Editorial semanal de Tesis 11. EL NUEVO MINISTRO DE ECONOMÍA Y LA RELACIÓN DE FUERZAS

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Las medidas anunciadas por el ministro Masa, el 3/8/22, esencialmente exponen, una vez más, la muy desfavorable relación de fuerzas de los sectores populares respecto de los sectores más concentrados de la economía.

Los sectores oligopólicos son fundamentalmente responsables de la muy elevada inflación, insuficiencia de reservas en el Banco Central, en parte por el alto costo actual de los hidrocarburos que se importan, pero en gran parte por la retención especulativa de exportaciones, maniobras para fugar divisas y, como corolario, corrida cambiaria para presionar al gobierno a devaluar el peso.

En este contexto, el margen de maniobra del gobierno es muy estrecho, porque además tiene los compromisos del acuerdo con el FMI, producto de la negociación de la infame deuda contraída por el gobierno Macri. Y esto en el marco de una grave situación social para los sectores populares.

De todas maneras, señalamos como positivo que se hayan unificado en un solo ministerio las diferentes áreas de la economía, y que la designación del actual ministro haya contado con el acuerdo de los sectores más importantes del FdT. Aunque hay que tener en cuenta que Masa representa el sector más conservador del frente.

En este editorial, no vamos a analizar completamente en detalle las medidas anunciadas, sino su orientación general:

  • Se pone el acento en resolver la insuficiencia de disponibilidad de divisas y aumentar las reservas del Banco Central, básicamente buscando aumentar rápidamente las exportaciones de productos actualmente retenidos por especulación, mediante el otorgamiento de diversos beneficios a los sectores exportadores.

Se descartó hacer una devaluación brusca, lo cual es muy positivo.

En la situación actual, parece lógico darle prioridad a resolver el problema de la escasez de divisas, para dar previsibilidad, tratar así de bajar la corrida cambiaria, que disminuya la brecha entre las cotizaciones paralelas y la cotización comercial oficial y que haya divisas suficientes para las importaciones necesarias.

  • Se puede destacar, relacionado con lo anterior, que se comprometió a aumentar el control de las operaciones de comercio exterior, para disminuir la evasión fiscal y fuga de divisas, informando que se han detectado “situaciones de abuso por parte de empresas mediante mecanismo de triangulación con subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones”. Se trataría de 13.000 operaciones de 722 empresas, a las que se intimaría a modificar sus declaraciones de facturación. Ese es un camino importante que hay que profundizar.
  • Para enfrentar las versiones de que el Estado no podría cumplir con los importantes próximos vencimientos de bonos ajustados por inflación, emitidos por el Estado, se ofrece a sus tenedores un canje por nuevos bonos mixtos peso/dólar, con vencimiento entre junio y septiembre del 2023. Según se informó, ya habría un 60 % de aceptación.
  • Se ratifica el cumplimiento del déficit fiscal anual de 2,5 % del PBI, incluido en el Presupuesto Nacional y en el acuerdo con el FMI (en el primer semestre el déficit fue de 1,05% del PBI, cumpliendo así con el compromiso con el FMI que lo limitaba a 1,14% del PBI).

Se interrumpen los avances de dinero del Banco Central a la Tesorería. En cuanto a esto, teniendo en cuenta que en el primer semestre se cumplió con el objetivo pactado con el FMI en ese asunto, lo anunciado implica que en el segundo semestre se decide sobrecumplir con el objetivo acordado con ese organismo.

Para asegurar el cumplimiento de esas metas, el gobierno cuenta con que continúe la tendencia a que la recaudación fiscal siga estando significativamente por encima de la inflación, como ha sucedido, mes por mes, desde hace 20 meses.

Además, se informó que el nuevo sistema de subsidios al consumo de energía no cubrirá al 20% de los hogares, que no solicitaron subsidio, supuestamente los de mayor poder adquisitivo, y que, en el 80% de la población subsidiada, el exceso de 400 kwh de consumo mensual tendrá tarifa sin subsidio. Según la estadística oficial, el 80% de los hogares usuarios de Edenor y Edesur consume menos de 400 kwh por mes. El ahorro fiscal anual que espera el gobierno con el nuevo sistema es cercano al 1% del PBI, por lo que en el último cuatrimestre de este año equivaldría a un 0,33 % del PBI.

Entre otras cosas, se ratificó que no habrá nuevas incorporaciones de personal en el sector público, como ya se había anunciado anteriormente.

  • Se anunciaron medidas sociales, consistentes en: buscar un acuerdo entre sindicatos y empresas para aumentar salarios, particularmente los comprendidos entre 50.000 y 150.000 pesos por mes; otorgamiento de un bono extra a los jubilados; anticipo de que se aumentarían las asignaciones familiares; el Estado continuará abonando planes sociales a quienes consigan trabajo, debiendo la patronal pagar la diferencia para completar el sueldo y hacer los aportes legales, pudiendo el asalariado, al cabo de un año, regresar al plan social si lo desea.

Por el contrario, no se mencionó aumentos para los empleados públicos ni para los beneficiarios de planes sociales. Asunto que, de no atenderse positivamente con el anuncio de nuevas medidas, constituirá una grave falencia, con seguramente muy negativas consecuencias sociales, económicas y políticas.

El gobierno espera con este conjunto de medidas estabilizar la economía, bajar la inflación, y pasar la temporada de bajas temperaturas, con la consecuente disminución de importación de hidrocarburos, esperando que para el próximo invierno esté operativo el gasoducto Néstor Kirchner y haya así mayor suministro de gas, lo que evitaría reiterar las importantes importaciones de este año.

Suponiendo, y por supuesto deseando, que el plan anunciado mejore el funcionamiento económico y logre, entre otras cosas, hacer fracasar las maniobras especulativas y destituyentes de la oposición y sectores concentrados de la economía que representa, el gran problema es que hay un vasto sector de pobreza e indigencia que está sufriendo graves consecuencias, sobre todo por la alta inflación, en ayuda del cual por ahora poco se ha anunciado, siendo que esto es altamente prioritario, fundamentalmente por razones humanitarias. Pero, además, esta es la principal base electoral del FdT.

La cuestión de fondo es que, cuando un frente político apoyado por los sectores populares, logra un crecimiento económico, se llega a la combinación de: alta inflación, por el aumento sistemático de precios de los sectores oligopólicos aprovechando la mayor demanda; escases de divisas para satisfacer la consecuente creciente demanda de importaciones de la economía, en gran parte por fuga de divisas de los sectores agroexportadores y retención especulativa de productos exportables; corrida cambiaria para forzar devaluaciones y aumentar así sus ganancias.

Para resolver este problema, habría que enfrentar a los sectores oligopólicos, entre otras cosas aumentando significativamente el rol del Estado, particularmente su intervención, con empresas propias, en sectores básicos, como comercio exterior, minería, producción y comercialización de alimentos, y otros.

Es cierto que este gobierno ha tenido una línea no confrontativa con los sectores concentrados de la economía, y que parte del problema viene de ahí, pero no es lo principal; Lo principal es la muy desfavorable relación de fuerzas del campo popular respecto del sector oligopólico.

Un ejemplo de lo anterior es que el gobierno de Cristina, a fines del año 2013, se vio enfrentado a un problema similar, de crecimiento inflacionario, insuficiencia de divisas y de reservas en el Banco Central, retención de productos exportables por los sectores agropecuarios, corrida cambiaria para forzar una devaluación y restricción del financiamiento externo para las empresas locales. Entonces Cristina nombró ministro de economía a Kicillof, en noviembre del 2013. Y ese gobierno que, con el de Néstor Kirchner, fueron, de lejos, los mejores para el interés popular, al menos desde el retorno de la democracia en 1983, con un muy buen ministro de economía, se vio obligado a: devaluar, con el consiguiente aumento inflacionario; tomar medidas pro mercado, para intentar que se restaurara el crédito externo, tales como tener que pagarle una indemnización de 5.000 millones de dólares a Repsol, por la privatización del 51 % de YPF que, afortunadamente, decidió Cristina en el 2012; también tuvo que acordar una reestructuración de la deuda con el Club de París, que le impuso una escala creciente de intereses que iba creciendo del 3% a un abusivo 9% anual.

Para evitar que estas situaciones se repitan, es imprescindible cambiar la relación de fuerzas en favor del campo popular. Para ello, la clase trabajadora debe superar la vía de solo apoyar a frentes políticos para que gobiernen eventualmente en favor de los sectores populares. Por el contrario, entendemos que su interés objetivo pasa por la constitución de un movimiento sociopolítico, constituido por las organizaciones sindicales y sociales que han demostrado capacidad combativa para defender los derechos de los trabajadores, tales como la Corriente Federal de los Trabajadores, las dos CTA, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, la Cámpora, y otras organizaciones sindicales y sociales, al que podrían sumarse organizaciones de PYMES, cooperativas, de derechos humanos, barriales, y otras.

Es el movimiento sociopolítico, cuya columna vertebral deben ser las organizaciones de los trabajadores quien, a su vez, debe constituir el frente político-electoral y definir sus políticas de gobierno, cómo enfrentar las reacciones ante las mismas, quienes deben ser sus candidatos y quienes los funcionarios de gobierno.

Es un salto cualitativo que es indispensable, si se quiere cambiar la relación de fuerzas en favor de la clase trabajadora y demás sectores populares.

Entendemos que las dirigencias de las organizaciones de los trabajadores y del campo popular son conscientes de esta necesidad. Tenemos esperanzas de que, ante las amargas enseñanzas de la recurrencia de las crisis señaladas, superen las dificultades para lograrlo, por más importantes que sean.

Una respuesta a “Editorial semanal de Tesis 11. EL NUEVO MINISTRO DE ECONOMÍA Y LA RELACIÓN DE FUERZAS”

  1. Las triangulaciones denunciadas sobre subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones se produjeron bajo el mismo gobierno de Alberto Fernandez y con funcionarios anteriores a Massa; entonces, quiénes estaban a cargo y eran los responsables de haber controlado la salida y entrada de productos que permitieron estas cuantiosas estafas? Ya sé, se me va a responder que no es fácil detectarlas pero igual me indigna y también investigaría un poco más, no se le puede echar la culpa a Macri.

    Adriana

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