Barack Obama reactivó al viejo Theodore Roosevelt.

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Revista Tesis 11 (nº 112)

(Latinoamérica)

Roberto Papadopulos*

El presidente Obama declaró a Venezuela como una “amenaza inusitada y extraordinaria” para los EE.UU. El objetivo queda claro; se trata, tal como lo señaló el Presidente Nicolás Maduro, de un nuevo intento de golpe de estado contra el gobierno legítimamente constituido que ha ganado 19 de las 20 elecciones realizadas y supervisadas por distintos organismos internacionales. Hacerse, nuevamente, dueño de los recursos naturales, el petróleo principalmente. Lograr, sea como sea, que el proyecto político no se consolide y derrotar a quien más ha contribuido a la unidad e integración de América latina y el Caribe. Rendir a la Venezuela Bolivariana, sería un golpe para todos los pueblos que han puesto en marcha procesos democráticos y populares.

Cual es el objetivo

La reciente decisión de la Casa Blanca, firmada el 9 de marzo por el Presidente Barack Obama, decretando el “estado de emergencia” en los Estados Unidos por “la amenaza inusitada y extraordinaria” que representaría la República Bolivariana de Venezuela para la seguridad nacional del país, da cuenta de una violación a las más elementales normas del derecho internacional y significa una injerencia en la soberanía de otra nación. Esta resolución, que se acompaño de sanciones contra varios funcionarios del gobierno de Venezuela, constituye un hecho sumamente grave en la situación política internacional.

¿Cuáles son los argumentos que expone la Casa Blanca? “la intimidación de los opositores políticos”, “respeto a los derechos humanos y de las libertades fundamentales”, libertad a los detenidos acusados de conspiración contra el gobierno. ¿Cuál de estas demandas constituye una “amenaza inusitada y extraordinaria”?. Venezuela nunca puede significar una amenaza para la primera potencia mundial y de vasta experiencia en invadir países y bombardear pueblos. Tan solo con recordar su participación en los golpe de estado en el Brasil de Jao Gallart, Chile de S. Allende, Guatemala de J. Arbenz, Argentina, El Salvador, Honduras, Panamá y  Nicaragua.

¿Cuál es el objetivo? El objetivo queda claro; se trata, tal como lo señaló el Presidente Nicolás Maduro, de un nuevo intento de golpe de estado contra el gobierno legítimamente constituido que ha ganado 19 de las 20 elecciones realizadas y supervisadas por distintos organismos internacionales. Hacerse, nuevamente, dueño de los recursos naturales, el petróleo principalmente. Lograr, sea como sea, que el proyecto político no se consolide y derrotar a quien más ha contribuido a la unidad e integración de América latina y el Caribe. Rendir a la Venezuela Bolivariana, sería un golpe para todos los pueblos que han puesto en marcha procesos democráticos y populares.

Cuál es la causa

La crisis general del capitalismo y el proceso de reconfiguración actual del mundo con la aparición de nuevos centros de poder que le disputan su “única hegemonía” alcanzada con la caída del llamado “socialismo real”; las políticas consensuadas entre Moscú y Pekín, la conformación de los BRICS y el sostenido proceso de los gobiernos democrático y populares de América latina que transitan el camino del pos-neoliberalismo, constituyen, sin lugar a duda, una preocupación para los grupos concentrados del poder monopólicos que ven peligrar sus políticas de concentración de las ganancias y de superexplotación de pueblos y naciones.

Las crecientes contradicciones y el cada vez mayor predominio de los grandes grupos monopólicos en las políticas del gobierno de los Estados Unidos, no sólo representados por el Tea Party, empujan, presionan, aceleran las políticas más nefastas del viejo Theodore  Roosevelt que gobernó a Estados Unidos desde 1901 a 1909: “La diplomacia del garrote”, asentada en la “Doctrina Monroe”; “América para los americanos”. Está claro que estas políticas y acciones de los Estados Unidos no constituyen ninguna novedad. Han sido el hilo conductor de su política exterior. En la situación actual, teniendo en cuenta la magnitud y lo prolongado de la crisis general del capitalismo, en particular en los países centrales, expresa un peligro mayor.

El incremento de la ofensiva de los grupos concentrados del poder económico y mediático, hechos gobierno de los Estados Unidos y de la mayoría de los países de Europa, es un nuevo intento para que el resultado de la reconfiguración del mundo no le resulte adverso.

América latina, el Caribe y en especial Venezuela convertidos en teatro de operaciones.

En esta creciente disputa, Estados Unidos, no sólo necesita impedir y, si puede, destruir los otros centros de poder mundial, como China y Rusia que han acrecentado su presencia en lo que consideran su “Patio Trasero” o el “Mediterráneo Americano (1). Expresan claramente su objetivo de voltear a los gobiernos democráticos y populares de la América latina y el Caribe, que han encarado procesos que rechazan las políticas neoliberales. Necesitan gobiernos que se propongan volver a los 90. Imponer el ALCA derrotado en Mar del Plata en el 2005. Que los acompañen en su política exterior cada vez más agresiva.  Necesitan imponer su proyecto neoconservador, hacer fracasar los intentos de estos gobiernos, que aún en medio de contradicciones y disputas, se resisten a las presiones de imponer las políticas antipopulares con las que arrecian a los pueblos de Europa.

Cuba y Venezuela son su escollo principal. Cuba por la ya larga resistencia y muestras de entera dignidad de su pueblo y gobierno, encabezado por el Comandante Fidel y Raúl Castro, a las políticas de atentados y criminal bloqueo. Políticas que han fracasado y han cosechado el repudio mundial de gobiernos, movimientos populares y pueblo en general. Venezuela que por la vía democrática, que tanto dicen respetar, no han logrado nunca derrotar al gobierno del Comandante Chávez, ni del Presidente Nicolás Maduro. Estos fracasos lo obligan a cambiar de  políticas; intentan recomponer las relaciones diplomáticas con Cuba, aún sin levantar el bloqueo y utilizan el “garrote” contra Venezuela. Se proponen dividir, enfrentar y destruir el camino común construido con la  revitalización del MERCOSUR, y la formación de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA), la UNASUR y la CELAC. Revitalización y construcción de organismos y acciones de integración de América latina y el Caribe en los cuales Venezuela y en particular Hugo Chávez, tuvieron, junto a Correa, Néstor Kirschner y Lula, un papel protagónico.

La historia reciente demuestra que desde el triunfo en las elecciones de 1999 y llegada al gobierno de Hugo Chávez, Washington no ha dejado de realizar una política cada vez más agresiva, para derrotar al gobierno democrático de Venezuela. Participó en el golpe de estado del 11 de abril de 2002, durante la administración de Bush, En diciembre del 2002 apoyó el sabotaje contra PDVSA, que costó cerca de 10.000 millones de dólares. En febrero de 2014 apoyo a la oposición antidemocrática, que con la participación de grupos paramilitares ingresados desde Colombia, sembraron el caos, la muerte, con el objetivo de derrocar al gobierno. “Bajo la cobertura política e ideológica de las principales corporaciones multimedia de Venezuela y las Américas, pasando por diversas operaciones clandestinas y diferentes modalidades de la guerra de espectro completo (“golpe suave”, guerra de baja intensidad, guerra asimétrica, de información o cuarta generación, guerra económica y terrorismo mediático), hasta el fracasado golpe del 11 y 12 de febrero de 2015.”

Estas medidas se incrementaron desde el principio de este año; desabastecimiento, fuerte suba de la inflación, usura, mercado negro, fuga de divisas por parte de los grupos exportadores e importadores, campaña de rumores y violencia en las calles. Estos hechos ampliados y reproducidos por los grandes medios internos e internaciones, les habría de facilitar las condiciones para un golpe estado y, de ser necesario, una intervención directa.  Por eso Washington  hace llegar a “fundaciones”, o agencias oficiales, como la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) o National Endowment for Democracy, grandes sumas de dinero para que los grupos golpistas puedan desarrollar sus tarea de crear el clima favorable a la desestabilización. Bueno es recordar que estas estrategias fueron aplicadas en la Nicaragua Sandinista, Granada y Panamá. Y artífice de éste plan fue el ex embajador de EEUU en Venezuela William Brownfield, adscrito a la Oficina de Iniciativas para la Transición en Venezuela, cuya misión principal era elaborar un plan para derrocar a Hugo Chávez.

También hay que agregar entre las organizaciones receptoras de fondos a Nueva Conciencia Nacional; Fundación Futuro Presente; Humano y Libre, de Gustavo Tovar Arroyo, quien organizó, en 2010, la denominada Fiesta Mexicana para adiestrar en métodos de desestabilización a dirigentes estudiantiles de la extrema derecha venezolana; Espacio Civil; Operación Libertad; Mujer y Ciudadanía; Ventana por la libertad; Súmate y Consorcio Desarrollo y Justicia, ambas ligadas a la golpista María Corina Machado. Se estima que el gasto de 2013 para programas subversivos en Venezuela ascendió a cerca de seis millones de dólares. Su famosa Escuela de las América, donde entre otros se educaron los Videlas. El accionar de la CIA, embajada mediante, con sus operaciones encubiertas, el apoyo financiero a ONG o Agencias “democratizadoras, moralistas y preocupadas por la vida de sectores más necesitados”. Ahí están: la Freedorm House, Internacional Republicam Institute, todas parte de las estrategias elaboradas por Gene Sharp en su plan de los “golpes blandos” (3). Esto sin olvidar la acción de Fondo Monetario Internacional, el Consenso de Washington y la labor que despliegan los grandes medios de información.

Claro que hay problemas por resolver, insuficiencias y errores del gobierno. Profundizar la democracia participativa y deliberativa, avanzando en la organización y participación popular, reconvertir la economía con el uso de la renta petrolera, avanzar en la lucha contra la inflación y las distintas manifestaciones de la corrupción y problemas de inseguridad. Son deudas y tareas importantes a resolver. Pero sólo el pueblo Venezolano tiene la potestad de decidir sobre estas cuestiones.

También es cierto que se avanzó en resolver las necesidades básicas de los más postergados. Se eliminó el analfabetismo,  se redujo el desempleo del 14,5 % al 7,7% . Se redujo la pobreza de 67% en 1997 a 27,4% en 2011. Según el GINI, (dato del Banco Mundial) Venezuela es uno de los países menos desiguales del continente y mayor índice de Desarrollo Humano.

Fundamental: solidaridad y acción conjunta de los gobiernos de América latina y Central

La realización de la VII Cumbre de las América entre el 5 y 10 de abril en Panamá será un acontecimiento importante. Allí estarán todos los Presidentes y Barack Obama deberá dar explicaciones de la insólita y provocativa decisión de su gobierno. ¿Cómo amenaza y se vuelve peligrosa Venezuela para la seguridad de Estados Unidos?

Ya es, y será fundamental ratificarlo en Panamá, la condena contra este nuevo acto provocativo del imperio dada por todos los países de América latina y Central. Cuba, en primer lugar. Una declaración de rechazo y apoyo incondicional al gobierno del Presidente Nicolás Maduro. La misma se conoció el mismo 9 de marzo de 2015 y señala: “El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba ha conocido la arbitraria y agresiva Orden Ejecutiva emitida por el Presidente de los Estados Unidos contra el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que califica a este país como una amenaza a su seguridad nacional […]. ¿Cómo amenaza Venezuela a Estados Unidos? A miles de kilómetros de distancia, sin armas estratégicas y sin emplear recursos ni funcionarios para conspirar contra el orden constitucional estadounidense, la declaración suena poco creíble y desnuda los fines de quienes la hacen. […] Nadie tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de un Estado soberano ni a declararlo, sin fundamento alguno, como amenaza a su seguridad nacional.”

“Así como Cuba nunca estuvo sola, Venezuela tampoco lo estará”.

La Cumbre extraordinaria de los Jefes de Estado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Allí el presidente cubano afirmó con toda claridad “Estados Unidos debería entender de una vez que es imposible seducir y comprar a Cuba, ni intimidar a Venezuela. Nuestra unidad es indestructible”

Argentina, tras una larga declaración rechaza las medidas hostiles y apoya a la democracia venezolana. Señala consternación por la dureza inusual de sus términos, casi amenazantes que provocan estupor y sorpresa. Dice “resulta absolutamente inverosímil que Venezuela o cualquier país de Sudamérica o Latinoamérica, pueda constituir una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos.”

En el mismo sentido se expreso Evo Morales; “Exigió que Estados Unidos pida perdón a América latina y en especial a Venezuela”. Rafael Correa que manifestó “su profundo rechazo e indignación”. Pepe Mújica que condenó la actitud agresiva de Estados Unidos y dijo “no preciso informes y pruebas que los americanos se meten”. La UNASUR, el Parlamento del MERCOSUR, La Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), la cumbre de la CELAC, el Parlatino, Parlamento integrado por 23 países la Alianza Bolivariana para los pueblos de América, el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas. La Comunidad de Estados Latinoamericanos –que agrupa 33 países más Rusia y China. Frente a tal repudio Estados Unidos tuvo que decir que “su objetivo no era derrocar al Gobierno democrático de Nicolás Maduro ni sabotear la economía Venezolana”. Esto no alcanza! y Barack Obama deberá, en Panamá, enfrentarse al resto de América latina y el Caribe que lo recibirá, seguramente , con desconfianza y rechazo, como miran siempre los pueblos su política.

Roberto Papadopulos*, periodista, miembro de la Comisión de América Latina y del Consejo Editorial de Tesis 11.

1 Mediterraneo Americano – Nicholas J. Spykman en 1942, cuando al definir el “Mediterráneo Americano” (que abarcaba el litoral del golfo de México y el mar Caribe, México, América Central, Colombia, Venezuela y el cinturón de islas que se suceden desde Trinidad a la punta de la Florida, Cuba incluida), dijo que esa región debía quedar bajo la “exclusiva e indisputada tutoría” de Washington.

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