Entrevista a Norberto Galasso

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HORACIO RAMOS * Entrevista a Norberto Galasso

La verdad histórica al servicio de nuestro pueblo La coyuntura política argentina en el contexto de la crisis capitalista mundial.

Norberto Galasso no necesita presentaciones. Es, seguramente, uno de los historiadores más destacados de nuestro país, ya que su larga lucha por descubrirnos la raíz de nuestros orígenes y revelarnos lo acontecido en la Patria desde su creación como Estado independiente, le han valido el reconocimiento de todos aquéllos que sueñan un país a la medida de las necesidades de nuestro pueblo. Asimismo, sus obras rescatan permanentemente los combates por la búsqueda de un horizonte compartido con quienes, en la Patria Grande, aspiran concretar el ideario emancipador que enarbolaron San Martín, Bolívar, Tiradentes y José Gervasio de Artigas.

De ahí que en este momento tan complejo, pero a la vez eminentemente esperanzado que nos toca vivir a los
americanos del sur, pensamos que sus opiniones adquieren una significativa importancia para los argentinos
de este tiempo.
T11: –Días difíciles para el mundo, donde se derrumban antiguos paradigmas como castillos de naipes, frente a los ojos azorados de millones de seres humanos.
¿Época de cambios o cambio de época, como suele repetir el presidente de Ecuador, Rafael Correa?
Norberto Galasso: – Hace tiempo que los analistas más lúcidos y no comprometidos con los poderosos anunciaban que el sistema capitalista mundial, con eje en los Estados Unidos, tenía los pies de barro: déficit del presupuesto estatal, déficit de las cuentas externas, empapelamiento del mundo con dólares sin respaldo, desorbitado presupuesto militar y otros vicios graves que permitían al consumidor norteamericano vivir a expensas del resto del mundo, mientras se inflaba una burbuja financiera cuyos valores eran altamente superiores al PBI mundial.

Tarde o temprano debía producirse el colapso y hoy sólo atinan salvar a los Bancos y especialmente a los ejecutivos de los Bancos mientras se desmoronan todos los mitos con que nutrieron los medios de comunicación de todos los países. El cimbronazo es muy fuerte y aunque, más allá de nuestros deseos, el
capitalismo no se va a hundir bruscamente, la herida es profunda y les costará mucho restaurar el equilibrio
inestable de un sistema basado en la explotación de los demás.

– ¿Cómo observás a nuestro país, todavía no tan salpicado por la crisis global, pero sí inmerso en un proyecto estratégico que lo integra a la actual realidad de América del Sur?
– Mientras tanto, la Argentina enfrenta los efectos de la crisis mundial en mejores condiciones que en otras oportunidades. Si bien la caída de los precios de nuestras exportaciones complicará nuestra balanza de pagos -sobre la cual sigue pesando lamaldita deuda externa producto de una estafa financiera-hasta ahora hemos ido capeando la situación con menor desocupación que otros países de la periferia.

Como en toda crisis del sistema mundial, tenemos la oportunidad (como en las dos grandes guerras del siglo XX) de generar un camino propio y en este caso, ya están dadas las bases de una política de unión latinoamericana cuyo destino es insoslayable: Banco del Sur, empresas energéticas latinoamericanas, mercado común ampliado e inclusive comité de defensa latinoamericano que impediría cualquier intento
expansivo del imperialismo sobre cualesquiera de nuestros países, pues pondría en guerra a toda la Patria Grande. Ya la acción del UNASUR frustró el golpe contra Evo en Bolivia y la Argentina jugó allí un rol importantísimo.

– Este conflicto con el empresariado agropecuario (especialmente el «sojero») que arranca en los primeros meses del año pasado, apoyado por la red privada de medios y una oposición iracunda que no tiene límites, ¿qué opinión te merece?
– Una vez más, «las vacas» pretenden gobernar a la Argentina. La clave de nuestra historia-la renta agraria diferencial en pocas manos- aparece de nuevo como eje del enfrentamiento entre las minorías y el resto de los argentinos. Los medios de comunicación concentrados, vinculados a empresas yanquis, así como la oposición, donde ha reverdecido el gorilismo, confluyen con la Mesa de Enlace Agropecuario en su arremetida contra el gobierno. Al principio, esta presión asumió rasgos corporativistas pretendiendo que un sector económico discuta de igual a igual con el gobierno elegido por el pueblo, pero a medida que se acentuó el enfrentamiento fue tomando un perfil netamente político, «desgastar al gobierno» o lo que Carta Abierta llamó «clima destituyente».

Los que hundieron al país en la deuda externa y la desocupación desde 1976, quieren regresar al poder y es imprescindible que el gobierno profundice su política económica y social para movilizar al pueblo impidiendo el retorno de las fuerzas reaccionarias. – Leyendo tus artículos que titularas «El enemigo principal» y tu polémica con Luis Brunati, me trajeron a la memoria aquella frase de Saint – John Perse, «cada cosa debería habitar su verdadero nombre». Porque creo que algunos intelectuales vuelven a cometer los viejos errores
que lograron separarlos de los sectores populares, en momentos de la historia semejantes al actual.

Te invito a que reiteres tu reflexión sobre este tema.
– La polémica que entablé con algunos compañeros de Proyecto Sur tuvo por objeto alertarlos para que sus críticas al gobierno (que en algunos casos comparto) no resultasen funcionales a la derecha. Por eso insistí en dos o tres cuestiones que son básicas para actuar en política sin cometer graves errores: saber dónde está el enemigo principal, distinguir al aliado posible, con disidencias laterales, del enemigo principal, con disensos frontales y saber cuál es la correlación de fuerzas entre el campo popular y el oligárquico para trazar una táctica adecuada al momento y la lucha que se da hoy, con menos fuegos de artificios y mayor construcción política desde abajo.

No se trata de olvidar los objetivos estratégicos pero se trata de no confundir -y perdonen el exotismo- 1905 con 1917 en el imperio de los zares. Golpear juntos, marchar separados fue la orientación de Lenin a sus compañeros. Aquí no se trata de ingresar al kirchnerismo y tragarse sus sapos (desde Rico hasta algunos
intendentes siniestros) sino de cabalgar a su lado, exigiéndole profundizar los cambios, y claramente en contra del gorilismo reverdecido.

* Escritor, integra el Consejo de Redacción de «Tesis11».

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