Inédita irrupción socialista en el Congreso de EE. UU.

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Dos nuevas representantes a la cámara se impusieron como los símbolos de un movimiento de fondo que surgió, al lado político opuesto, como respuesta a Donald Trump. Una ola progresista que viene empujando el Partido Demócrata hacia la izquierda.

‘Socialismo’, una palabra un tanto insultante para los republicanos como para buena parte de los demócratas. No obstante, dos mujeres triunfaron en estas elecciones de medio término bajo la bandera de esta corriente, sacudiendo a los viejos esquemas políticos.

Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), fruto de la unión entre un padre del Bronx y una madre puertorriqueña, era hasta hace poco una trabajadora precaria que acumulaba tres empleos en Nueva York y ascendió a ser, con sus 29 años, la congresista más joven del país. Por su parte, Rashida Tlaib es una abogada que nació en Detroit en una familia obrera de origen palestino.

Ambas arrasaron con los votos de sus circunscripciones, respectivamente con el 78% y el 88,7% de los sufragios. Además de ser símbolos a través de sus trayectorias, representan la llegada de nuevas posturas en el seno del poder legislativo estadounidense.

Una ola ideológica nueva que creció en paralelo a la de Trump

Unas posturas que han venido creciendo en el transcurso de los últimos años, a medida que se hacía más evidente la desbandada de los líderes demócratas frente a la estrategia de Donald Trump.

Salario mínimo a 15 dólares la hora, cobertura sanitaria universal, igualdad de género, defensa de la escuela pública, derecho a una vivienda, son algunos de los temas que defenderán las congresistas frente a sus colegas. Un renuevo ideológico en el escenario nacional que fue impulsado con la candidatura de Bernie Sanders en las primarias demócratas de 2016.

El senador que se declara ‘socialista’, consiguió en ese entonces más de 13 millones frente a Hillary Clinton, quien fue derrotada por Trump. Frente a su respaldo popular y bajo la necesidad de formular soluciones en medio del impacto que suscitó la llegada del magnate inmobiliario a la Casa Blanca, Sanders y sus aliados negociaron reformas a las reglas del partido, a favor de una mejor integración de estos nuevos componentes progresistas.

El primer resultado se sintió en los escrutinios internos que se realizaron a raíz de las elecciones de medio término, en las cuales 42 miembros del partido Socialistas Democráticos de América (DSA) se impusieron.

Un movimiento de fondo en fase de asentamiento

Una formación cercana a Sanders y a la que pertenecen Alexandria Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib, además del Partido Demócrata. Estas llegadas al Congreso constituyen una pequeña revolución para este recinto de las izquierdas estadounidenses fundado en 1982.

De hecho, el DSA ha presentado un vertiginoso crecimiento en el último periodo, pasando de menos de 6 mil afiliados en 2010 a 45 mil en julio pasado y el triunfo de las dos representantes es solo la punta del iceberg de su alcance en la esfera pública. Menos mediatizados, el medio término es también la ocasión para elegir a representantes en los Estados, jueces y diversos cargos locales, puestos en los cuales también se posicionó el partido.

El avance sigue modesto para los socialistas de Estados Unidos, pero implica ya un cambio en el debate político. Las posiciones centristas de los líderes demócratas tradicionales fueron sacudidas por varias nuevas figuras que confluyen en una misma visión del progresismo, como el caso de Ilhan Omar, la primera congresista americano-somalí, quien defiende una línea programática parecida a la de sus colegas socialistas.

Inspirada por el terreno, con las diferentes huelgas en las empresas de comida rápida, entre otros fenómenos, la campaña de estos actores emergentes fue masivamente respaldada por sindicatos.

Este movimiento de fondo cuestiona también la redistribución de las riquezas en la potencia mundial a través de la imposición del “1% más rico” simbolizada con el potente Wall Street. En plena época de prosperidad económica reivindicada por Trump, estos nuevos actores procurarán ser la voz de los olvidados.

(en la imagen la candidata demócrata al Congreso de los Estados Unidos, Rashida Tlaib, en un mitin de campaña en un sindicato en Detroit, Michigan, Estados Unidos, el 4 de noviembre de 2018 – © Rebecca Cook / Reuters).

Texto por Tristan Ustyanowski

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