Valentín Golzman*
En esta nota comienzo interrogando si tienen algo en común el accionar de la reina Isabel I -que gobernó Inglaterra entre 1558 y 1603- y medidas que ha puesto en marcha el presidente Donald Trump. La respuesta es un sí contundente, hay mucho en común.
Hacia mediados del 1500 Isabel, con el apoyo económico de la burguesía inglesa, otorgó el título de Corso y rearmó a piratas que asolaban mares y puertos. Esa medida implicaba “legalizar” el abordaje y robo de sus cargas a los barcos españoles que venían de las colonias. La condición era compartir con el reino isabelino los beneficios de los actos de piratería. Cinco siglos después, tropas de asalto de EEUU actualizaron la metodología de los corsarios: interceptaron y abordaron, desde helicópteros armados, un barco petrolero que había partido de Venezuela y confiscaron su carga. Los detalles de esa piratería siglo XXI, el resultado del accionar militar contra un petrolero, realizado frente a las costas venezolanas, fueron difundidos ampliamente por el propio gobierno de EEUU. El ataque a la nave violó leyes internacionales y violentó los reglamentos de la ONU. El gobierno de Trump informó que repetirá el procedimiento contra otro grupo de barcos petroleros.
Pero hay otro aspecto de la similitud operacional: España, cinco siglos atrás, busco defenderse de los corsos enviando, como protección a los mercantes, a su armada, lo cual dio inicio a una prolongada guerra con Inglaterra. En nuestros días, leemos en el diario La Nación del 18 de diciembre, que Venezuela comenzó a escoltar a los petroleros con su armada.
*Valentin Golzman, ingeniero, historiador, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11
