JULIO MARENALES: “La política es el arte de hacer posible lo necesario”.

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Dossier: Uruguay (artículo 2 de 6).

Reportaje de Horacio Ramos*

Se reconoce, por la imagen, al viejo obrero de la construcción y a un uruguayo por su manera de expresarse, con sus dichos y esa sencillez natural que uno encuentra siempre en la otra orilla. Creció en la Juventud Socialista, a la que se incorporó en 1946, pero al tiempo comenzó a descreer del antiguo PS y se alejó. De pronto, aparece el Movimiento Cañero, del que Raúl Sendic era ya asesor jurídico, y Marenales  junto a otros compañeros, lo apoya en forma militante. Esa senda los llevó a fundar el MLN (Tupamaros) casi por casualidad, porque sólo aspiraban a solidarizarse con los cañeros y no crear una organización política. Pero la historia suele sorprender y, entonces, “pateó” el tablero.


¿Por qué no me explica un poco el origen del MLN (Tupamaros)?

En actitud solidaria con los cañeros había sindicatos, la Central de Trabajadores de ese tiempo, UGT, y, también, personas “sueltas”, como ser médicos, maestros, enfermeros e integrantes de algunos partidos políticos. Del PS habíamos varios compañeros, algunos del PC, la Federación Anarquista, el MIR(desprendimiento del PC); éramos una “fauna” de diversas  agrupaciones de izquierda. Seguidamente, al ver la durísima represión a que fueron sometidos los cañeros, que sólo pedían tierras para trabajar, empezamos a realizar una honda reflexión sobre la situación política de Uruguay. Un país que, ya en ese instante, tenía una inflación alta, gran conflictividad obrera y mucha represión. Existía un clima enrarecido y, al realizarse la Marcha Cañera, se la ataca violentamente. Al final entendimos que, en Uruguay, había terminado la hora de las palabras, porque quienes tenían que defender la democracia, la violaban. El pueblo ya decía que todos los políticos eran iguales y perdía su fe en ellos. Cuando uno indicaba que la izquierda tenía criterios distintos, replicaba:”porque están abajo; cuando estén arriba, van a hacer lo mismo.” Nosotros pensamos que hacía falta que la gente recuperara la fe, demostrándole que hay personas capaces de ser coherentes y que sostienen, en cualquier terreno, lo que piensan.

¿Ahí pasan a la clandestinidad y surge el MLN?

Claro. Si bien nosotros éramos todos legales, iniciamos la construcción de un movimiento clandestino. El único en esa situación era Raúl Sendic, porque en la última marcha cañera, al ir los trabajadores a protestar a uno de esos que se llaman “sindicatos amarillos”, desde el interior del local dispararon y murió una mujer. Pretendieron culpar a Sendic de ese hecho, quien, en consecuencia, se escondió, pasando a la clandestinidad.

¿En qué fecha nace, entonces, el MLN?

Luego de un largo camino, el MLN se funda en 1966, año del primer Congreso, y que nosotros llamamos Convención.

A partir de ahí, ustedes pasan a ser blanco de los militares…

Al principio, no. Tuvimos dos años de búsqueda, hasta que asume el gobierno de Pacheco Areco y ahí estuvimos a punto de desaparecer. Luego tuvimos un crecimiento, llegamos a la operación de Pando, donde mueren tres compañeros y caen prisioneros varias decenas, en el marco de una gran represión. Pero siempre se dio una paradoja con el MLN: por cada golpe fuerte que recibíamos, había posteriormente un crecimiento de la organización. Le decía que en diciembre del ’66 casi desaparecemos; después realizamos un importante trabajo político que llega hasta Pando, donde tomamos la ciudad. Nosotros
comenzamos a desarrollarnos bien en el ’67, ’68 y Pando en el ’69…

Si mal no recuerdo hicieron un velorio con cajón de muerto incluido…
Exacto, un cortejo fúnebre de la empresa “Martinelli”, que todavía existe.
¿Abrieron el cajón y allí estaban las armas?
Así es. Fue un duro golpe para nosotros, pero después crecimos notablemente, tanto que nos complicó, porque el aparato clandestino no podía absorber las incorporaciones. Entonces armamos la “Columna 70”, un escalón previo para ingresar al aparato, pero también fue insuficiente. Por lo tanto, diseñamos un organismo  político legal, el “26 de Marzo”, cofundador del Frente Amplio; al respecto, nosotros hablamos detenidamente con los abogados que iban a vernos al penal de Punta Carretas, y también dimos una lucha muy fuerte para que no se excluyera al Partido Comunista, porque esa era la idea de algunos sectores. Insistimos en la necesidad de establecer una unidad sin exclusiones, posición que mantenemos. La organización que  lo quiera, debe entrar al FA; más tarde, si la gente no la respalda, es otra cosa. Nosotros no le ponemos el veto a nadie.

 
¿Cuántos años estuvo en el penal de Punta Carretas?

Yo estuve ahí tres años y algunos meses… Pero, en total, me mantuvieron detenido dieciséis años.

En aquella recordada fuga de ese penal, ¿qué función cumplió?

Yo fui el primero en salir. Ahí está el túnel, en la maqueta que usted ve…(Nos muestra, hecho a escala, un perfecto diseño del penal y el túnel / HR). Escapamos 104 Tupamaros y 7 presos comunes.

¿Por qué fue el primero en salir?

Mi trabajo en el túnel, como le dije soy del gremio de la construcción, fue determinar la dirección y la profundidad y, a veces, escarbaba…Pero, fundamentalmente, debía orientar bien, sobre un plano realizado por el Ingeniero Manera y, después con la plomada, marcaba la dirección. Manera planificó todo, hizo una gran tarea.

¿Qué fue de la vida de él?

Y anda ahí… milita,  pero no como él quisiera por razones de salud. Pero anda por aquí, en la vuelta…Todavía estamos del “lado de arriba”.

En 1989 estuve en Montevideo cuando Tabaré fue elegido Intendente de la ciudad. El MLN ya estaba en el FA, por supuesto…

Y, fíjese que yo tuve que ir con traje y todo…Ocurre que venían personajes de todas partes y los compañeros me preguntaban: “¿Vos de traje?.”

¿Cuál es su opinión sobre lo realizado en  Montevideo desde 1989 hasta el presente?

En términos generales, muy diferente a lo efectuado por las intendencias anteriores. Pero nosotros pensamos que hay que modificar varias cosas; estos años nos han permitido tener una visión más acabada  de lo que hay que corregir y lo que debemos profundizar. Creemos que hay que hacer algunos cambios importantes; por ejemplo, la relación de la intendencia con los trabajadores, que no se ha terminado de manera adecuada. Hubo choque con los trabajadores y eso debemos corregirlo, urgentemente.

Y la gestión de Mariano Arana, ¿cómo la observa?

Es un compañero que tiene una fuerte inclinación tecnocrática y ése es su estilo de conducción; ahí discrepamos. Creemos que el enfoque debe ser político, aunque hay necesidades técnicas que requieren atención; pero “lo técnico” se debe subordinar a “lo político”. Le grafico con un ejemplo: en un momento crítico para el Uruguay, en el 2002, con una crisis en que casi caemos en “default”, el presidente Jorge Batlle puso en el ministerio de Economía a un político, a Atchugarry, que de economía debe saber como yo, muy poquito. Sorteó la crisis, y después volvió a poner un técnico. Necesitamos que a la cabeza siempre haya un político, apoyado por los equipos técnicos que se necesiten. Ahí discrepamos con el compañero Arana. No obstante, hay muchas cosas que no se saben de lo bueno que hizo Arana, como que hoy más de 400.000 uruguayos se atienden en las policlínicas del municipio, cuando eso correspondería al ministerio de Salud Pública. Es una decisión cardinal y casi desconocida por los frenteamplistas; además, el aval a los merenderos con leche y comestibles, es también digno de destacar. Ciertamente, el gobierno de Arana, no descuidó a los pobres.

 

 
¿Cómo se produce este desarrollo político del frentismo y la transformación del MLN en la primera fuerza de la izquierda?

Esto es un sendero largo…Se inicia en los albores del siglo XX con la formación de los partidos de izquierda. Tal vez comienza antes, a fines del siglo XIX con la inmigración española, italiana, francesa, los exiliados políticos de la vieja Europa. La izquierda tradicional, aunque era muy raquítica, aportó toda una serie de ideas a este camino.  Después, avanzado el siglo XX, el pueblo uruguayo siempre buscó en los partidos tradicionales a los sectores más liberales, menos conservadores. Pero la cosa no cuajó. Ahora, y no sólo por mérito de la izquierda, la gente ha decidido hacer un experimento. De ahí que nos encontramos con el apoyo, también, de sectores empresariales que no obtenían ayuda ni en los gobiernos que se suponía coincidentes con sus intereses. Ni a ellos los defendían.

Este grado de amplitud de ustedes es notorio, porque hemos leído por ahí que, inclusive, hay una secta umbandista que integra el Frente desde el MPP…

Sí, hay una secta umbandista  en el Espacio 609, extensión mayor de nuestro MPP, donde hay una “Columna Blanca”, una “Columna Colorada” y los umbandistas que comentamos. ¿Por qué ese escalón? Porque ellos toman los lineamientos políticos del MPP, los comparten, pero todavía no adquieren su perfil ideológico, porque el MPP se define como socialista, en el sentido que su lucha es por la Liberación Nacional y el Socialismo. Ellos en ese terreno no entran por ahora, pero sí aceptan en esta coyuntura los planteos políticos del MPP.

Y en este mojón de la historia uruguaya, ¿cómo lo ve a Tabaré?

Y lo veo como un hombre que va a tener que jugar un partido difícil, muy difícil. Deberá rodearse de equipos de trabajo y él lo podrá hacer por su formación científica; tiene, además, la personalidad necesaria para conducir el gobierno.

¿Es un desafío de envergadura para la izquierda?

¡Cómo no! Pero, ¡cuidado!, es un desafío más grande de lo que muchos creen, porque para mí, las fuerzas progresistas en todo el mundo han fracasado.

¿Por qué no me explica eso?

Mencióneme un sitio donde no han fracasado. Porque el fenómeno de Lula, Chávez e incluso la Revolución Cubana, son procesos que están ahí. Pero, en otros lugares tenemos: en Inglaterra, el laborismo, con los sindicatos adentro, terminó en Irak; en Francia, con el PS y los años de Miterrand, tuvo que salir desesperado a votar a Chirac porque de lo contrario ganaba Le Pen; en España, el socialismo le ganó a Aznar, pero si no fuera por el atentado en Atocha no sé si triunfaba. Así que, a pesar de nuestra trayectoria histórica, vamos a tener que trabajar muy duro, si no queremos caer en la lista que antes señalé. Por eso, el desafío es tremendo, en serio, es tremendo.

Para ir redondeando, la dirección tupamara, ¿cómo ve el presente y el futuro de Uruguay?

Lo vemos como proceso. Lo he dicho más de una vez y a muchos no les gusta. Para nosotros esta circunstancia es muy significativa, pero considero que es sólo una etapa, porque nosotros trascendemos esto que va a ocurrir mañana, 1° de marzo de 2005. Vamos más allá, queremos acumular para cambiar esta sociedad. Nosotros seguiremos haciendo lo que siempre hemos manifestado: relacionarnos con otras fuerzas a nivel continental. Es decir, no sabemos qué porvenir tiene esto por el grado de dependencia que tenemos; hasta cuándo podemos realizar nuestro trabajo y desarrollar un capitalismo nacional como hizo Perón, ¿no es cierto? Porque estamos en eso, digamos la verdad; queremos refundar un aparato productivo que es capitalista. Bueno, ¿hasta cuándo podremos hacerlo? Es un tema teórico que, modestamente, estamos tratando de analizar. Pero, y lo digo para todos los pueblos de América Latina, si queremos transitar nuestros propios caminos debemos tomar la soberanía en nuestras propias manos; de lo contrario, no podremos.  Y solos, menos todavía. Lo tomamos en todo el continente o no podremos.

Desde esta orilla hermana, ¿cómo ve a nuestro presidente Néstor Kirchner?

Yo lo veo como un fenómeno extraño. ¿Por qué le digo esto? Porque si observo lo que realizó como gobernador de Santa Cruz, es un neoliberal. Pero, ahora, hizo cosas que me llamaron la atención; debe tener el respaldo de sectores de Argentina que han entrado en contradicción con los intereses transnacionales. No conozco en detalle, pero me pregunto,¿de dónde saca la fuerza para hacer lo que hace? Además, deben existir situaciones nacionales muy particulares; por ejemplo, el descabezamiento del Ejército, la Fuerza Aérea, la Corte Suprema, ¡ y cómo lo hace! Por eso, digo, algún auxilio debe haber, porque en otro tiempo le hubieran cortado la cabeza.

Le recuerdo la actitud inédita frente al problema de los Derechos Humanos…

Claro, ahí está. Sin embargo, en lo económico, está por verse si se consolida este rumbo. Kirchner tiene gestos que, realmente me sorprenden, si comparo con lo que hizo como gobernador. Ojalá que la cosa siga; ahora, nosotros, no creemos en las acciones individuales. Es decir, ¿qué organismo político, con un proyecto o propuesta, sostiene a Kirchner?. ¿Lo tiene? Si me permite, le dejo planteada la pregunta.

Nosotros, los Tupamaros, hemos llegado a la conclusión que ese refrán que dice “la política es el arte de lo posible”, sólo conduce al pozo del “posibilismo”. Y no es así. Hay que hacer el esfuerzo de ir más allá; por eso, un compañero nuestro, Eduardo”Bicho” Bonomi, designado ministro de Trabajo por el FA, entendió que teníamos que darle otro carácter  y profundizar más la frase, diciendo: “La política es el arte de hacer posible lo necesario.” Me parece una expresión magistral.

*Horacio Ramos, periodista, escritor, miembro del Consejo de Redacción de Tesis 11.

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