Kirchnerismo y hegemonía cultural

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Revista Tesis 11 (nº 114)

(elecciones 2015)

Carlos Mendoza*

La cuestión de la hegemonía cultural en el desarrollo de una relación de fuerzas favorable al campo popular como condición indispensable para sostener y profundizar las políticas iniciadas en el 2003. La relación dialéctica entre la acción del gobierno kirchnerista y la construcción sociopolítica desde los sectores populares.

En las elecciones presidenciales de este año está en juego la continuidad y eventual profundización de las políticas iniciadas en el 2003, beneficiosas para el campo popular, o su cambio hacia una orientación conservadora, probablemente de tipo neoliberal, directamente al servicio de los grupos concentrados y extranjerizados del poder económico.

Desde el interés popular, es objetivamente necesario no solo continuar sino profundizar las políticas de los gobiernos kirchneristas. Pero para ello se requiere cambiar la relación de fuerzas en el plano político en favor de los sectores populares, en lo cual juega un papel determinante el problema de la hegemonía cultural.

El sector económico concentrado, trensnacionalizado y dominado por su sector financiero y más particularmente por su componente especulativo, domina la economía de los países capitalistas, dispone de medios de comunicación oligopólicos y logra penetrar en niveles institucionales tales como poder judicial, educación, poder legislativo, poder ejecutivo, sindicatos y partidos políticos de la democracia representativa, e imponen gradualmente una ideología conveniente a sus intereses, de tal manera que sea incorporada a la cultura de los sectores populares como si se tratara de algo natural, de sentido común. Esto es lo que se denomina hegemonía cultural y constituye una herramienta de fundamental importancia utilizada por los sectores dominantes para la explotación de las clases populares o subalternas.

Entre las cosas positivas, desde el interés popular, que se pueden reconocer a los gobiernos iniciados en el 2003, lo que podría tener un carácter más perdurable e importante en el largo plazo es que se ha producido una creciente sinergia entre las medidas y discurso gubernamentales y la ideología desarrollada por las organizaciones sociales, sindicales, culturales y políticas que han apoyado al gobierno, lo cual ha ido construyendo, dialécticamente, una contra-hegemonía cultural de carácter progresista que ha hecho evolucionar la relación de fuerzas en un sentido positivo para los sectores populares.

Por un lado, los gobiernos K han tomado medidas que han enfrentado a los sectores del poder local e internacional, a saber: la restitución del rol central del Estado, la ríspida reestructuración de la deuda externa, el no al ALCA, la independencia respecto de los organismos financieros internacionales, las estatizaciones de las AFJP y del 51% de YPF, la posición firme frente a los fondos buitres y otras. Avanzaron con políticas de integración latinoamericana y de solidaridad activa con los gobiernos de la región en sus conflictos con países centrales del capitalismo y con desestabilizadores externos e internos. Realizaron una política de inclusión social financiada con retenciones a las exportaciones agropecuarias. Impulsaron una política de derechos humanos incluyendo juicios a culpables militares y civiles del terrorismo de estado. A su vez, el discurso público oficial, en el plano local y en el exterior, ha sido de reivindicación y difusión de lo actuado, de defensa del multilateralismo, de condena a la especulación financiera internacional, de rechazo a los programas económicos de ajuste contra los pueblos y a la intervención de los estados capitalistas poderosos en otros países. Realizaciones, actitudes y discurso público claramente progresistas y contrarios a la ideología neoliberal.

Por otro lado, las organizaciones sociales, sindicales, culturales y políticas que apoyan al gobierno, han construido un espacio político con cada vez más capacidad de convocatoria, organización y movilización, alrededor de ideas que están en sintonía con lo hecho y dicho por el gobierno. Entre otras características positivas, hay dos que se destacan en este espacio: La incorporación de una muy significativa cantidad de jóvenes a la militancia política, lo cual constituye una vivificante realidad actual y una gran esperanza para el futuro y la convocatoria de muchos intelectuales progresistas que participan como “intelectuales orgánicos” del campo popular en esa construcción.

Es un hecho trascendente e histórico que esa red plural de organizaciones progresistas de diversos orígenes -peronistas, marxistas, socialistas, radicales, intransigentes, humanistas y otros-, se viene constituyendo como movimiento sociopolítico, en lo que se denomina “Unidos y Organizados”, lo cual forma parte del espacio más amplio que es el Frente para la Victoria, donde conviven, entre otros, con una parte del PJ tradicional. Es de destacar que el tipo de movimiento socio-político-cultural en construcción en Unidos y Organizados favorece las formas de democracia participativa, lo cual constituye la mejor praxis para el desarrollo de la conciencia política y la disputa por la hegemonía cultural.

La producción de contra-hegemonía cultural, antineoliberal, pro integración latinoamericana y de caracter popular es quizás el más importante legado político del proceso iniciado en el 2003 y constituye la principal herramienta del campo popular para que el próximo gobierno, si es del FpV, no retroceda y se pueda intentar impulsarlo a profundizar el proceso, lo cual supondría afectar crecientemente los intereses oligopólicos locales e internacionales, que además están entrelazados.

Fuera del FpV no existe ninguna alternativa real de gobierno que pueda disputar con la derecha lo que está en juego y esta es para mí una razón suficiente para apoyar a ese espacio político en las elecciones de Agosto y Octubre; aun cuando, como muchos, hubiera preferido que alguien de trayectoria claramente progresista y comprometida, como por ejemplo un Jorge Taiana, encabezara la fórmula presidencial, pero es claro que eso estaba fuera de las posibilidades electorales reales.

*Carlos Mendoza, ingeniero, especializado en temas de economía política, escritor, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.

2 respuestas a “Kirchnerismo y hegemonía cultural”

  1. Excelente síntesis del momento político actual, producto de los procesos iniciados en 2003. Felicitaciones al compañero Carlos y al resto de los integrantes de Tesis 11 por la tarea intelectual desarrollada en cada una de las publicaciones de la revista.

  2. jorge schnitzer dice:

    Felicitaciones al Cro.Mendoza por su nota, la contra-hegemonía cultural que lidera el gobierno seguirá su ruta hacia el poder al margen de la actitud de la ultra izquierda siempre funcional a los poderes hegemónicos.Yo también prefería otro líder, en aquel momento Randazzo pero hoy acepto a Scioli, siguiendo la premisa “la única verdad es la realidad”.

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