Editorial semanal de Tesis 11. LAS PROXIMAS ELECCIONES: UNA BATALLA DE IMPORTANCIA

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Presentadas las listas ante la justicia electoral y en público, con la presencia de las candidatas y candidatos de todas las fuerzas políticas, se abre el tiempo del debate. Un debate sobre los dos proyectos en pugna, el nacional y popular y el de las recetas neoliberales. ¿Cómo enfrentar y resolver la crisis en la que nos encontramos? Crisis producto de la aplicación de recetas neoliberales, en particular por el gobierno de Mauricio Macri, que la pandemia puso en evidencia y agravó. Una crisis recurrente producida, básicamente, por una fuerte presencia de los grupos monopólicos, concentración de la propiedad de la tierra, un desarrollo industrial  medio, pero con insuficiencias en la producción de partes y bienes de capital y retraso en su nivel tecnológico,  insuficiente valor agregado y una regresiva distribución de la riqueza y los ingresos.

Como bien señalo la Vicepresidenta Cristina Kirchner, en el acto de presentación de los candidatos, es tiempo de “discutir política públicas y que no sea una campaña de marketing“.  “Nunca habíamos ido a una elección en estas condiciones” y “Estamos ante una elección y ante un país y etapa de nuestra vida inédita

Y es “inédita” porque cuando asumió el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el país estaba en medio de una grave crisis económica, política  y social. Con una deuda externa, con los privados y con él FMI sin antecedentes, que compromete el presente y futuro del país. Una deuda que no se puede ni se debe pagar con ajuste y hambre para el pueblo. Y que a los pocos meses, se le sumó una pandemia, también inédita, de alcance mundial, con un sistema sanitario sin todos los atributos para hacerle frente. La batalla por salvar vidas se convirtió en prioridad. Y se agregaron  medidas económicas para ayudar a los “últimos”, las necesarias para mantener y hacer crecer el aparato productivo, y también con nuevas obras. No todas comunicadas suficientemente.

Por su lado la oposición de los grupos económicos, mediáticos y judicial, expresados en Juntos por el Cambio, torpedearon todas las medidas. No aportaron  ideas, ni contribuyeron a enfrentar la pandemia. Su estrategia fue desprestigiar e intentar desgastar al gobierno. Trabajaron aplicando el manual de los, llamados, golpes blandos. 

El Frente de Todos llega a las elecciones de término medio con uno de sus objetivos cumplido: UNIDO y fortalecido. Con listas encabezadas por dirigentas/tes políticos y sociales, asentados en sus territorios, con un avanzado número de  vacunados que salvó muchas vidas y con mejores condiciones para recuperar el proceso productivo. Con iniciativas para mejorar la producción y la distribución. Y con una presencia, cada vez más fuerte,  del Estado, como motor de gran importancia.  

Está claro que las importantes medidas tomadas por el gobierno,  no parecen ser suficientes para contener la difícil situación que soportan los más humildes, los desocupados y los que están fuera del circuito de trabajadores formales. Las pequeñas y medianas empresas y comercios. Se necesita redoblarlas y con mejoras económicas, en especial para los más necesitados.

Por su parte, las fuerzas que representan, con matices, las recetas neoliberales, se caracterizan por no asumir las consecuencias de los resultados de cuatro años del  gobierno Macrista. Con candidatos con posiciones contrarias al interés nacional. Se negaron y se niegan al debate de las políticas, utilizan la mentira, la difamación, el odio a lo popular y un desprecio por la política y el papel del Estado para mejorar la vida de los sectores populares. Se visten de democráticos y republicanos, pero actúan sin escuchar y reconocer el pronunciamiento de las mayorías. Hablan como Keiko Fujimori, de peligro de “fraude”. Una derecha cada vez más de derecha y cercana a ideas profascistas que no debemos subestimar.   

Con este proceso electoral hay que alcanzar una mayoría que cambie la correlación de fuerza en el Parlamento a favor del Frente de Todos, para lograr debatir y poner en marcha, un modelo productivo de desarrollo vinculado a los intereses nacionales y una más equitativa distribución de la riqueza. Un país más democrático. Un proyecto pensado en vínculo con los gobiernos democráticos y populares de la región. La disyuntiva es con el voto popular se logra fortalecer las fuerzas del Gobierno y el Frente de Todos o se fortalecen las fuerzas que quieren aplicar más recetas neoliberales y antinacionales.

Un momento político que, situación sanitaria mediante, requiere una amplia movilización popular. Multiplicar las iniciativas para  fortalecer, en cada lugar, la unidad popular. Ampliar la participación y el debate de ideas sobre qué país necesitamos construir. El Gobierno, el Frente de Todos, las Organizaciones Sindicales y Sociales, los organismos de defensa de los Derechos Humanos. Los Jóvenes, las mujeres y demás colectivos, deben convocar e instrumentar este debate. Consolidar ésta fuerza, requiere profundizar el debate político. Perforar el sentido común neoliberal. Desplegar la idea de la solidaridad y la unidad para construir un país más equitativo y más democrático. Hay que convocar a las fuerzas populares a ganar voto a voto el derecho a un futuro venturoso.  

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