Reportaje a Juan Contartesi dirigente del gremio de Judiciales

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APU: Vencieron a la lista de Piumato en el Fuero de Trabajo. ¿Cómo
explica ese triunfo?

Juan Contartesi: Por varias razones. Primero te diría que por el lento
pero continuado proceso de desintegración del cuerpo de delegados de
base. Cada vez más, el gremio se va convirtiendo en un solucionador de
problemas individuales y cada vez más, va dejando de lado el accionar
colectivo que supone un cuerpo de delegados aceitado y funcionando.
Segundo, la desconfianza creciente de los judiciales en sus dirigentes.
Las contradicciones y ambigüedades respecto de temas como el traspaso de
la justicia a la ciudad por ejemplo, sin duda deterioran la relación
afiliado-dirigente. Tercero. Los cada vez más difíciles de explicar
vaivenes del Secretario General Julio Piumato, que no tiene problema de
pasar por 678 a defender el impuesto a las ganancias, a pasar a liderar
marchas contra el mismo.

Cada vez es más dudoso para más compañeros que semejantes cambios de
rumbo no conlleven motivaciones de índole personal. Y en esas razones
los compañeros también comienzan a desconfiar de los dirigentes medios
de la Marrón, a quienes terminan viendo como meros escudos protectores
de una conducción que hace y deshace a su antojo. Y dejo para el final
la última de las causas: las terribles condiciones de trabajo en que los
compañeros se empeñan en seguir brindando justicia laboral a los
argentinos. Quién tenga una imagen del Poder Judicial de gigantes y
decimonónicos mobiliarios en un ambiente de silencio sacro sólo roto por
el ruido del cristal de una copa…. nunca pisó un juzgado laboral… Es la
antítesis. Sin toner, sin impresoras, sin espacio físico, sin aire
acondicionado, sin luz natural, esquivando expedientes para poder hacer
pis en un baño arruinado, soportando el mal humor y hasta las agresiones
de algunos abogados que nunca terminan de entender que no debe buscar en
el compañero de mesa al responsable del retraso de su expediente. Con
miles de causas acumuladas y escasez crónica de empleados. Con horarios
que lejos de las 6 horas se extienden a 7, 8, 9, sin que sean
reconocidas como horas extras; con un récord de licencias psiquiátricas
por estres… Y como respuesta gremial, un sindicato cada vez más lejano,
más inaccesible.

Frente a este panorama, las dos listas opositoras que enfrentamos a la
Marrón en la última elección –la lista Celeste y la lista Bordó-Naranja-
comenzamos un proceso de discusión política que desembocó en la
presentación de boleta única: la Lista Tricolor que se impuso a la
Marrón con el 56% de los votos.

APU: ¿Cuál es la importancia de ese fuero, en términos gremiales?

JC: El fuero del trabajo tiene una importancia simbólica muy fuerte. Es
el fuero que crea Perón para la defensa de los derechos de los
trabajadores. Durante años fue considerado por la “familia judicial”,
léase la “corporación judicial”, como un fuero “menor”. Sus jueces y sus
empleados eran considerados “simples” estatales. Su origen y su historia
lo convierten en el fuero más democrático ya que a diferencia del resto
del Poder Judicial, no se ingresaba por portación de apellidos. Se
ingresaba –se ingresa- por medio de un examen que igualaba socialmente
las posibilidades. Eso ha hecho que se nutra de gente “común” mucho más
permeable a los problemas cotidianos y sobre todo, mucho más permeable a
la política. Aquí llegamos entonces a la segunda característica: El
fuero laboral es el más politizado. Y tercero, es el segundo más
importante en cantidad de trabajadores.

APU: Piumato perdió en otro fuero además. ¿Cómo explica esa derrota de
un dirigente con larga trayectoria en el sindicalismo judicial?

JC: Es verdad. Perdió en Laboral, en Penal, y en Previsional ganó por
escaso margen, perdiendo en uno de los dos edificios. Y ya había perdido
en Federal Civil y Comercial.

La lista Marrón lidera hace 27 años la UEJN. No hay que ser un gran
estudioso del sindicalismo para entender que sin renovación de cuadros,
y sin profundizar la organización y la democratización desde la base
hacia arriba, la burocratización es inevitable. La Marrón fue en su
momento una bocanada de aire puro. Ganó las elecciones y comenzó un
crecimiento envidiable, tanto en términos materiales como
político-sindicales. Reorganizó el cuerpo de delegados de abajo hacia
arriba y le dió lugar destacado a las nuevas generaciones de militantes.
Mientras tanto, políticamente, luchaba contra las políticas neoliberales
de Menem….Hasta que en un momento, hace ya varios años, algo falló en el
delicado equilibrio de pesos y contrapesos que componían esa alianza de
distintos sectores que era la marrón, y poco a poco, comenzó un lento
proceso que desembocó en la UEJN que hoy conocemos.

Triste, escuálida en logros, con una dirigencia que actúa prácticamente
en forma rutinaria y mecánica, por mera inercia y que acepta con
resignación que una sola persona decida qué está bien y qué está mal
para los empleados judiciales. Tan lejos de aquellos ideales con que en
1990 la lista Marrón ganó la UEJN con la convicción de que otra historia
era posible.

APU: ¿Cree que la posición ambigua de Piumato sobre el traslado de la
justicia nacional a la justicia de la ciudad hizo que perdiera apoyo en
los fueros donde fue derrotado?

JC: Sin dudas… Para nuestro fuero, el traspaso significa la casi
liquidación del mismo. Su desmembramiento en 4 partes (federalizado una
parte, a previsional otra, a la ciudad una tercera y residual nacional
la cuarta), siempre guiándonos por trascendidos ya que no hay
información ni oficial del gobierno, ni de la conducción del sindicato.
Hay una sensación de angustia ante un futuro incierto en un marco de un
fuero devastado y una conducción del sindicato que no da respuestas.

APU: ¿Que lectura realiza de la relación de Piumato con Ricardo
Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema de Justicia?

JC: Hubo dos hechos que marcaron esta relación y que no han pasado
desapercibidos para los judiciales. Primero, en otro de los vaivenes del
Secretario General, de denunciar a la corporación judicial, pasa a una
alianza con la misma. Lo que no quedaba tan claro era los términos de
esa alianza. Aumento tras aumento, fracaso tras fracaso ante los
reclamos del sindicato, esa duda se fue haciendo certeza: la relación de
esa alianza era desigual para los trabajadores. Arriba ellos, abajo
nosotros. Y segundo, y punto de quiebre, fue el último aumento obtenido.
Piumato anunció eufórico un 10% y mientras intentaba convencer a los
judiciales de que ese 10% era un logro frente a la disparada
inflacionaria del gobierno de Macri, Lorenzetti lo sorprende otorgando
un 15% !!! un 5% más que el propio gremio…. Para reir si no fuera para
llorar…

En síntesis, la relación de Piumato con Lorenzetti parece más personal
entre ambos y funcional a sus necesidades políticas, que a las
necesidades de las corporaciones que ambos encabezan.

Fuente: Agencia Paco Urondo

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