MEMORIAL DE LA PATRIA GRANDE.

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Horacio Ramos*

José Gabriel Condorcanqui  Noguera, que pasara a la historia con el nombre de Túpac Amaru, fue asesinado el 18 de mayo de 1871 junto con su familia en una orgía de horror inenarrable.

I .- El hijo del sol

 

Ellos luchaban por sus tierras, su cultura y su derecho a una vida digna; para ello, constituyeron  el movimiento social más importante que haya conocido la América colonial. Su jefe, José Gabriel Condorcanqui  Noguera, que pasara a la historia con el nombre de Túpac Amaru, fue asesinado el 18 de mayo de 1871 junto con su familia en una orgía de horror inenarrable. La crueldad de la Conquista, regó con la sangre del Inca el suelo americano, pero su muerte la heredamos como un símbolo del combate sin tregua por la libertad de nuestros pueblos.

 

 

II.- …y en eso llegó Moreno

 

 

El aire del Virreinato del Río de la Plata, mecía con esperanza los himnos revolucionarios que llegaban desde Francia, Estados Unidos y las Juntas Populares  que enfrentaron a Napoleón en España. No es de extrañar, entonces, que cuando el 25 de mayo de 1810 la pasión insobornable de Mariano Moreno encendió las paredes del Cabildo de Buenos Aires, un olor patrianueva comenzó a crecer, de pronto, por las grises orillas del río de Solís.

 

 

III.- Entre santos y bandidos

 

 

No era fácil en aquel otoño, concretar la unidad de las provincias de nuestro sur americano. La visión democrática y republicana de José Gervasio de Artigas, contrastaba con los deseos de los terratenientes y comerciantes de Buenos Aires, centro de la corrupción política y el contrabando. En efecto, medio país resolvió no enviar delegados a Tucumán. No obstante, el 9 de julio de 1816, se declaró a las Provincias Unidas en Sud América como “Nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”. Densos nubarrones, negociaciones espúreas que pretendían entregar el territorio a la corona portuguesa asentada en Brasil y sólo un juguete en manos de Inglaterra. Por eso, pocos días después, y a exigencia de San Martín, Belgrano y sus amigos, se agregó una última frase al documento ya aprobado:”…Y de toda dominación extranjera.” No bastó. Con el tiempo, próceres de cartón que todavía tienen avenidas y estatuas en Buenos Aires con sus nombres, continuaron siendo fieles amanuenses de las órdenes que llegaban desde Londres.

*Horacio Ramos, periodista, miembro del Consejo de Redacción de Tesis 11.

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