños y medianos productores y de gran parte del empresariado local. Es desde este poderoso núcleo de donde parten las presiones y campañas mediáticas contrarias a la intervención del Estado y a su acción reguladora.

En esa selecta burguesía se asientan los formadores de precios, que tan pronto detectan aumentos en el poder de compra del mercado, desatan con la remarcación sistemática y generalizada, el mecanismo de apropiación para sí de esa mayor riqueza.

En ese poder concentrado  se encuentran los volúmenes más significativos de evasión fiscal, de la sobre y subfacturación de importaciones y exportaciones y fuga de capitales al exterior, como lo van probando las derivaciones del caso HSBC que – convengamos – sólo es un ejemplo de un accionar que es sistémico y que cuenta con el concurso de la gran banca privada. Por eso también está abierta desde 2008 la causa judicial derivada  de la denuncia  de Hernán Arbizu, ex ejecutivo de JP  Morgan  Chase, que suma activos externos de argentinos administrados por este banco de alrededor de u$s 5000  millones, más que la fortuna depositada en el HSBC.  Y  transcurridos 7 años, el caso  continúa estancado en la Justicia.

En paralelo, esta subordinación del conjunto social al desenvolvimiento de un capital concentrado con predominio del de origen externo, tiene por derivación un importante grado de subordinación económica y política a los centros mundiales de poder, los que en esta época de capitalismo mundial globalizado y en crisis, es comandada por lo financiero especulativo. De los efectos de esta restricción de soberanía,  ningún país es totalmente inmune.

Testimonio de ello es la imposición  en Argentina y en el resto de América Latina y en Europa, en años más recientes, de políticas que a lo largo de décadas vino orquestando ese estado mayor del capital financiero mundial que es el FMI y el Banco Mundial, la gran banca y los gobiernos de la cúspide del capitalismo mundial más – por lo menos en Argentina – con la consabida complicidad de los personeros, socios y buitres locales. Con data más reciente, el accionar de la justicia y el Gobierno de los EE.UU. sosteniendo, tanto en el juicio como en los foros de Naciones Unidas, los intereses de los fondos buitre, es otra prueba de lo ramificado e intrincado de este poder.

Poder que no se restringe a lo meramente económico. Aquí, en Argentina, ha penetrado  y contaminado a estructuras y ciertos  poderes del Estado, como hoy se lo palpa a simple vista en el accionar de parte del poder judicial, mafia que hasta actúa en connivencia  con los servicios de inteligencia nacionales y del exterior. Poder que también contaminó a ciertos miembros del Parlamento, a partidos políticos, a alguna dirigencia sindical, que está insertado en ciertas ONG – alguna de ellas con financiamiento de los fondos buitre –  y fundamentalmente en los medios de comunicación, algunos de los cuales, verdaderas corporaciones, tienen como objetivo central – además de la rentabilidad -, disciplinar la mente y la cultura de la sociedad para frenar toda posibilidad de cambio que roce los intereses del poder real. .Escudados en la “libertad de prensa” hay medios que desinforman, tergiversan, mienten y extorsionan en campañas que a veces merecerían tipificarse  bajo el grave delito de traición a la Patria.

Y cuando toda esta exuberante e interesada capacidad operativa no alcanzó para cristalizar sus objetivos, recurrieron a la represión, al golpe de Estado y a sanguinarias dictaduras para cambiar el curso del desenvolvimiento de la sociedad. Hablamos de Argentina, pero es una historia común a  toda América Latina, Henry Kissinger y Plan Cóndor mediante Por eso hoy,    – en otra etapa – proliferan aquí los reclamos contra los verdaderos artífices del golpe cívico militar de 1976, tanto empresarios, como miembros del aparato mediático, del poder judicial y eclesiásticos  comprometidos con la barbarie.

Este fue el contexto y soporte para la implantación del neoliberalismo, afinado y perfeccionado por el menemato y el gobierno de la Alianza,  al punto de lograr para nuestro país la cucarda al mejor exponente de un modelo a imitar y es sólo una semblanza de lo que implica, de lo que hay que remar para  cambiar la correlación de fuerzas a favor de transformaciones patrióticas, democráticas y populares

Derivaciones del ejercicio del poder real

Lo hasta aquí reseñado es parte del legado  que nuestro país recogió  de la historia al ingresar  al siglo XXI, sin olvidar la impagable deuda externa, la que en 2002 significaba el 155 % del PBI. (5 )

En la industria

Y decimos parte, porque junto con la experiencia neoliberal y el colapso de la convertibilidad, a la tradicional falta de armonía y equilibrio del sector fabril, se le sumó el desmantelamiento del tejido industrial, a tal punto que en el año 2001 la participación de la industria en el PBI total se había reducido al 15 %, menos que la que tenía un cuarto de siglo atrás. Obviamente esta reestructuración regresiva también repercutió sobre el nivel de empleo, los niveles salariales, la precarización del mercado laboral y segmentación de la clase trabajadora. Regresividad en todos los órdenes.  De esta desarticulación productiva, la rama más emblemática fue la de bienes de capital. Con este estado de situación,  todo aumento de la actividad económica impone mayores requerimientos de insumos  y bienes de capital importados. Los ejemplos más notorios son los de la rama automotriz y la electrónica. Así cuanto más se produce, más se necesita importar y mayor es el déficit en divisas. Resultado: el crecimiento general se frena por la agudización de la restricción externa.

Con estímulos fiscales y de financiamiento, más medidas regulatorias de las importaciones, el gobierno viene intentando acelerar el proceso de sustitución de importaciones, También intenta vía negociaciones vencer la resistencia, en particular de multinacionales  automotrices, a reemplazar insumos importados por los de producción local, Pero alcanzar un desarrollo industrial más sólido y armónico, requiere proyectos e inversiones de magnitud y calidad (tecnología) que el sector privado, motivado fundamentalmente por el nivel de la rentabilidad y la velocidad y seguridad del retorno, muchas veces no está dispuesto a asumir. Aquí aparece la necesidad de la participación estatal, en particular en los sectores estratégicos, sea en forma exclusiva o con proyectos mixtos y además inversiones en infraestructura .Pero para estos casos el Estado requiere recursos, cuya insuficiencia también es otra restricción.

A estas trabas se suma el que la oligopolización en la producción de insumos de bienes de uso difundido genera rigideces y cuellos de botella que traban a su vez el desarrollo aguas arriba  y aguas abajo. Limitaciones pues,  al desarrollo de cadenas productivas de mayor valor agregado y contenido tecnológico. Una razón adicional en respaldo de la acción directa y reguladora del Estado

Los hidrocarburos

La falta de divisas de que hablábamos se fue haciendo notar más intensamente por otra restricción estructural, también potenciada por el neoliberalismo: el déficit energético, derivado en parte del alza internacional del precio del petróleo, pero en lo interno pesó la persistente caída de las reservas hidrocarburíferas desde la privatización de YPF y la falta de una política regulatoria al servicio del interés nacional. El cuadro recién se comenzó a revertir con la recuperación de la petrolera estatal, aunque ello todavía es insuficiente. Aún hoy al cabo del primer bimestre de 2015, el 58% de la producción de petróleo y el 69.7  % de la de gas, provienen de las empresas multinacionales que operan en el país, para quienes la vara de medida es la rentabilidad, hoy condicionada por el bajo precio internacional del petróleo  Aunque el gobierno fijó como compensación un precio interno de referencia, bastante más alto a fin de incentivar las inversiones y la producción, los resultados, al tenor de la experiencia con  las multinacionales, no parece haberse traducido en cambios significativos ¿no sería aconsejable extender a este sector el dominio y la operatoria de YPF en reemplazo de medidas regulatorias de efecto dudoso e indirecto?

Lo agrario y el comercio exterior

Párrafos arriba abundamos sobre la conformación y capacidad operativa en lo político y económico del núcleo más poderoso de la producción agraria y de su entramado con las cerealeras. Ahora cabe recordar que éste es el núcleo responsable de la retención de cosechas, del retraso de los embarques y de la no liquidación de las divisas por sus ventas al exterior. Son parte de los conspicuos impulsores de las megadevaluaciones, de la ortodoxa política del ajuste y el endeudamiento

El área de Economía y el BCRA han venido teniendo relativo éxito para contener y administrar  estas presiones, sin por ello resolver este nudo gordiano que se completa con la triangulación, la sobre y subfacturación del comercio exterior y la fuga de capitales ..

La triangulación de exportaciones es un mecanismo de evasión de impuestos por medio del cual el exportador subfactura artificialmente a un destino (país de baja o nula tributación, los llamados paraísos fiscales) a nombre de un trader, para desde allí refacturar a otro país, aunque la mercadería se dirige desde el principio directamente al país del verdadero comprador.. Lo que persiguen es evadir impuestos, declarando aquí  exportaciones por menor valor y reducir  así la utilidad en Argentina,  transfiriéndola delictuosamente al exterior.

Este opaco comercio exterior es bastante habitual en sectores como el cerealero, aceitero, minero, tabacalero y farmacéutico.  En 2012, las 8 principales crealeras triangularon exportaciones por más de 80.000 mil millones de pesos. Cargill lo hizo por 18.000 millones, Deyfus por 16.000 millones, Molinos Río de la Plata y Bunge por 14.000 millones cada una. También están Nidera. Oleaginosa Moreno (Glencore) , ADM Argentina, Alfred Toepfer. En el caso de las cerealeras las operaciones se facturan en la mayoría de los casos a EE.UU., Suiza y Singapur, mientras que los productos se embarcan directamente a China o India. Las ventas de carne a Rusia, se facturan a un intermediario de Irlanda del Norte.(6). Hong Kong, Macao, Seychelles y Antillas Holandesas son también destinos truchos  para las exportaciones.

Está claro que esta operatoria con un objetivo espurio es uno de los que alimenta (no es el único)  la fuga de divisas al exterior Ya en una colaboración anterior (7) citamos un trabajo de Cefid-Ar que estimaba que al terminar el año 2012 la suma de activos en el exterior trepaba a la friolera de  u$s 373.912 millones.. Otros trabajos los hacen ascender a los 440.000 millones de dólares a la misma fecha.

Esta multimillonaria y permanente transferencia ilegal de riqueza generada en el país, no sólo pone frenos a los requerimientos para el pago de los compromisos externos y el desarrollo industrial. También acorta las posibilidades de inversión de generación de empleo y de inclusión social, reduce la recaudación tributaria y la capacidad crediticia interna por menores depósitos.

Lejos están de revertirse estos efectos y las causas reales de esta estafa a la Nación, apelando sólo a percepciones impositivas que las cerealeras luego aplican a cancelar impuestos sobre utilidades cuya determinación está desde el comienzo falsificada. Es imperioso reformular la política de control sobre el comercio exterior con la creación de un ente público o mixto asociado a las cooperativas de productores que recupere los puertos privatizados y  a la vez se constituya en pivote de la reconstrucción de la cadena de valor en beneficio de los auténticos productores y de la sociedad toda. Ello significa avanzar en el rol de comprador y acopiador de cosechas, pagando precios retributivos y diferenciados a los pequeños y medianos productores y paralelamente, proveerles de  insumos, seguros contra la seca y el granizo, transfiriéndoles la ventaja de los menores precios de adquisición que obtendrá este ente, dada la potencialidad de su poder de compra

Este planteo contribuirá también a poner límites, junto a una necesaria reformulación con sentido progresista de los actuales y  regresivos regímenes  tributarios,  nacional y provinciales, al proceso de concentración de tierras y de producción. Está caro que un enfoque en esta dirección está en abierta oposición a la de políticos y empresarios, unos que  por demagogia y otros que por interés directo proponen la derogación del régimen de retenciones, sin explicar además con qué recursos se financiarán las necesidades. ¿Reduciendo el gasto social? ¿Con endeudamiento que terminará pagando el pueblo?

La inversión externa y la minera

También el capital extranjero radicado en el país es causal de una importante cuota anual de egreso de divisas por la transferencia de utilidades y en especial por la liberalidad de sus condiciones de ingreso. No obstante, es frecuente escuchar propuestas enfiladas a fomentar nuevos ingresos de inversión extranjera directa en aras de acelerar la formación de capital y el acceso a tecnologías más avanzadas..  Sean bienvenidos tales aportes siempre que se ajusten a un nuevo régimen que subordine tal admisión a nuevas reglas que se definan respecto a qué actividades, tecnología, condiciones y formas de ingreso, límites y oportunidad de repatriación del capital y de utilidades. Además, el resguardo de la soberanía merece un cuidado especial.

La misma prevención y cuidados requiere la ley de minería, ya que en las condiciones actuales, al país le quedan migajas por regalías e  impuestos y la resaca del proceso de concentración primaria del mineral. Es una actividad que en Argentina  no genera valor agregado alguno., Todo se industrializa  en el exterior y esta minería, de acuerdo a  denuncias, es generadora de daños ecológicos y ambientales que, de confirmarse,  serán pagados por las generaciones futuras. Ansiamos no tener que reiterar aquello de las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas.

Las entidades financieras

El marco que sustenta el funcionamiento de las entidades financieras es la aún vigente ley 21.526, de 1977, fruto del riñón de la dictadura y nave insigne del neoliberalismo. Fue y es un régimen de amplia permisibilidad y por el cual los bancos comerciales están habilitados a realizar todas las operaciones activas, pasivas y los servicios que no les sean prohibidas por la ley y normas del Banco Central

Y aunque no estuvieron permitidas, la banca misma, en particular la extranjera, se permitió organizar, canalizar y administrar la fuga al exterior de fortunas impositivamente no declaradas, con una responsabilidad equiparable a la de los titulares de los capitales evadidos, en una actitud parangonable al de partícipes necesarios de una asociación ilícita.,

Es alentador la creación de la comisión bicameral investigadora de instrumentos bancarios y financieros que entre sus funciones tiene la de “establecer recomendaciones sobre la conveniencia de modificar la legislación vigente sobre entidades bancarias, financieras, cambiarias, bursátiles y extrabursátiles, si se observara un comportamientos sistémico de impulso a la evasión fiscal y la salida de divisas”.

Respecto a este problema,  José Sbattella, titular de la Unidad de Información Financiera, uno de los organismos integrantes del operativo de control y castigo de esas entidades por prácticas enderezadas al ocultamiento, evasión, lavado y fuga de capitales, ya anticipó que “la sanción tiene que ser muy fuerte y no sólo administrativa., La más directa es que no sigan trabajando aquí si tienen estos antecedentes” (8)

La reforma en 2012 de la ley orgánica del Banco Central significó un importante avance en la capacidad de regular las tasas, orientar el crédito y otras facultades. Pero la experiencia muestra que ello es insuficiente. Hasta ese momento, la función principal atribuida al Banco Central  estaba limitada al manejo de los resortes monetarios asociados sólo al valor de la moneda, haciendo abstracción de su posible acción en vinculación a las necesidades para el desarrollo.

Por eso la creación de la comisión bicameral también es una oportunidad para darle otro contenido al funcionamiento del sistema, como por ejemplo obligar a la banca extranjera a respaldar con todo su patrimonio más el de sus casas matrices la cobertura de los pasivos que contraigan en el país y limitar además su participación en la captación de depósitos y en el otorgamiento de créditos, para evitar su excesiva concentración. Y respecto a la banca en general,  instituir mejoras en la regulación para evitar conductas lesivas al interés general, así como las referidas a la calidad y  costos (comisiones) de los servicios que ofrecen a los usuarios, prestando un servicio accesible geográficamente a todos los habitantes del país, como corresponde a un servicio que debe ser declarado de interés público.

La subjetividad de los sectores populares

El estallido de principios de siglo expresó la insostenible contradicción entre las necesidades y posibilidades del país y el corset impuesto por el neoliberalismo.

En respuesta, el proyecto político iniciado en 2003 se fue construyendo apoyado en cuatro principios emblemáticos, con  nivel de políticas de Estado:

  • Los derechos humanos como pivote y soporte de un organismo social profundamente democrático y en desarrollo
  • La promoción del empleo y del mercado interno, base para la inclusión social
  • Solidaridad y extensión de derechos, pilares de la igualdad
  • Política exterior como prolongación de la política interior, asentada en la recuperación y ejercicio de la soberanía plena y la integración regional,.

Tras 12 años, 3 períodos presidenciales, es un rumbo que se mantuvo con aciertos y falencias, pero que desde su mismo inicio siempre estuvo por delante y más a la izquierda que las expectativas y el nivel medio de conciencia de la sociedad y ello a pesar de la permanente confrontación y de las campañas mediáticas promovidas por la élite integrante del poder real.

Por eso es que junto con los avances, logró ir despertando el sentimiento de Patria y de la política como herramienta de transformación, especialmente en el seno de la juventud.

Este es un año electoral en el marco de una situación económica que no es buena. La Argentina y en general la región toda está padeciendo la más profunda, extendida y prolongada crisis internacional desde la de la década del 30, con caída violenta de precios y de la demanda externa de los principales productos de exportación. Es natural su repercusión sobre la actividad y la generación de renta y empleo y si apenas se logra sostenerlos, es por las medidas contracíclicas y los principios emblemáticos que sostiene el gobierno nacional.

Por otra parte, con el recorrido sobre los soportes estructurales que hicimos párrafos arriba, aún lejos de ser exhaustivos, pudimos exhibir las restricciones objetivas derivadas de la estructura y del poder para acelerar la mejora de las condiciones de vida y de progreso de la inmensa mayoría del pueblo. Pero lo visto debe además servir para palpar el poder económico y la capacidad de acción política que tales poderes pueden desplegar para imponer  la restauración conservadora.

Esto viene a cuento porque aún para mantener el rumbo iniciado en el año 2003, se impone profundizarlo. De lo contrario hay que dar respuesta al interrogante sobre cuál es la fuente de recursos en pesos y divisas que financie las inversiones, el crecimiento y la diversificación industrial, la mayor inclusión social y la extensión de derechos. Además será imprescindible remover puntos de concentración económica que traban hacia adelante y hacia atrás el desarrollo de cadenas productivas de mayor valor agregado y contenido tecnológico, del mismo modo y por las mismas razones por las que hubo que recurrir a la  recuperación, entre otros, de YPF,  las AFJP, Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas, los ferrocarriles, etc.

Pero es evidente que profundizar el rumbo significa ineludiblemente afectar poderosos intereses. Por eso hay confrontación y puede haber situaciones muy conflictivas, antes y después de las elecciones en una etapa en que lo primordial es mantener y darle un sentido más profundo a la democracia, cuando no sólo se trata de ganar un gobierno, sino también mantener la gobernabilidad..

Frente a este panorama la única garantía para que perdure el rumbo y se profundice, es la movilización y  acción unitaria de los sectores populares en defensa de sus propios intereses .Es el ejercicio gracias al cual tales colectivos adquieren conciencia de sus derechos y de su propio poder y también del poder de sus adversarios. Es la práctica que lleva de la captura del conocimiento a su conversión en emoción y sentimiento, Entonces, cuando  esta práctica con lo que de ella decante se generalice, hablaremos de la transformación de la subjetividad porque se habrá aprendido a vivir con naturalidad  el que los derechos conquistados y la conquista de derechos no sólo son obra de su acción sino,  lo más importante, son su obra, el derecho conquistado le es propio, le pertenece y por eso cuando lo conquista, lo defiende y lo defenderá hasta con sus entrañas.

No habrá candidato ni gobierno que aislado del movimiento sociopolítico pueda concretar transformaciones como las que objetivamente hoy reclama el progreso del país y el de las condiciones de vida de nuestro pueblo  y difícilmente habrá gobierno que desoyendo la movilización y acción unitaria del movimiento sociopolítico, pueda soportar la acción y reacción cruzada entre quienes apuestan al progreso y quienes aspiran a la restauración conservadora..

Por todas estas razones y lo que está en juego, estamos viviendo un momento crucial. En verdad desde  el  año 2003 hasta ahora, la mayor parte de los avances surgieron de decisiones políticas gubernamentales autónomas,  sin previa acción ni movilización popular. En gran parte, para muchos, estas conquistas  cayeron del cielo y en general es un camino que no es útil a la formación de una nueva subjetividad. Genera y mantiene psicológica e ideologicamente en el ciudadano la convicción de que los problemas son causados por  el gobierno y las soluciones también deben venir del gobierno y por tanto él, como persona, no es ni debe ser parte de la construcción de una nueva realidad. El siente que no es su responsabilidad. En esencia se vive a sí mismo desligado de la construcción de una auténtica democracia, de una democracia participativa, madre del triunfo de todas las batallas..

*Isaac Grober, Contador Público y Magister en Economía, miembro de la Comisión de Economía y del Consejo Editorial de Tesis 11.

(1) Martín Schorr. Ponencia  presentada en las Jornadas “Hacia el Plan Fenix II”, Agosto 2005

(2) (ENGHE) Encuesta a Grandes Empresas+

(3)David Cufre “El Club de los 1000”  Pagina12, marzo 2015

(4) Raúl Dellatorre “Mesa de Enlace en Acción. Exportadoras en el Control “ Pagina 12 Enero 2014

(5) Si sólo se considera la deuda con el sector privado esa proporción representaba el 110%. Actualmente, luego de la reestructuración y con la política de desendeudamiento esos índices se redujeron al 30 y 26% respectivamente

(6)Tomas Lukin “Contra el triángulo de las Cerealeras”  Pagina 12. Enero 2014

(7) Isaac Grober  “Para que perdure el rumbo” Revista Tesis Nº 112

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