MAURICIO MACRI Y COMO HACER POLÍTICA INTERNACIONAL CON LOS PANTALONES A LA ALTURA DE LAS RODILLAS

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En un reestreno de las relaciones carnales, el Presidente Mauricio Macri inició un nuevo romance con el Imperio. Yendo aún más lejos que el menemismo y el canciller Di Tella con sus ositos Winnie The Poot el inquilino de la Casa Rosada se entrevistó con Donald Trump llevando de regalo en sus valijas las riquezas minerales de la Argentina (petróleo – litio y otros) a las que puso como garantía del feroz endeudamiento externo al que están llevando al país.
En bandeja de plata,  Macri les ofreció a las multinacionales petroleras con sede en Houston, explotadoras voraces de este recurso energético en todo el planeta, nuestras reservas de Vaca Muerta. No solo les allanó el camino de una entrega sin condiciones del petróleo y el gas,  sino que además, junto a un burócrata sindical millonario como Guillermo Pereyra, Secretario General del Gremio Petrolero de Neuquén les garantizó la flexibilización de las condiciones de trabajo y la rebaja de los salarios de los trabajadores.
La supuesta “desviación” porno de los jubilados que lo dejó tan preocupado al Presidente por la moral de nuestros viejos, la superó ampliamente con sus propuestas, actitudes y declaraciones verdaderamente pornográficas en su entrevista con el Presidente norteamericano.
La lluvia de capitales que vendrían a la Argentina con estos cambios en la política económica y el “retorno al mundo” (léase a las relaciones de sometimiento con los EE.UU.) solo se manifestaron en una nueva ronda de bicicleta financiera para beneficio exclusivo de los capitales golondrinas y el sector financiero. Y el otro flamante ejemplo se dio ahora con el cierre de empresas como la de la multinacional Techint en Campana, el perdón para su millonaria deuda impositiva con las consecuencias de centenares de trabajadores que pierden su fuente de trabajo y el traslado a los EE.UU. de la misma planta, para fabricar los mismos caños que ahora importaremos y  que emplearan a unos 1.500 trabajadores norteamericanos. Lo insólito del asunto, del que es difícil encontrar otros ejemplos históricos, es que en su viaje el Presidente respaldó esta operación de los Rocca con su visita por la planta industrial. Le faltó cortar las cintas con la banderita norteamericana.
Los “nuevos” neoliberales en el poder político del país pretenden volver y desgraciadamente lo están haciendo, a repetir la terrible y desastrosa experiencia de la década del 90 que termino en la peor crisis de nuestra historia.
Los aplausos y reconocimientos a la política económica del macrismo nos recuerdan las alabanzas y felicitaciones a Menem en el mismo lugar y con el mismo sentido. El tono sobrador, despectivo y descalificador de Trump cuando remarcó que:   El “le iba a hablar de Corea del Norte y Macri de limones” nos deja la enorme preocupación que, como Menem con su envío de las dos fragatas cuando la invasión yanqui a Irak, el macrismo se suba a cualquier aventura guerrerista con las que amenaza Trump en cualquier lugar del mundo y particularmente en la República hermana de Venezuela.
Los criterios de convertirnos en meros apéndices del Imperialismo yanqui que anida en el pensamiento ideológico del PRO y las actitudes de estos émulos de Alvear, aquel que nos quiso como simple y llana colonia del imperio inglés de esa época, son la contrapartida de los patriotas de Mayo de 1810 y de Julio de 1816. Está claro que no fue un exabrupto aquel discurso del 9 de Julio del 2016 en Tucumán cuando Macri habló de la “angustia que deberían tener (lo patriotas) por tomar la decisión de separarse de España”.
La Argentina no es Venezuela. El patriotismo,  la dignidad, continuidad de la lucha por la plena soberanía e independencia nacional  que lleva a la práctica el gobierno chavista del país de Simón Bolívar ante la intromisión y la ofensiva desestabilizadora, terrorista y golpista que se impulsa y dirige desde los EE.UU es  coherente con sus orígenes libertarios. Para nuestra vergüenza y desgracia el gobierno argentino es la otra cara de la moneda.
Alberto “Cacho” Rodríguez

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