Violencia Institucional

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Por Santiago Asorey

La murga se había empezado a juntar este año y ayudaba a sacar a los chicos de la calle. Habían ahorrado plata entre algunos vecinos para que pudiera existir. A menos de un mes de formarse el grupo de 140 murguistas, lleno de adolescentes y niños, recibió una represión brutal por parte de las fuerzas de seguridad.

Todo sucedió el viernes por la noche. Los efectivos de la Gendarmería, con el apoyo de efectivos de la Policía Federal, dispararon en todas las direcciones, contra la murga, contra los chicos y mujeres, inclusive mujeres embarazadas. Los vecinos gritaban para que paren de tirar pero los agentes continuaban disparando.

La represión fue avalada por la flamante Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich que defendió públicamente la actuación de Gendarmería. Mientras tanto, Clarín difundió la noticia donde no se mencionaba ninguno de los vecinos baleados por la Gendarmería y solo hacía alusión a las supuestas heridas de dos gendarmes. No había referencia a ninguno de los niños baleados, como Carlos Ariel de 8 años de edad, que recibió un disparo de goma arriba del ojo. Kiara, la hermana de Ariel Villa, de solo 10 años, se encontraba participando de la murga cuando la balacera despertó los peores recuerdos del asesinato de su hermano adolescente en el año 2014.

En diálogo con Agencia Paco Urondo, Gustavo “Marola” González, director de la murga, declaró que le pidieron por favor a la Gendarmería “que no avance, que retroceda. Les hablamos tranquilos pero a los policías no les importo, siguieron avanzando y atropellaron a dos chicas de la murga”.

El director relató también como lo empujaron y le dispararon con una bala de plomo y después de goma. También dispararon contra su hijo Jonathan de 14 años, que ahora tiene un agujero en la pierna.

“Acá no hay armas, hay juegos, música y alegría. Es otra cosa, es como la pequeña luz que le hace falta al barrio”, manifiestó otro de los vecinos del barrio.

Tomado de APU

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