El Proyecto K: Preguntas y Respuestas

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Revista Tesis 11 (nº 111)

(Política Nacional)

Ignacio Paz*

El autor de este artículo trata de responder a un conjunto de preguntas frecuentes en torno a hechos económicos en la actual coyuntura.

¿ Por qué atacan al proyecto los grupos dominantes que han ganado dinero en este período?

¿ Por qué subsiste aún en nuestra estructura económica, tal nivel de concentracion y extranjerización?

¿ Por qué en Argentina se pelea por los dólares y en otros países vecinos, sobran?

¿ Por qué la tasa de inflación en Argentina es diferente también?

Preguntas que ocupan el centro de la discusión mediática nacional.  Respuestas que intentarán ayudar a su dilucidación.

  • Con una conclusión terminante en cuanto a la necesidad de impulsar el desarrollo del movimiento de masas, sin sectarismos y con inclusiones de todas las capas y estamentos sociales interesados en mejorar sus condiciones de vida. Movimiento que se constituya en  soporte social vital para la concreción de estos objetivos.

Es corriente hoy escuchar en reportajes, notas y entrevistas periodísticas hablar de los problemas actuales de la economía argentina y de comparaciones con otros países de América del Sur. En ellos se insiste en adjudicar al gobierno nacional la responsabilidad absoluta de dichos  problemas. Dichas entrevistas y medios trabajan activamente en pos del debilitamiento político del proyecto en marcha y nada dicen sobre las causas reales de los temas en cuestión (inflación, falta de divisas, corridas especulativas, recesión económica, etc.

Las discusiones sobre las vías para resolver problemas económicos, no son abstractas, sino reflejan intereses sociales en pugna.

Nos proponemos un ejercicio práctico repitiendo las cuestiones sobre los temas más candentes y las respuestas que muchas veces o no son dadas o son recortadas y deformadas por los medios de comunicación dominantes.

¿Por qué aquellos sectores y grupos financieros, beneficiarios mayúsculos de la creciente ampliación del consumo y del mercado doméstico, trabajan activamente para desestabilizar al gobierno que propició este crecimiento?

Dado que el proyecto nacional y popular en curso,  no ha logrado aún modificar cualitativamente la matriz de concentración y extranjerización de la economía argentina, todo aumento del consumo popular y crecimiento de la economía, destinado a favorecer a las clases populares, al mismo tiempo beneficia a los grupos concentrados que son quienes detentan la propiedad mayoritaria de los medios productivos y de distribución de mercancías

No obstante, el carácter popular de la política económicosocial es antagónico con los proyectos políticos de acumulación de los grupos hegemónicos, tanto nacionales como internacionales.

No es lo mismo un patrón de acumulación basado en un proyecto político neoliberal y neoconservador que asegure el dominio económico, y político de estos grupos sobre la base de reducción del gasto social, favoritismo absoluto hacia los sectores dominantes y mercados en permanente recesión con sobrante de mano de obra y  aumento de la desocupación estructural, como factores que presionan hacia la baja en los niveles salariales.

Al mismo tiempo un proyecto que amplía la participación del Estado en la vida económica como regulador y redistribuidor, es antagónico al proyecto neoliberal de Estado prescindente y sólo servicial a los intereses dominantes cuando necesitan de él para obtener prebendas, concesiones y marcos jurídicos antipopulares para asegurar la reproducción del capital, sin pujas distributivas, convenciones colectivas de trabajo, ni  obreros y empleados que reclaman por sus derechos.

Desde el punto de vista ideo político se enfrenta al proyecto de restauración del neoliberalismo de estos grupos.

Porque la política del “patrón de estancia” es dar dádivas generosas a sus empleados disciplinados, y no soportar reclamos y exigencias de parte de sus “peones”.

Entonces un gobierno de este tipo es enemigo de sus intereses políticos y económicos en su sustancia, aunque temporalmente sigan gozando de beneficios multimillonarios.

*Desde la “izquierda disidente” se cuestiona ¿cómo aún subsisten los grupos concentrados y la extranjerización de la economía?

La estructura económica argentina ha sido forjada desde la creación del estado nacional en función de los intereses de los sectores dominantes del capital financiero nacional e internacional.

Se moldeó así un país agroexportador, con la tierra en manos de  latifundios  concentrados económica y políticamente y una industria semiinexistente primero y de sustitución de importaciones ligeras y cada vez más dependiente de insumos importados después.

Si a este diseño agregamos la creciente internacionalización de la economía mundial y la concentración del poder económico mundial en manos de la élite de capital financiero multinacional, vemos que las  estructuras nacionales de los países dependientes fueron incorporadas como periferia del centro capitalista y sus economías  adaptadas y funcionalmente componentes de una estrategia global.

Es así que Argentina funciona desde sus orígenes, salvo períodos con intentos renovadores, como los de Perón 1946-52 (aprovechando condiciones de posguerra), y el actual iniciado en 2003.

No es fácil remover esta estructura ni de inmediato ni con decisiones que violen un orden jurídico aceptado y respetado democráticamente.

En las condiciones de estos límites, las medidas adoptadas por el gobierno K tendientes a la restitución de derechos sociales, redistribución más equitativa del ingreso nacional protegiendo el salario y la elección del crecimiento a través del mercado interno, constituyen pasos necesarios tendientes a la democratización y nacionalización de nuestra economía.

Procesos que necesitan ser sostenidos y profundizados en el tiempo.

Es paradójico que las críticas desde esta “izquierda disidente del proyecto K” coincidan en su empuje con la derecha neoliberal y converjan objetivamente en un frente desestabilizador cuyas consecuencias serían seguramente nefastas para los intereses populares.

¿Por qué no hay dólares en Argentina?

En Argentina el comercio exterior mueve hoy aproximadamente entre 80 y 90  mil millones de dólares de exportaciones por año. Esos dólares “están en la economía” y financian las importaciones.

Este gobierno ha tenido desde sus orígenes una política de desendeudamiento externo que, comenzando con la renegociación absoluta de la deuda externa, continuó con una agenda de pagos permanentes de vencimientos, sin renovación. Por un lado por la citada política de desendeudamiento y por otro por la restricción del crédito internacional a Argentina, país al que se deseaba y desea, penalizar como mal ejemplo para el comportamiento de otros países respecto a la usura internacional.

La crisis  del capitalismo de 2008/2009 desencadenó una recesión global que afecta sin duda el comercio internacional.

La reducción de las exportaciones, baja de precios, y retención de cosechas con fines especulativos, afectan el nivel de ingresos de divisas. A su vez la política de sostenimiento de la demanda interna, genera demanda creciente de insumos importados. Estos hechos han  afectado el nivel de las reservas en divisas del país.

Pero a esto debe agregarse la estrategia política de los sectores dominantes quienes aprovecharon para renovar sus ataques especulativos contra el peso, exacerbando a través de los medios hegemónicos de comunicación, la ambición por la obtención de dólares escasos, necesarios para importar insumos. Se produce entonces un “ambiente” de insatisfacción ante la escasez de dólares que dichos sectores alientan con el objetivo de lograr macrodevaluaciones que los favorecen y que en definitiva terminan castigando el poder de consumo popular.

¿Por qué en otros países, donde dichos grupos también actúan, abundan los dólares?

En países con otra correlación de fuerzas políticas, o en los que la recomposición salarial en el reparto de la torta no es similar a la Argentina, o con otra historia del movimiento sindical en la lucha política o con niveles de vida muy bajo de los sectores populares,  el comportamiento de los grupos concentrados no es similar en su política de confrontación y exacerbación de precios.

Salvo Brasil, Argentina tiene un desarrollo industrial que requiere insumos pero además protección frente a la creciente competencia internacional que opera con otros niveles de producción y tecnología.

En Brasil, por ejemplo, aún con proyectos populares, se ha decidido alentar una política denominada “de metas de inflación”, en la que el cuidado de la tasa de inflación, lleva a elevar la tasa de interés, alentando objetivamente un fuerte ingreso de divisas para extraer renta financiera por diferencia entre la tasa local y la internacional. Esta política atrae dólares y mejora la posición de reservas,  pero “enfría” el consumo interno.  El dólar abunda, pero en pocas manos. No hay muchos bolsillos para comprarlos.

A todo esto agregamos que en Argentina,  desde muchas décadas atrás, se ha desprestigiado la moneda nacional, siendo reemplazada por el dólar en su función de ahorro y atesoramiento. Es decir que la demanda de dólares no es sólo para importar, sino para atesorar, convertir las ganancias y girar al exterior. Esta situación no ocurre en otros países con la misma intensidad y generalización.

¿Por qué esta inflación en Argentina?

Los economistas del establishment atribuyen la inflación a la emisión excesiva de moneda. Es decir que la política de subsidios y el gasto social serían generadores de inflación. Por lo cual se deduciría la necesidad de terminar con esta política para terminar con la inflación. Es decir lo que se llama “ajuste fiscal”.

Se ha demostrado que la teoría monetarista que vincula la inflación exclusivamente al exceso de emisión monetaria por parte del gobierno, es una cortina de humo para tapar, el papel de los grupos formadores de precios quienes son en realidad los verdaderos responsables de disparar los procesos inflacionarios. En su condición de controlantes de las principales materias primas y cadenas de abastecimiento, generan aumentos monopólicos que impulsan la cadena de remarcación de precios y provoca alzas en el costo de vida. Responden con aumentos de precios a todo aumento de demanda o ajuste salarial que busca compensar la inflación pasada. Paradojalmente, el banco Central se ve obligado a aumentar la emisión para monetizar el intercambio con precios aumentados. Entonces el establishment ataca al Gobierno por la emisión como causal y no como respuesta al aumento de precios.

¿Y por qué en otros países vecinos donde también están los grupos económicos, no hay tasas de inflación tan elevadas?

Primeramente porque tenemos una estructura industrial que otros, salvo Brasil, no tienen. En consecuencia el nivel de protección industrial convalida un diferencial de costos respecto de competencia externa.

Luego porque la política de crecimiento de demanda agregada vía aumento del consumo popular no es el camino elegido en todos lados para crecer. El consumo masivo provoca  crecimiento del mercado interno y mayores necesidades de bienes, es decir de inversión. Pero en una economía oligopolizada, y con grupos dominantes en pugna política contra el proyecto gubernamental, éstos  no aumentan sus inversiones y responden al aumento de demanda con aumentos de precios.

Dicha falta de inversión y respuesta vía precios de  de los sectores concentrados de la economía tiene que ver con su posición política respecto de los procesos nacionales.

Argentina, priorizó la demanda y el mercado interno. En una estructura dominada por la oligarquía financiera, la respuesta es la puja distributiva y la inflación.

¿Las mejoras sociales obtenidas en esta etapa significan que este Proyecto es ya la corrección estructural de Argentina?

No. Sólo se han logrado reasignaciones de derechos populares básicos que deben ser profundizados.

Es necesario como programa para un próximo período:

Aumentar el papel del Estado en la vida económica a través de la creación de instituciones que contribuyan activamente a:

  • impulsar mdificaciones progresivas en el régimen impositivo que alcance a la                 renta financiera y desgrave al trabajo.
  • una política más profunda en la defensa del suelo, la minería y los recursos no renovables.
  • el establecimiento de organismos estatales para la recuperación de puertos.
  • la creación de un ente estatal para regular el comercio exterior.
  • un fuerte impulso a la reindustrialización del país con sustitución de importaciones de componentes con mayor tecnología, a través de una política industrial activa y planificada
  • aumentar la integración regional, que será el mecanismo idóneo para un comercio intrazonal de mayores niveles de complementariedad y tecnificación
  • Y sobre todo impulsar el desarrollo del movimiento de masas, sin sectarismos y con inclusiones de todas las capas y estamentos sociales interesados en mejorar sus condiciones de vida. Movimiento que se constituya en  soporte social vital para la concreción de estos objetivos

*Ignacio Paz, economista, miembro de la Comisión de Economía y del Consejo Editorial de Tesis 11.