«Todos descendemos de un solo africano»

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Spencer Wells*

El científico, reporteado por La Vanguardia, dirige el Genographic
Project: mediante análisis de ADN se está precisando
cómo nos expandimos por el planeta desde un
antepasado que salió de África hace 55.000 años.

Víctor M. Amela: –¿Cuántas muestras de ADN ha
analizado?
Spencer Wells – Unas 250.000 de personas de todo
el mundo, 25.000 de ellas de pueblos indígenas.
–¿Con qué fin?
–Descifrar cuándo y por dónde nuestros
ancestros se expandieron por el planeta.
–¿Y ya lo sabe?
–Tengo claro el esbozo general. Para cuestiones
de mayor detalle necesitaré otras 250.000 muestras
de ADN.
–De lo que sabe, ¿qué es lo importante?
–Que todos somos africanos bajo la piel.
–¿Yo soy africano?
–Hace 170.000 años vivió en África una mujer
(la llamamos Eva mitocondrial) de la que desciende
un hombre (lo llamamos Adán africano) que salió de
África hace 60.000 años… y del que descendemos todos.
– ¿Todos?
– Todos descendemos de aquel africano.
–¿Usted y yo somos hermanos?
–Usted, yo, un maorí, un pigmeo, un sueco,
un masai, un esquimal, un sherpa, un bereber, un
apache, un aimara… Somos una familia cuyo abuelo
vivió hace 60.000 años en África, hace solamente dos
mil generaciones.
–¿Qué sabemos de nuestro abuelito?
SPENSER WELLS *
«Todos descendemos
de un solo africano»
–Que dos de sus hijos salieron de África hace
unos 55.000 años…
– ¿Cuántos humanos vivían en África?
–Apenas dos mil individuos. ¡Estuvimos a punto
de extinguirnos! La glaciación del norte de Europa
provocó sequía en África, y ya no había caza para todos.
Siguiendo la caza, un grupo de unas doscientas
personas salió de África hacia Oriente Medio.
–¿Con los dos hijos de nuestro abuelo?
–Cada uno se largó por un lado: uno caminó
con su grupo siguiendo las costas arábiga, india,
indonesia… hasta llegar a Australia.
–¿Hay memoria arqueológica de este viaje?
–No. Sólo genética: la he hallado en individuos
del sur de India. Unos 5.000 años después de
salir de África, ¡estaban ya en Australia! Son hoy los
aborígenes australianos.
–¿Guardan memoria cultural de aquel viaje
ancestral?
–Ya no. Y, como casi todos los pueblos indígenas,
creen que surgieron de su tierra.
–Y el otro hermanito africano, ¿qué hizo?
–Si el primero siguió la costa – comiendo pescado
y crustáceos-, este otro se estableció hace
45.000 años en Oriente Medio, y desde allí siguió caminando
en pos de la caza.
–¿Qué tipo de caza?
–Antílopes, bóvidos, renos, ciervos, mamuts…
Y la caza se movía por donde había pastos. Y los
bía por toda Asia Central.
–¿Por dónde, exactamente?
–En el actual Kazajstán: allí vivió hace 40.000
años un hombre al que llamamos Adán euroasiático,
pues sus descendientes ¡poblaron Europa, Asia y luego
América!
–¿Siguiendo también la caza?
–Sí, porque los pastos se extendían desde
Corea hasta Francia. Y así es como llegamos a China
hace 35.000 años, a Europa hace 30.000 años, a
Siberia hace 20.000 años…
–¿Quién vivía en Europa cuando llegamos?
–Los neandertales, hombres de bosque, grandotes,
pesados, fuertes. Se ocultaban a la espera de
la pieza, con armas pesadas. Nosotros éramos ágiles,
corríamos tras la pieza y la matábamos a cien metros
con lanzas.
–¿Extinguimos a los primos neandertales?
–Llegó una glaciación y el bosque se convirtió
en tundra…, y nosotros nos adaptamos mejor. Es que
ellos vivían en clanes pequeños y aislados, mientras
que nosotros nos comunicábamos mejor entre nuestros
grupos.
–Nuestra proverbial mente simbólica…
–Sí: nos dio ventaja, y sobrevivimos. Y hoy seguimos
siendo una especie basada en la comunicación,
la expansión, la incesante búsqueda de territorios
de caza.
Lo malo es que ya los hemos hollado todos…
–¿Cómo nos afectó la glaciación?
–Nos recluimos en las penínsulas Ibérica, Itálica
y Balcánica. Cuando se suavizó, hace 10.000 años,
fuimos subiendo: ibéricos, franceses, británicos e irlandeses
descienden genéticamente de esos cazadores
recolectores paleolíticos (grupo R1b, lo llamo)
que sobrevivieron refugiados en la actual España.
–¡Españoles todos, je, je…! ¿Y América?
–El estrecho de Bering fue un paso terrestre y,
hace 13.000 años, algunos individuos del grupo de
Siberia pasaron a América.
–¿Fueron muchos?
–No. Todos los indios nativos americanos ¡descienden
de sólo cinco individuos, de cinco supervivientes
de aquel viaje!
–Suena a gran epopeya…
–Desfilaron por un corredor entre grandes hielos.
Y llevaban ya perros domesticados.
–¿Qué territorio del planeta fue el último
que poblamos?
–Nueva Zelanda: ¡los maoríes llegaron allí
hace sólo mil años! Provenían de islas del Pacífico,
islas a las que habían llegado hace apenas 3.500
años desde el Sudeste Asiático.
–¿Qué le gustaría más descubrir inesperadamente
un día en una muestra de ADN?
– ¡Trazas de ADN neandertal! Eso revelaría que
llegamos a cruzarnos con ellos y que hubo descendencia
híbrida viable. Pero, por ahora, no hay evidencia
de tal cosa.
–¿Cómo éramos cuando salimos de África?
–Quizá como los bosquimanos que perviven
hoy en Sudáfrica: su piel no es muy negra ni blanca,
sus rasgos son entre europeos, asiáticos y negroides,
¡un germen de todo…!
–Y luego, durante 50.000 años, fuimos
diversificándonos en muchas razas, ¿no?
–No hay razas: la adaptación al medio y la selección
sexual han seleccionado durante generaciones
diversos rasgos, tallas, colores de piel y pelo…
¡Bah, meras variaciones superficiales en los miembros
de esta familia!

* Genetista. Investigador.

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