La Argentina bajo el gobierno macrista

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Revista Tesis 11 (nº 119)

Edición especial: Balance del gobierno de Cambiemos

(economía)

Alberto Wiñazky*

En un período de crisis global del capitalismo, los capitales monopolistas se han hecho cargo de una manera directa de los asuntos del Estado, en todo el mundo capitalista incluyendo a la Argentina, convirtiendo a la política en un mero instrumento ejecutivo del gran capital, presentando los intereses del capitalismo más concentrado como necesidades objetivas del conjunto de la sociedad.

Los sectores más concentrados no están ligados al posible desarrollo de la Argentina sino a su saqueo, y su política si no se centra, casi con exclusividad, en la especulación financiera como durante los noventa, se hace presente a través de la intermediación parasitaria o a través de la obtención de super ganancias que normalmente van a parar al exterior, sin dejar de lado la especulación financiera, sosteniendo un modelo anti industrial, con una importante reducción del mercado interno.

Con la aplicación de las políticas neoliberales, han caído  desde enero hasta julio 15% los salarios de los trabajadores formales y más de 200.000 trabajadores fueron despedidos entre los integrantes del Estado y el sector privado. Mientras esto ocurre, el gobierno macrista sigue insistiendo en la aplicación del “tarifazo” (luz, gas y agua) que significaría una nueva traslación de los ingresos de los trabajadores hacia los sectores más concentrados.

En los hechos concretos, nos encontramos en todos los meses con la enorme caída de las ventas, desde que se hizo cargo del gobierno el macrismo. Según CAME, el segundo semestre comenzó con una contracción de 8.1% en julio frente al -6.6% acumulado de enero a junio.

Por la contracción de los ingresos de los trabajadores, el poder adquisitivo se derrumbó y se establecen prioridades en los hogares en materia de gastos. Las ventas minoristas anotaron una caída del 8.1% en julio, marcando el séptimo mes de bajas. Electrodomésticos, materiales para la construcción, productos de ferretería, textiles y calzado fueron los rubros que lideraron las caídas, con mermas de hasta el 18.1% en el mes de julio.

Por otro lado, se produjeron enormes pérdidas en los puestos de trabajo (alrededor de los 200.000), unido al brutal aumento del costo de vida, consecuencia de la devaluación y la remarcación de precios (un 47% interanual), más el incremento de las tasas de interés, tanto en las tarjetas como en los préstamos personales. La economía se retrajo a pesar que el gobierno había prometido que en el segundo semestre repuntaría la actividad. No se puede obviar el rol que continúa jugando la burocracia sindical, que como es habitual continúa traicionando las luchas de los trabajadores, defendiendo solamente sus puestos burocráticos.

La devaluación más el recorte a las retenciones, ocasionó la mayor escalada inflacionaria desde el 2001 impulsando la caída de la recaudación, que incrementó el déficit fiscal, son algunos de los puntos que configuran la situación actual. En la actividad estatal se puede consignar que, en la primera mitad del año, los ingresos totales del estado fueron de casi 698.000 millones de pesos, lo que significó un aumento interanual del 28%, frente a una tasa de inflación, que como se señaló, promedió el 47%, provocando una caída de los ingresos reales de más de 12 puntos. Esa caída en los ingresos deriva en una gran retracción del gasto de los trabajadores y los sectores medios de la población.

Esta disminución en los ingresos está llevando a un incremento sostenido del endeudamiento del Estado nacional, las provincias y los municipios, para solventar gastos corrientes. Conjuntamente con este endeudamiento del Estado nacional y las provincias y los municipios se debe señalar la fuga de capitales, producto de la desregulación de los controles cambiarios y la política de saqueo implementada por el gobierno.

Por otro lado, las inversiones que esperaba el gobierno, “la lluvia de dólares”, no se ha producido y solamente ingresaron dólares financieros para aprovechar las altas tasas de interés y realizar de este modo enormes diferencias.

Luego de un ciclo de crecimiento, en la mayor parte de los últimos doce años, donde el modelo anterior estuvo centrado en la ampliación de la demanda y en la protección de sectores industriales, más allá de la discusión sobre porcentajes, sigue actualmente otro ciclo de caída, como ya es una constante en la economía Argentina.

Al mismo tiempo, la crisis mundial no tracciona la economía, donde incluso China ha entrado en un período de menor crecimiento. Sobre esta situación influye también severamente la espectacular caída de Brasil, el principal receptor de la exportación de productos industriales desde la Argentina, completando un panorama de difícil resolución.

En definitiva, este gobierno, “el gobierno de la ceocracia”, de claro tinte neoliberal, representa los intereses del capital financiero, del agro negocio y el extractivismo metalífero y ataca frontalmente las conquistas históricas de los trabajadores.

En materia de comercio internacional, se liberó el ingreso de bienes de consumo (juguetes, textiles, electrodomésticos), pero por otro lado casi el 80% de las posiciones arancelarias se incluyeron en el Régimen No Automático, dificultando la provisión de elementos indispensables para el sector industrial, en una clara demostración de las contradicciones y divisiones que caracterizan la conducción del gobierno en esta etapa. El resultado, hasta el momento, es confuso y también difuso, ya que al parecer cada funcionario del gobierno parece representar a las distintas fracciones de la burguesía encaramadas en el gobierno, e impugna a los otros miembros con un discurso filosófico-empresarial que no responde a la acción de una conducción unificada.

Además, se ha agudizado el deterioro de los términos de intercambio, ya que en el segundo trimestre de este año, se profundizó la tendencia negativa de las cuentas externas, (USD 8.570 millones) tanto por el giro de dividendos, pago de intereses de la deuda, más las transferencias por utilidades y mayores envíos al exterior por servicios, mientras se registran menores ingresos por exportaciones.

Relacionado con este tema, existe una posibilidad concreta que el Mercosur tienda a desaparecer o disminuir drásticamente su existencia, dado el desplazamiento de los objetivos del gobierno hacia la incorporación en la Alianza Transpacífico. Esta posibilidad es acompañada por el gobierno del Paraguay y la nueva conducción que surge luego del desplazamiento de Dilma del poder en el Brasil.

Finalmente, los caminos de una transición hacia un gobierno dirigido por los trabajadores, exigen apostar por una transformación de las relaciones sociales de producción y de las formas de propiedad. Sin duda la tarea es gigantesca y ardua, pero es el único camino que llevará a la liberación definitiva del ser humano.

*Alberto Wiñazky, economista, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.

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