Editorial de Tesis 11. HAY UN MODELO ALTERNATIVO DE PAIS

Compartir:

Argentina ingresa en un período de contienda electoral en el que el pueblo decidirá qué gobierno y programa económico social y político prefiere.

Las cadenas de información en manos concentradas de los grupos hegemónicos con intereses antagónicos a los del pueblo, presionan, de forma desembozada y artera, para que el pueblo elija un gobierno que habrá de destruir lo ya logrado, y que habrá de reprimir cualquier intento de protesta social.

Vastos sectores sociales con ingresos deprimidos o sin ingresos para cubrir necesidades básicas, y la derecha, reivindicando ajuste social contra los trabajadores y represión a la protesta social, conforman un escenario dramático en su perspectiva. Al mismo tiempo se profundiza un escepticismo y un desánimo que puede conducir a deserciones a la hora del voto.

Argentina va a las urnas, en un contexto interno e internacional de gran complejidad con incidencia en nuestro país. La crisis general del sistema capitalista mundial y su profundización permanente, implica un proceso creciente de aumento de la desigualdad social en contra de los pueblos, aumento sideral del poder económico de los grupos hegemónicos y del carácter bélico y agresivo de las relaciones políticas internacionales. Esta situación geopolítica mundial va acompañada y agravada por el debilitamiento de EEUU como potencia hegemónica. El ascenso de China como jugador de nivel mundial y su ascendente relación comercial y financiera con la mayoría absoluta de los países del mundo, respetando sus soberanías políticas y económicas, enardece a la potencia imperialista. Es así que EEUU abre conflictos regionales, sobre todo en torno a Rusia, y en dirección a China, con el objeto de debilitar ese avance impetuoso de China con un perfil diferenciado y positivo, respecto de EEUU. La provocación a Rusia, via Ucrania, y la invasión rusa en consecuencia, generó un aumento de los precios internacionales de las materias primas y del combustible, que afectó a todos los países. En nuestro caso, representó un incremento de precios de importaciones, del orden de los 5.600 millones de dólares.

Al mismo tiempo de este cuadro de crisis, la caída del paradigma del socialismo real, representó un duro golpe en los objetivos de las luchas sociales, y en el programa de los partidos políticos progresistas y de izquierda. La falta de una utopía que aliente las luchas en procura de un mundo mejor, y el estado de ánimo imperante, complejiza las reacciones populares y sus movilizaciones reivindicativas, única arma del pueblo para lograr mejoras en su vida.

El desarrollo de la fase neoliberal del capitalismo mundial incrementó y desarrolló las políticas agresivas de los grupos económicos dominantes, a través de los medios de comunicación hegemónicos y del poder judicial, ampliando sus tentáculos de dominación, adicionando una política agresiva de conquista de la subjetividad y del sentido común de la sociedad.

La práctica de los gobiernos neoliberales, como fue Macri en Argentina, agravó la crisis social, y la desigualdad y terminó abriendo las puertas al FMI, tomando la deuda más impresionante de la historia del país y del mismo FMI (45.000 millones de dólares), para fugar esas divisas al permitir que los fondos especulativos se llevaran sus dólares puestos en la timba financiera y para ayudar a Macri en su, luego fallido, intento de reelección gubernamental.

El gobierno popular votado por el pueblo en 2019 con un programa de recuperación en favor de los trabajadores, enfrentó, desde su inicio, la pandemia mundial del Covid que implicó una caída de la economía de enorme dimensión, pero que demostró la importancia de la acción de un Estado presente para resguardar la vida de los ciudadanos, actuando además sobre los ingresos populares con subsidios a las empresas para pagar los salarios. Inmediatamente, la guerra en Ucrania y su efecto sobre los precios internacionales del combustible y las materias primas, representó un aumento en el costo de las importaciones de 5.600 millones de dólares y luego, como remate, la sequía más importante de los últimos 70 años, que representó para Argentina la pérdida de 25.000 millones de dólares de exportaciones, y una disminución de 6.000 millones de dólares de recaudación fiscal, que tuvieron un efecto mayúsculo sobre la economía argentina.

La inflación generada por los precios monopolistas y la especulación sobre las escasas reservas de dólares ha implicado un retroceso en el poder adquisitivo de los salarios, pese al aumento de la ocupación laboral, y al mismo tiempo, un aumento de la desigualdad social.

Este gobierno realizó un gran programa de obras públicas, de apoyo a la investigación científico técnica, de aumento de la presencia estatal en el plano de aeronavegación, ferrocarriles e infraestructura. La reciente inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá el ingreso de mayores exportaciones y el ahorro de importaciones del combustible, es un ejemplo de lo que se puede hacer en beneficio del pueblo.

En este contexto, y con miras a las elecciones de octubre próximo, se abre un escenario en el que la presencia del pueblo en las urnas, será condición indispensable para revertir esta situación socio-económica y política.

No obstante los esfuerzos y medidas populares tomadas por el gobierno de Alberto Fernández, en condiciones nacionales e internacionales durísimas, faltó mayor vigor en el enfrentamiento con los grupos dominantes y una política más audaz en favor de la redistribución del ingreso. Sostenemos que la “correlación de fuerzas” no es algo estático e inamovible, sino que las movilizaciones populares y las acciones concretas y decididas del gobierno, “mueven el amperímetro”

Por eso, es imprescindible que la representación popular enarbole el programa de medidas inmediatas a favor del pueblo, para continuar y profundizar, lo iniciado con el gobierno del Frente de Todos. Consideramos urgente y necesario la discusión y difusión, entre los sectores sociales, sindicales y políticos, acerca de las diferencias entre los proyectos de país que están en pugna en este proceso electoral.

La derecha, en su campaña electoral, endilga cínicamente la crisis a los gobiernos “populistas” (en realidad nacionales y populares),  cuando en realidad, la situación que vive el pueblo es causada precisamente por las políticas de derecha y las acciones de los grupos dominantes en Argentina, sostenidos en su poder en los grupos hegemónicos de comunicación y los jueces a su servicio. Montada en esta falacia y en un malestar generalizado, se anuncia hoy, sin tapujos, que se profundizará la política neoliberal de Macri, más duramente, más rápidamente y reprimiendo la protesta social, como se está haciendo hoy en Jujuy. Anuncian lo que será el panorama en Argentina si ellos triunfan: ajuste regresivo con el trillado argumento del déficit fiscal, ajuste que recaerá sobre lxs trabajadorxs y, particularmente empleadxs de las empresas públicas. Despidos, desnacionalización de empresas, reducción y eliminación de subsidios sociales, brusca devaluación que implicará la desaparición de pymes por el encarecimiento de los insumos. Desocupación creciente y caída del mercado interno por reducción del empleo y de los salarios, como vectores de consumo, que implicaran más crisis, desocupación y retroceso social.

Es vital esclarecer en cuanto a que está el otro proyecto de país que sigue siendo el nacional y popular. Proyecto totalmente antagónico al neoliberal y favorable al aumento del empleo y del poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones. Proyecto que implica una política de soberanía sobre las riquezas naturales de nuestro territorio y de intervención estatal en la defensa de nuestro patrimonio. Una política exterior, no alineada y de relación y comercio con todos los países sobre la base del interés nacional y la no intervención en los asuntos internos.

En momentos en que la rebelión parece ser patrimonio de las derechas, que cínicamente se apoyan en el descontento y penurias que provocan sus recetas en el pueblo, ¿cómo lograr llevar esta discusión al seno de los movimientos sociales, sindicales y políticos? ¿Cómo estimular al pueblo a concurrir a votar venciendo el desánimo o la bronca? ¿Cómo difundir que la campaña que procura inyectar sombras sobre el movimiento popular y promete soluciones fantásticas y fáciles para los problemas, busca en realidad llegar nuevamente al gobierno para completar, violentamente, lo que quedó trunco con Macri?

Es necesario subrayar que las represiones a las protestas populares en Jujuy, son el laboratorio de lo que traen para todo el país. Salarios de hambre, discriminación y represión a las protestas en la calle. Hasta cambios constitucionales que avalen jurídicamente la fascistización de las políticas oficiales.

Es vital divulgar que la raíz de las desigualdades sociales está en el régimen capitalista de producción y distribución de los bienes y servicios de la sociedad. Que el neoliberalismo es hoy la fase actual dominante del capitalismo mundial. Que la lucha contra el neoliberalismo es en definitiva una lucha contra el sistema capitalista, hoy decadente y en crisis generalizada y permanente, pero por eso mismo, más peligroso y dañino para los pueblos.

En suma, un modelo de país con intervención del Estado en la economía y con inclusión social.

Las organizaciones sociales, políticas y sindicales de contenido popular, particularmente las sindicales y sociales progresistas que encuadran a buena parte de la clase trabajadora, deben avanzar en su unidad y expresión política y convocar a estos debates de esclarecimiento y de difusión amplia de estos contenidos. Es vital retomar la militancia y conversar, casa por casa, con el pueblo.

 ¡En esto nos va el futuro!!

Tesis 11

Deja una respuesta