Entre el bluf y la intervención internacional

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Por: Marco Teruggi

Luego de más de un mes de la autoproclamación de Guaidó reconocido por twitter por Donald Trump, la estrategia de derrocamiento se encuentra en la encrucijada en la que se metió: o avanzar en la última carta que es la intervención, o ser un nuevo bluf, esta vez conducido desde altas esferas de Estados Unidos.

Algo no encaja al observar la situación el 24 de febrero en la frontera colombo-venezolana. Se vive una normalidad fuera de guión que contrasta con las declaraciones internacionales y de la derecha venezolana. La distancia es tal que una pregunta se presenta nítida:  o se trata de uno inmenso bluf, o una intervención internacional está en preparación.

“Los días de Maduro están contados”, afirmó Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, senador por La Florida, twitteó una imagen de Muamar Gadafi sonriente y luego linchado, y Miguel Pizarro, del partido Primero Justicia, sostuvo en una rueda de prensa junto a demás fuerzas de la oposición, que se está viviendo “un desenlace, una etapa final”.

A seguir la línea declarativa el asalto no tiene vuelta atrás. Las puertas de la negociación no serán abiertas, “usurpan el poder, no hay nada que negociar, no hay igualdad de dos fuerzas que puedan entenderse para ver cómo reglamentar esto”, afirmó Pizarro, y todo parece volcarse al frente internacional. ¿Con qué objetivo? Juan Guaidó twitteó la noche del sábado la línea que trabajarán: “Plantear a la comunidad internacional de manera formal que debemos tener abiertas todas las opciones”.

Aparece de forma cada vez más abierta la hipótesis de la intervención militar. Julio Borges, encargado en el Grupo de Lima por parte de la derecha, twitteó: “Vamos a exigir una escalada de la presión diplomática y en el uso de la fuerza contra la dictadura de Nicolás Maduro”. La reunión del Grupo será el lunes en la ciudad de Bogotá, donde el domingo llegó Guaidó.Asistirá el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, uno de los jefes, junto a John Bolton y Elliot Abrams, en la Operación Venezuela.

¿Qué saldrá públicamente de esa reunión? Se puede anticipar que declaraciones de condena a Maduro, acusación de todo tipo de violaciones, posibles nuevos cercos diplomáticos, y bloqueos económicos. Sería lo que ya se conoce. La pregunta es qué podría ser lo nuevo, desde la premisa siempre presente que una cosa es lo que se afirma y otra lo que se prepara por debajo de la mesa.

Pasado el 23 parece que la intervención es única carta que pueden jugar para llevar adelante lo que afirman. Se puede suponer que no era la preferencial, que los primeros planes eran un quiebre de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), un efecto colapso-estallido desencadenado por los ataques económicos, una serie de acciones montadas para crear conmociones aún mayores. Una de esas no logró su objetivo, explicó el ministro de comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, al referirse al intento de atropellar gente con tanquetas la mañana del 23.

Respecto a la Fanb la campaña de la derecha ha buscado sobredimensionar las imágenes de integrantes desertores. Según Pizarro el número habría pasado los 100, mientras que,según fuentes en Venezuela, se afirma que fueron 15. El impacto fue mediático, ya que no se trata de integrantes con capacidad de conducción interna, de generar quiebres que puedan encabezar un asalto al palacio presidencial. El factor Fanb no ha aparecido hasta el momento para sumarse al golpe de Estado, lo que demuestra la falsedad de decenas de titulares, declaraciones, y análisis que anunciaban fracturas inminentes.

Llegados a ese punto, luego de más de un mes de la autoproclamación de Guaidó reconocido por twitter por Donald Trump, la estrategia de derrocamiento se encuentra en la encrucijada en la que se metió: o avanzar en la última carta que es la intervención, o ser un nuevo bluf, esta vez conducido desde altas esferas de Estados Unidos.

¿Qué es un bluf? Una forma de jugar, que consiste en hacer creer al adversario que se tiene más de lo que se tiene, subir de rondas, y esperar que el otro se eche para atrás para no llegar al punto final. El bluf queda descubierto cuando finalmente es necesario mostrar las cartas.¿Están dispuestos Trump y el equipo Operación Venezuela a mostrarse en un bluf? ¿Tienen posibilidad interna de acordar la intervención? ¿Sería a través de Colombia? ¿Las élites colombianas están dispuestas? Son muchas las preguntas que se pueden encadenar para intentar responder estas preguntas.

Tal vez los diferentes episodios centrales, como el 22 y 23 de febrero, han sido parte de lo que estuvo diseñado desde el primer momento: la intervención. Por eso se muestran tan seguros, por eso existe un orden de acciones, de acusaciones, con la última -que ya quedó demostrado con imágenes que fue montada- que sostiene que el gobierno de Maduro habría quemado camiones con ayuda humanitaria, lo que sería un crimen de lesa humanidad. ¿Se estuvo todo este tiempo ante un escenario que vendrá y siempre fue el principal? Se sabrá a medida que se den más declaraciones y actos.

Los días son largos en Venezuela, en la frontera, en este escenario que Gustavo Petro -quien nunca ha manifestado simpatía por el gobierno de Nicolás Maduro- ha calificado como “guerra de facto” declarada por Colombia. Él también ha expresado que “la estrategia de Duque y Trump es la invasión violenta”. La hora de mostrar las cartas parece estar llegando. Veremos si se trata de un bluf.

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