Trump – Macri y el Miedo a la Libertad

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Ignacio Paz*

“Trump en EEUU, así como Macri en Argentina, se presentaron como “salvadores”, paladines del éxito y del retorno a la felicidad. Poseedores de la fórmula para que un gobierno de millonarios, rompa con la “corrupción populista” y recupere la grandeza nacional.”

El triunfo de Donald Trump en EEUU y antes el de Mauricio Macri y su restauración conservadora en Argentina  suscitan sorpresa y algunas reflexiones.

No hay dudas que asistimos a acontecimientos inéditos a nivel mundial.

El nacimiento del siglo XXI encontró en Sudamérica el establecimiento de regímenes democráticos y populares, con características disímiles, pero con un común denominador: se abría una etapa de proyectos nacionales y populares como la región no conocía, al menos en los últimos 50 o 60 años.

Luego de múltiples conquistas y reformas económico sociales que hicieron crecer a la región y aumentar los derechos sociales de los pueblos en forma muy importante, estos procesos se encontraron con la resistencia organizada del poder económico, mediático y judicial. Alianza reaccionaria que, empleando todo su poderío, logró torcer la voluntad de sectores populares y/o la de  sus representantes para reinstalar gobiernos de derecha que con promesas ilusorias volcaron a su favor las urnas.

El triunfo de M.Macri en 2015 en Argentina, con promesas de cambios positivos que mantendrían todas las conquistas sociales y las mejorarían, marcó un retroceso significativo y creciente para las condiciones de vida del pueblo.

Eso fue posible porque una parte de la población aceptó la seducción de la derecha, por sus anhelos de mejorar lo mucho que ya habían alcanzado con el gobierno nacional y/o por no compartir con “otros”  lo que consideraban “propiedad absoluta” y/o por la falsa consigna de honestidad de los ricos y corrupción de los gobiernos populares como un dogma indiscutible, o por la vehemencia de dolarizar sus ahorros.

Pero 2016 mostró la verdadera cara de la restauración conservadora en Argentina. El retroceso de las condiciones de vida del pueblo, la destrucción del aparato productivo local y la caída de la economía, la transferencia de ingresos masiva a favor de los grupos agroexportadores, la megadevaluación de la moneda y su secuela inflacionaria con aumentos exorbitantes en los productos de primera necesidad, la apertura indiscriminada de las importaciones, el grosero endeudamiento externo para volver a facilitar la fuga de divisas de los sectores concentrados, etc.

Al mismo tiempo que el gobierno de Macri anunciaba “su vuelta al mundo”, con la apertura de las fronteras a las importaciones mundiales,  y prometía una “lluvia de inversiones”, en EEUU Donald Trump ganaba las elecciones.

Un “outsider” (ajeno a la política) se imponía en la meca del capitalismo mundial. Con una campaña basada en promesas de proteccionismo económico, cierre de fronteras, defensa del trabajo norteamericano, una furiosa xenofobia con estigmatización de los extranjeros , vehemencia demencial en la denuncia de tratados internacionales como el Nafta con México y Canadá y el TTP, del Pacífico sin China.

La crisis general del capitalismo en su etapa de globalización internacional con la hegemonía del capital financiero y sus nuevas asignaciones en la división internacional del trabajo, comienza a mostrar un resquebrajamiento de los bloques dominantes en los centros del capitalismo mundial.

Si Grecia representaba la crisis del sistema en la periferia europea, el Brexit en Gran Bretaña (salida de la Unión Europea), la derrota del gobierno italiano en referéndum por aumentar la consolidación de Italia a la Comunidad Europea bajo la dirección de Alemania, y el triunfo de Donald Trump en EEUU, representan la crisis en el seno del centro mundial del capitalismo.

Trump denuncia la globalización y repudia los tratados internacionales y a China como proveedor mundial que habrían “abusado de EEUU”, haciendolo perder su industria y generando desocupación industrial.

Triunfan en  el centro del capitalismo los discursos xenófobos, discriminadores, y proteccionistas.

Los multimillonarios atacan el “outsourcing” (traslado de industrias a la periferia para bajar costos y evitar contaminación), herramienta usada para el aumento de las ganancias monopólicas por reducción del costo de mano de obra.

Trump ataca a la globalización, a México y a China, al influjo de un electorado, eminentemente WASP (gente blanca anglo sajona en inglés), habitantes del “dusty belt “ (cinturón de chatarra industrial) víctimas de la competencia de  mexicanos y latinos en el empleo , de la relocalización de industrias en México y en China. Pero  ¡! fue eso precisamente, resultado de la globalización, propiciada por los grupos hegemónicos mundiales lo que permitió la reducción de los costos laborales y el aumento de sus ganancias, al mismo tiempo que una reducción brusca de la inflación doméstica!!

Trump promete la reinstalación de industrias y advierte sobre serias penalidades para quienes no lo hagan. Esto generaría más empleo pero mayores costos, encarecimiento de los productos y mayores inflación y tasas de interés.  ¿Y  la obsesión por reducir la inflación,  ADN de los monopolios y del neoliberalismo?

Trump cierra las fronteras, y resalta la necesidad de defensa del mercado interno. Macri  abre las fronteras indiscriminadamente, destruye el mercado interno (al que ve como subproducto del populismo) y confía en la traslación de recursos a los exportadores para que desde allí “derrame” al resto de la sociedad.

Trump augura un “vivir con lo nuestro” al mejor estilo de Aldo Ferrer, y Macri se enorgullece de abrir las importaciones industriales y exportar materias primas, bajo el dogma neoliberal, cuando todos los países son vendedores y cunde el proteccionismo.

Trump augura un dólar fuerte y preanuncia un efecto “aspiradora” para los capitales internacionales atraídos por un aumento de la tasa de interés del Tesoro norteamericano en una reedición de “fly to quality” (vuelo hacia la calidad) que implica mayor seguridad en la inversión y no deslumbramiento por altas tasas en países dudosos.

Al mismo tiempo Macri promete “una lluvia de dólares” para la Argentina ¡!

Algunos sectores califican como “populismo de derecha” a esta nueva etapa de Trump en EEUU, cuando en realidad, son expresiones de un gérmen neofascista, xenófobo y racista en ascenso.

Se ha producido un cisma en el bloque dominante en los países centrales del capitalismo. Un sector del gran capital  ¿intentaría redireccionar el proceso de acumulación, visto los efectos sociales y políticos de la globalización de la economía mundial y sobre todo a partir de la nueva etapa de la crisis general iniciada en 2008?

Estas contradicciones nuevas y explosivas tienen, hoy, un final abierto.  Pero sin dudas, darán lugar a múltiples vicisitudes para las economías de los países emergentes, y para el mundo en general.

¿Cómo fue esto posible en condiciones de democracia política y voto popular?

¿Es una reedición del “síndrome de Estocolmo” (enamoramiento de la víctima por el verdugo), a escala mundial ?

Erich From, sociólogo norteamericano, escribía en la década del 60 en su  obra “El miedo a la libertad” que  “…para entender la dinámica del proceso social tenemos que entender la dinámica de los procesos psicológicos que operan dentro del individuo, del mismo modo que, para entender al individuo tenemos que observarlo en el marco de la cultura que lo moldea.”

Agregaba con relación a las conductas sociales de los individuos que “…la tesis central de la obra es que el hombre moderno no ha ganado la libertad en el sentido positivo de la realización de su ser individual, esto es, la expresión de su potencialidad intelectual, emocional y sensitiva.”

“La libertad le ha proporcionado independencia y racionalidad, pero lo ha aislado y tornado ansioso e impotente. Tal aislamiento le resulta insoportable y la alternativa que se le ofrece es la de rehuir la responsabilidad de esta libertad positiva…”

Con relación a la conducta política de sectores que votan contra sus intereses de clase, dice “…Así el modo de vida del individuo, tal como se halla predeterminado por obra del sistema económico, llega a ser el factor primordial en la determinación de toda la estructura de su carácter..”  “…su personalidad es moldeada por obra del tipo de existencia que le ha tocado en suerte, a través de un medio familiar que expresa todas las características típicas de una sociedad o clase determinada”

Con respecto a la ausencia de ideas o valores, dice “… esa falta de conexión con valores, símbolos o normas, que podríamos llamar soledad moral  es tan intolerable como la soledad física, o más bien, la soledad física se vuelve intolerable cuando es también soledad moral…”

“Cuando en momentos de cambio o incertidumbre estas personas sienten la posibilidad de ser abandonados a sí mismo, se encuentran frente a la amenaza mas seria de toda la existencia del niño”.

Ese es el Miedo a la Libertad.  La necesidad de entregarla a alguien que decida por nosotros y sobre todo cuando nos prometen alegría, seguridad, éxitos, futuro.

En esa misma dirección  Sygmund Bauman filósofo polaco recientemente fallecido, autor de “La modernidad líquida” decía que “…en algunos momentos históricos, como el actual,  los pueblos cambian su libertad por seguridad”

Es la entrega de la capacidad de pensar y decidir. De analizar críticamente el discurso dominante de los monopolios informativos. De pensar en sus intereses de clase social.

Es la entrega narcotizada del ser a un redentor que hará el trabajo de conducirnos a la felicidad, sin sobresaltos ni tumultos.

Trump en EEUU, así como Macri en Argentina, se presentaron como “salvadores”, paladines del éxito y del retorno a la felicidad. Poseedores de la fórmula para que un gobierno de millonarios, rompa con la corrupción populista y recupere la grandeza nacional.

Las coincidencias abruman. Las diferencias en sus estrategias de  poder, nos preocupan aún más.

Sobretodo en Argentina en donde estos personajes  triunfaron electoralmente, sin que haya un país con crisis social, sino gracias a la cooptación de un sector que votó contra sus intereses objetivos y entregó su capacidad de decidir libremente llevados por el “ilusionismo” del encantador de serpientes, hacia un futuro ideal,

En  La Odisea,  Homero destaca cómo los dioses exhortaban a Ulises, a no dejarse atraer por los cantos de sirenas que buscarían atraparlo con promesas de placer exuberante, para finalmente destruirlo, en su viaje hacia la liberación de su Patria y de su amada Penélope.

Ignacio Paz

Feb 2017

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