Declaración de Tesis 11. La crueldad como método

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Con la convicción de que una sociedad shockeada reclama soluciones inmediatas aunque sean dolorosas, Larreta apuró un mensaje de campaña cuando decidió atropellar con sus topadoras el precario asentamiento “La fuerza de las mujeres”, en Barrio Mujica. La crueldad exhibida como método fue un mensaje a propios y extraños sobre lo que se puede esperar de un renacimiento electoral del macrismo.

Con su viraje a la ultraderecha, el macrismo trata de contener la sangría de votantes que les produjo la irrupción de los anarcos libertarios de Espert y Milei y, al mismo tiempo, anticipar a sus votantes qué pueden esperar de su accionar futuro si resultan convalidados en las urnas en noviembre. Actúan con la convicción de que un sector de la población está dispuesta a tolerar “cirugía mayor”, con tal de emerger de la severa crisis a la que nos precipitó la doble pandemia del macrismo y del coronavirus.

Apuestan al olvido de sus propias responsabilidades en el cuadro actual, gracias a la aceitada desinformación que promueve el sistema de medios hegemónicos. También a la penetración lograda con las simplificaciones neoliberales que adjudican todos los males de nuestra sociedad a una supuesta hipertrofia estatal y a la profusión de derechos otorgados a quienes no tendrían méritos para gozarlos.

Desde hace más de medio siglo los “ultras” del neoliberalismo se han especializado en librar una batalla continua contra la ideología del “bien común”, propiciando siempre el individualismo más extremo, para emerger en situaciones de profunda conmoción social con sus recetas de fácil remediación del capitalismo más extremo. Siempre con la promesa de que, después de la “dolorosa” intervención”, el cuerpo social se recuperaría saneado y vigoroso para retomar un sendero de progreso abortado por las lógicas “socializantes” o, directamente, “comunistas”.

Así fue con su debut mundial en el Chile pinochetista, así fue con Thatcher y Reagan y ahora con Bolsonaro. Los derechos de los trabajadores, los sindicatos, los impuestos, los reclamos de los pobres, todo eso es necesario aplastarlo para poder resolver los problemas sociales. Bullrich lo dice sin ponerse colorada. Ahora la irrupción de los anarco liberales los habilita a mostrar su verdadera agenda la que, como dijo Menem, debían esconder porque si no “nadie los votaba”.

¿Qué los habilita en estas circunstancias? Más allá del poderoso aparato de difundir mentiras del macrismo, la impericia de las fuerzas populares para resolver las urgencias sociales favorece la propagación del mesianismo ultra neoliberal. Cuando una gran parte de la sociedad no puede tolerar más la insatisfacción que padece, los vendedores de pócimas mágicas hacen su agosto. Aunque la experiencia histórica haga saber de sus efectos dañinos. Siempre prevalece la desesperación ante el cálculo racional.

Las topadoras de Larreta graficaron esa propuesta. Fueron paralelas a la avanzada sobre la justicia nacional que propiciaron en simultáneo en la Legislatura porteña o a las excepciones tarifadas que habilitaron para los negociados inmobiliarios el mismo día. El bien común es ofrecido en sacrificio a la voracidad del capital, con la promesa de futuras bonanzas.

No alcanza con condenar estos hechos repudiables, como hacemos desde la Asociación Tesis 11. Debemos asumir que evidencian la propia inhabilidad de las fuerzas populares para ofrecer un horizonte claro a las demandas sociales. Estamos a tiempo de revertir el cuadro, a condición de asumir con coraje y resolución nuestras deudas con las esperanzas de los más desposeídos. Sólo así será posible que nos acompañen con su voto.

Tesis 11

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