Los buitres internos.

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(Política Nacional )

Isaac Grober*

El fallo a favor de los fondos buitre, de tener que cumplirse, impondría como contrapartida una política de ajustes depredatorios que sumirían en la miseria a muchas generaciones de argentinos. El encono con que los medios y fuerzas políticas de la oposición tratan al gobierno con motivo de esa disputa judicial, al querer debilitarlo, no hacen más que operar en beneficio de los usureros y anticipa lo esencial de sus programas de gobierno para el caso de resultar triunfantes al cabo del proceso electoral.

FALLO GRIESA:  CUMPLIMIENTO Y EFECTOS

Cierta tensión y clima de incertidumbre acosan a la sociedad argentina desde que el poder  judicial de EE.UU – componente del Estado de ese país  – ratificara un fallo arbitrario, contrario a derecho y abiertamente sesgado en favor de los fondos buitre  en el marco de la disputa que estos entablaron contra nuestro país. Allí no rige, al parecer, la necesidad de seguridad jurídica. Les basta con tener garantizado el acceso a la seguridad judicial, que obviamente no es para cualquiera.

Es la especulación salvaje la que en su desenfreno, avalado por la justicia norteamericana, ha puesto en el plano de posibilidad la multiplicación de nuestro endeudamiento externo y, como consecuencia, un crecimiento potenciado de las penurias y padecimientos de muchas futuras generaciones de argentinos. Hoy, el riesgo de este desenlace existe.

Es que de prosperar el objetivo de los fondos buitre, la multiplicación del endeudamiento podría alcanzar  un nivel tal que haría imposible poder cancelarlo, obligando, si el riesgo se concreta, a recurrentes renegociaciones y a periódicas contrataciones de nuevas y mayores deudas para cubrir la ineludible sangría de riqueza derivada de las amortizaciones del capital y  los intereses y comisiones a pagar. En paralelo, reaparecerán los inexorables programas de ajuste y los condicionamientos que  los acreedores financieros  tradicionalmente imponen a los países deudores para asegurarse la generación de excedentes que permitan  cubrir  los servicios de la deuda. Es la política con la que ejercen su dominio y exprimen a los pueblos para seguir enriqueciendo a los conglomerados financieros.

Son  las dolorosas experiencias que con esta política  ya conocimos hasta su eclosión en 2001 y de las que  actualmente también dan testimonio, entre otros, España, Grecia o Portugal. La receta utilizada: deterioro del poder adquisitivo del salario, de  las jubilaciones y del mercado interno, reducción del gasto público que  atiende necesidades sociales, libertad para el accionar monopólico y el consecuente debilitamiento del rol del Estado, abandono de la política de integración regional y su reemplazo por la subordinación a los centros mundiales de poder. El resultado es ineludible: mayor  desempleo y precariedad laboral, derrumbe de empresas,   restricciones al consumo y la inversión,  deterioro habitacional, de la educación, de la atención a la salud y así de seguido. En concreto: extensión a niveles inauditos de la pobreza y la miseria y profundización de la desigualdad. En esencia, modificación del tipo de país y del curso de su desenvolvimiento futuro. En nuestro caso, quedar en lo esencial restringido a los productores y exportadores de materias primas, abandonado toda idea y proyecto de  desarrollo industrial. Un país para  pocos. Muy pocos.

De todos modos, como igual nunca alcanzarán los fondos líquidos genuinos para cubrir tamaño desbalance, entrarán en la misma  bolsa las apetencias por la cesión a los acreedores de riquezas naturales y materiales (Vaca Muerta, Acuífero Guaraní, etc.) como moneda de cambio para satisfacer su avaricia.

De lo expuesto se advierte con total transparencia la correlación entre las líneas socioeconómica y política internas y la forma de resolución del conflicto con los usureros del exterior. Son dos caras de la misma moneda. Una es parte de la otra y funcionan en paralelo.

Por eso, aceptar el sometimiento a las pretensiones de los fondos buitre no significará  otra cosa que revertir el rumbo que, aún con errores, insuficiencias y debilidades, desplegó el kirchnerismo: desendeudamiento y  consecuente reducción de la carga financiera; fondos que liberados permitieron financiar el gasto social, la inversión pública y el mercado interno; autonomía para la determinación de la política nacional; impulso a la integración regional; rechazo a la injerencia del FMI, etc.  Rumbo que objetivamente, en esta era de la globalización comandada por el poder  financiero, significó  rebelarse y contradecir  los paradigmas de ese poder. A esto se le llama “sacar los pies del plato”. Esta razón, mucho más que la magnitud del default y de la quita al momento de la restructuración (66.3%, la más elevada de la historia financiera mundial) es la que explica la saña con que ese poder pretende castigarnos o, como los neoliberales proclaman, es el castigo de los mercados.

LA OPOSICIÓN MEDIATICA Y POLÌTICA

Ante este panorama – para nada fantasioso –  sería de esperar que toda persona y toda organización social, política o económica, cualquiera fuera su ideología y patrón de referencia o pertenencia, interesado de verdad en el futuro e intereses del pueblo, cerrara filas tras la línea política diseñada y desplegada por quienes asumen en nombre del país la responsabilidad por llevar a buen puerto el pleito de marras. Reforzarían así la masiva y activa solidaridad internacional que Argentina ha recogido, expresada por economistas, especialistas, gobiernos e instituciones internacionales que respaldaron técnica y políticamente  la estrategia defensiva de nuestras autoridades. En otras palabras, el deber de la hora debiera ser el de dar testimonio de unidad nacional ante el peligro que acecha a la patria.

Pero este “deber ser” entra en flagrante contradicción con la realidad fáctica y cotidiana. Comenzando con la campaña mediática encabezada por los multimedios Clarín y el diario La Nación, verdaderos corresponsales y operadores al servicio de los fondos buitre, siguiendo con las fuerzas políticas opositoras, todas  encargadas de hacer proselitismo con la línea que le bajan los medios. Algunos, agregando una changuita,  también se la rebuscan intercambiando favores contra el financiamiento y la letra que les pasa el Grupo de Tareas para Argentina, que también solventan los fondos buitre.

Todos ellos hablaron y hablan mucho contra la deuda, mostrando más encono contra el gobierno en su disputa con los usureros que contra los especuladores que atacan al país.

No exponen una línea ni se les cae una idea para una acción alternativa que no sea la de respetar, con fundamentos propios de una mente colonizada, el fallo del juez Griesa, es decir pagar todo y al contado o a lo sumo con un plan de facilidades. Con ello piensan ser venerados por los mercados. Ni consideran la existencia de la cláusula RUFO.

De verdad, el único que expone abiertamente esta “solución” es Macri y un poco vergonzosamente Julio Cobos. Los demás, todos precandidatos presidenciales, discursean con consignas y descalificativos para debilitar y descalificar al gobierno. Ponen el acento en lo que para ellos es impericia e improvisación (Julio Cobos), inoperancia (Binner), soberbia de quienes subestimaron el problema (Massa). Etiquetan de equivocada la posición gubernamental y haciéndole el juego a los especuladores aseveran, igual como lo sostienen ellos, que Argentina está en default y que no  quiere negociar.

CONCLUSIONES

En los hechos, ya está lanzada la campaña con vistas a las elecciones de  2015. Es razonable pensar que el enfoque de todos estos críticos en relación al conflicto por la deuda es parte de la tarea de calentar motores, pretendiendo desgastar al kirchnerismo y merced a ello conquistar el premio al cabo de la carrera electoral.

Sin embargo, ahondando en la historia de estos mismos políticos y en la de los partidos a los que pertenecen, se advertirán otros fundamentos que despejan el que haya razones más profundas que la de tamaña mezquindad de querer juntar votos poniendo en juego el destino de sucesivas generaciones de argentinos.

Es que el hacerlo no les genera contradicción alguna porque razonan y viven con una mente educada en no tener otro futuro que el de ser súbditos de un régimen colonial, dentro del cual, a cambio de sus servicios y políticas de sumisión, se sienten respaldados por el poder de sus mandantes imperiales. Saben y aspiran solamente a disputar y obtener  migajas para beneficio personal o de grupo, sin cambiar nada de lo sustancial. ¿Por qué ahora debiera ser distinto?

Así actuaron cuando fueron gobierno y en lo sucesivo, si les toca asumir,  se comportarían política y moralmente de la misma manera.

Por eso no es de extrañar el contenido insulso de su proselitismo. Si quisieran exponer abiertamente su programa, rápidamente les volverá a la memoria el consejo de Menem: si decía lo que iba a hacer, ¿quién me votaba?.

Tal advertencia en este caso no será necesaria. Haciendo fuerza en beneficio de los fondos buitre, está cantado cual es el programa que en lo  esencial van a aplicar.

*Isaac Grober, contador público y magíster en economía,  miembro del Consejo Editorial de Tesis 11

Algunas declaraciones públicas de integrantes de la oposición:

MAURICIO MACRI (PRO)

“Ahora hay que ir, sentarse en el tribunal de Griesa y lo que él termine diciendo hay que hacerlo….” Si hay que pagar al contado, se pagará al contado”

Sobre la posibilidad que imponga una solución como el de no pagar, sostuvo “Lamentablemente, significaría volver a quedar en el lugar de los países no confiables y no creíbles. Esto va agudizar los problemas que tenemos hoy en términos de recesión económica y relaciones  con el mundo”. Argentina debe “cumplir con el fallo”.

JULIO COBOS (UCR)

Uno puede buscar todo el apoyo internacional del mundo, pero lamentablemente hay un juez que ya dictó sentencia  y eso hay que respetar”.

HERMES BINNER (PS)

“Son fondos cuestionados, pero no podemos resolver que no les vamos a pagar. Nosotros debemos realizar otra propuesta de pago. Debemos responder a las demandas. Si Argentina no las concreta, realmente no avanzaremos en integrarnos al mundo”.

En cuanto al desempeño del gobierno en el manejo del conflicto, la calificación es “inoperancia”. Su recomendación  para la negociación con los fondos buitre es que se realice con gente “idónea”.

ELISA  CARRIO (CC)

La irracionalidad con la que procede este gobierno puede traer consecuencias muy penosas para los argentinos. Esto se parece a un autogolpe”.

EDUARDO SANZ (UCR)

Hay que cumplir con la sentencia del juez (Thomas) Griesa”.

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