DECLARACION DE LA CELAC SOCIAL

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Declaración de fuerzas políticas, centrales sindicales, organizaciones y movimientos
sociales, en el marco de la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado de la Comunidad de
Estados de América Latina y el Caribe (CELAC)
Considerando:

  • Que el mundo se encuentra hoy en una situación de crisis estructural, de disputa
    hegemónica y de crisis ambiental, que presentan nuevos desafíos para el sistema
    internacional en general y para América Latina y el Caribe en particular.
  • Que la unidad de América Latina y el Caribe es una condición para: alcanzar la
    verdadera independencia; consolidar a la región como una zona de paz, en el
    sentido expresado en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de
    Paz aprobada en la II Cumbre de la CELAC, en La Habana, Cuba, el 29 de enero
    de 2014; tomar un sendero de desarrollo que dé fin a las inaceptables brechas con
    los países centrales; obturar la posibilidad de que nuestra geografía devenga un
    territorio de disputa entre potencias ajenas a ella; garantizar la estabilidad política;
  • Que América Latina y el Caribe es indiscutiblemente un territorio plurinacional;
  • Que América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo, lo cual se
    vio agravado por la pandemia de la COVID-19 y la guerra en Ucrania;
  • Que América Latina y el Caribe es la región más endeudada del mundo en
    desarrollo, lo cual condiciona severamente su desarrollo y autonomía política.
    Este problema trasciende la no menor cuestión de la carga de la deuda (pago de
    intereses, por ejemplo), sino que además afecta dimensiones económicas y
    sociales fundamentales, con consecuencias distributivas, de empleo, de
    precariedad laboral, de género y sobre la seguridad social. Es innegable, en este
    sentido, la responsabilidad de organismos internacionales como el Fondo
    Monetario Internacional (FMI) en tanto instrumentos de una estrategia de
    sometimiento de los países periféricos al capital transnacional, con el destacado
    apoyo de los EEUU, en alianza con grupos locales.
  • Que América Latina y el Caribe tiene una deuda histórica con los derechos
    laborales y humanos;
  • Que la democracia en América Latina y el Caribe está amenazada por nuevas
    formas de desestabilización y quiebres institucionales, a partir de la voluntad de
    actores domésticos y ajenos a la región de instalar democracias tuteladas
    funcionales a intereses anti-populares.
  • Que la unidad de nuestra región debe construirse desde el pie, con la participación
    protagónica de las fuerzas políticas y las organizaciones y movimientos sociales.
    Celebramos:
  • La realización de la VII Cumbre de la CELAC y la vocación y el compromiso de
    los gobiernos de la región en avanzar en un camino de mayor integración regional,
    así como en posiciones conjuntas en temas clave de las agendas global y regional,
    en pos de los intereses de nuestros pueblos.
    Declaramos:
  • Que es imperioso que la CELAC sostenga un posicionamiento firme en relación
    con la finalización de la guerra en Ucrania, articulando todos los recursos
    diplomáticos disponibles en aras de un diálogo político que lleve a la paz en esa
    región del mundo, asumiendo los compromisos pertinentes respecto al
    sostenimiento de un orden internacional multilateral basado en el derecho
    internacional. En ese sentido, es imperioso que se detengan los avances de la
    OTAN en la zona, así como la inclusión de Ucrania en esta organización.
  • Rechazamos toda forma de colonialismo o neocolonialismo en América Latina y
    el Caribe.
  • Denunciamos que la base de la OTAN, representada por Gran Bretaña, en el
    territorio usurpado a la República Argentina, representa un peligro para toda la
    región y forma parte de un dispositivo de dominio anglosajón más amplio y
    ambicioso sobre la región. Exhortamos a los gobiernos de la CELAC a tomar las
    medidas necesarias para poner fin pacíficamente a esta situación, al amparo del
    derecho internacional.
  • Reafirmamos los legítimos derechos soberanos de la República Argentina sobre
    las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos
    circundantes y el Sector Antártico Argentino, en el sentido en el cual fue
    establecido una vez más por la CELAC en la Declaración Especial de septiembre
    de 2021.
  • Repudiamos todo bloqueo ejercido contra cualquier país de la región, y
    demandamos no solo la finalización de los bloqueos actualmente existentes sino
    la definición de mecanismos de reparación a los pueblos que los sufren. Con
    relación al caso de los 62 años de bloqueo a Cuba, exigimos que los EEUU
    apliquen la resolución votada en treinta oportunidades en la Organización de las
    Naciones Unidas de levantarlo. Asimismo, demandamos que EEUU retire a Cuba
    de la arbitraria lista de patrocinadores del terrorismo internacional en la cual la ha
    colocado. En el caso específico del bloqueo a Venezuela, se destaca el hecho de
    que impide que el Astillero Río Santiago, en Argentina, cumpla con su
    compromiso de entregar el buque petrolero Eva Perón y la continuidad de su
    construcción gemela, el buque Juana Azurduy.
  • Solicitamos a los gobiernos de la CELAC iniciar acciones coordinadas para
    desmantelar las bases militares instaladas por EEUU en América Latina y el
    Caribe. En el año en que se cumplen 200 años de la Doctrina Monroe, condenamos
    fuertemente lo que ella implica y cualquier tipo de injerencia en nuestra región
    por parte de EEUU.
  • Demandamos que la CELAC tenga una voz concertada en cuanto a las
    transformaciones necesarias de la arquitectura financiera internacional y la deuda
    externa de los países. Es necesaria una Nueva Arquitectura Financiera
    Internacional, orientada al desarrollo productivo con inclusión social. Esta Nueva
    Arquitectura Financiera Internacional debería comenzar con una fuerte revisión
    del proceso de endeudamiento salvaje de nuestros países por parte de los centros
    financieros y sus agentes especulativos, así como diseñar estrategias donde el
    repago de las deudas soberanas recaiga sobre los actores económicos que se han
    beneficiado de estos procesos, y no sobre el conjunto de los sectores populares de
    la región. Acuerdos tributarios entre países, para detectar la fuga de capitales de
    los grandes especuladores de origen local, es el primer paso para construir un
    espacio monetario más soberano.
  • Consideramos imperioso que se encare con decisión la cuestión de la
    extranjerización de la tierra en nuestra región, un flagelo que se ve agravado por
    la actual disputa hegemónica global. En ese sentido, advertimos sobre la gravedad
    y el riesgo generado con los procesos de extranjerización de tierras y espacios
    marítimos y fluviales en beneficio de empresas estatales, privadas o individuos
    ajenos a nuestra región. Existe la posibilidad de que se constituyan en
    instrumentos de la apropiación y el saqueo de nuestros recursos naturales y la
    excusa para la intervención de poderes extranjeros.
  • Abogamos por una integración regional que constituya el mejor instrumento para
    fortalecer la soberanía y la autonomía de nuestra región, para que los destinos de
    este territorio sean definidos democráticamente según la voluntad de sus pueblos.
  • Condenamos los golpes de Estado que han tenido lugar en la región.
    Recientemente, el perpetrado en Perú y el intento en Brasil. Asimismo,
    condenamos los recientes intentos de magnicidio de la ex presidenta y actual
    vicepresidenta de la Argentina, Cristina Fernandez de Kirchner, y de la actual
    vicepresidenta de Colombia, Francia Marquez.
  • Buscamos que sea promovida una integración regional que fortalezca la
    independencia económica de América Latina y el Caribe, disminuyendo los
    condicionantes económicos externos a partir de una inserción internacional y
    acuerdos regionales que creen y fortalezcan capacidades productivas y
    tecnológicas propias, en pos de una reducción de las brechas de desarrollo con los
    países centrales. Demandamos que se desande el sendero de acuerdos de libre
    comercio y tratados bilaterales de inversión que han sido perjudiciales para
    nuestros países.
  • Es imperioso encarar la cuestión de la crisis climática, con un posicionamiento
    firme de la CELAC en relación a las responsabilidades comunes pero
    diferenciadas en esta cuestión, promoviendo a nivel global una transición justa.
  • Sostenemos que se deben retomar los principios y mandatos reconocidos en las
    Declaraciones de la II, III, IV, V y VI Cumbres de la CELAC relativos a la
    generación de trabajo digno y productivo, la reducción de las desigualdades, el
    establecimiento de salarios mínimos vitales y su elevación progresiva, la
    protección, asistencia y seguridad social, la eliminación del trabajo infantil, el
    fortalecimiento de la educación técnica y la formalización profesional, la
    promoción de la igualdad y la equidad de género, la empleabilidad juvenil, el
    fomento a la libertad sindical y a la negociación colectiva, el respeto al derecho
    de huelga y el fortalecimiento de la administración del trabajo. Creemos en la
    necesidad de que la CELAC adopte una Carta Sociolaboral Latinoamericana, de
    modo de garantizar a través de un instrumento internacional, una serie de pisos
    mínimos en materia de derechos laborales que obligue a los Estados parte a
    comprometerse con respetarlos y a no promover ninguna reforma legislativa que
    los vulnere. Asimismo, demandamos la defensa de los sistemas previsionales
    públicos y de reparto.
  • Con base en los compromisos adoptados en la resolución sobre la inclusión de un
    entorno de trabajo seguro y saludable en el marco de la OIT, relativos a los
    principios y derechos fundamentales en el trabajo, solicitamos a los jefes y las
    jefas de Estado de la CELAC que promuevan la elaboración de una hoja de ruta
    de América Latina y el Caribe sobre Seguridad y Salud en el trabajo y la creación
    de un grupo de trabajo técnico para el diseño de la hoja de ruta.
  • Afirmamos que sin igualdad de género no hay justicia social, por lo que resulta
    necesario el compromiso de los Estados en la generación de las condiciones que
    aseguren el pleno ejercicio de los derechos y libertades a todas las personas, en
    especial a mujeres y diversidades. Reclamamos medidas urgentes para erradicar
    las violencias de género.
  • Demandamos la protección de las personas migrantes y sus familias, según los
    instrumentos del derecho internacional que rigen en la región.
  • Demandamos la institucionalización de espacios permanentes de diálogo de los
    gobiernos con las organizaciones y movimientos sociales, así como de
    participación de la sociedad civil organizada. La región cuenta con un importante
    acervo al respecto que es central recuperar prontamente. Retomamos la demanda
    presentada ante la VI Cumbre de la CELAC que tuvo lugar en México, en la
    Declaración Abierta de organizaciones sociales de América Latina y el Caribe que
    llama a encaminar junto con los gobiernos un espacio de diálogo sobre las grandes
    tareas y desafíos que tiene nuestro continente.
  • Demandamos la promoción, por parte de los gobiernos de la CELAC, de procesos
    de democratización de los poderes judiciales en América Latina y el Caribe, que
    se encuentran cooptados por intereses internacionales y locales que no
    corresponden con los de nuestros pueblos, para así dar fin al disciplinamiento
    social, la criminalización de la pobreza, la juventud y la protesta, así como a la
    persecución político-judicial o guerra jurídica contra los y las líderes populares.
    Demandamos la liberación de todos los presos políticos y todas las presas políticas
    en la región, sin cuya liberación no hay democracia real. Exigimos la liberación
    de la dirigenta argentina Milagros Sala.
  • Demandamos la creación de un ámbito para la elaboración de estrategias
    comunicacionales conjuntas, que no sólo permitan formular políticas y desarrollar
    actividades frente a las noticias falsas (fake news), y las propias acciones de las
    grandes corporaciones de medios con un claro sentido de dominación, sino que
    también refleje y exprese el bagaje cultural latinoamericano, las experiencias
    organizativas, las luchas populares, las historias de resistencia, la vida cotidiana
    de los pueblos.
  • Demandamos que la CELAC active todos los dispositivos y la coordinación
    necesaria para garantizar la plena vigencia de los derechos humanos en la región.
  • Demandamos que los Estados garanticen los derechos económicos, sociales y
    culturales de los Pueblos Originarios, reivindicando la Plurinacionalidad de
    Territorio de América Latina y el Caribe.
  • Demandamos que la región dé una respuesta propia a la cuestión haitiana,
    respetando el principio de no intervención y el derecho del pueblo de Haití a
    definir soberanamente su destino.
  • Reafirmamos el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y abrazamos
    a su pueblo reclamando que se ponga fin a toda forma de colonialismo en ese
    territorio.
  • Nos comprometemos a articular la solidaridad y la organización de los pueblos
    para la realización efectiva de lo aquí demandado y con el sostenimiento en el
    tiempo de espacios como la CELAC social.
    Buenos Aires, Patria Grande, enero de 2023
    Adhieren: Fuerzas políticas, centrales sindicales, organizaciones y movimientos sociales
    de América Latina y el Caribe

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