De Perón-Evita a Néstor y Cristina

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Revista Tesis 11 (nº 118)

(Argentina)

Oscar Expósito*

Han pasado poco más de 71 años desde el mítico 17 de octubre de 1945.A lo largo de esos años se han producido importantísimos cambios históricos en nuestro país y en el mundo. Hasta tal punto que las teorías sobre el cambio social acusan el impacto y lleva a repensarlas y también a evaluar qué parte de ellas tienen vigencia.

La derecha en el poder

En el caso particular de nuestro país, el retorno de la derecha más extrema a  finales del año pasado en nuestro país y su correlación con Latinoamérica nos invita a pensar en un final de ciclo.

Que la derecha más reaccionaria logre el poder en nuestro país por la vía electoral era un hecho político impensado hasta no hace mucho tiempo.

Esta circunstancia provoca la lógica reacción en los pensadores del campo nacional y popular en torno a los caminos y métodos a seguir para enfrentar a las decisiones de un gobierno que ha demostrado estar ubicado en el ángulo más reaccionario que podíamos imaginar.

Nos parece oportuno analizar  la realidad de nuestro país incluyendo dos referencias bibliográficas que nos parecen apropiadas.

Una es el artículo de Garcia Liniera publicado en Rebelión: Derrotas y victorias (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=209768) que el gran pensador latinoamericano ha escrito a propósito de la derrota del gobierno de Evo en el reciente plebiscito. La segunda referencia es el artículo publicado en Pagina 12 : Tres estrategias para la oposición de Gerardo Adrogué y Alejandro Grimson/ (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-295656-2016-03-29.html)

El trabajo de Liniera además de aportar importantes reflexiones sobre las causas de la derrota aporta una serie de ideas muy apropiadas para pensar la etapa actual de Latinoamérica en general y nuestro país en particular.

En su análisis retoma un texto de Marx que resulta oportuno citar para nuestra realidad actual. Dice Liniera;

“Y es que las revoluciones avanzan porque aprenden de sus derrotas o, en palabras de Carlos Marx, las revoluciones sociales “se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado para comenzar de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que solo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: ¡Aquí está Rodas, salta aquí!”.

Y este es un buen punto de partida para repensar nuestra cotidianidad. Una de las ideas se refiere al impacto que las políticas de los gobiernos nacionales y populares tuvieron al interior de las estructuras sociales de nuestros países.

El cambio económico que permitió el ascenso social de los sectores tradicionalmente postergados, el mejoramiento de su situación económica, sectores que de la pobreza pasaron a la clase media con toda la justicia que el proceso encierra, generan un “desclasamiento y reenclasamiento social, que modifica toda la arquitectura de las clases sociales”.

Agreguemos que no solamente es el fenómeno del ingreso personal, debemos agregar el acceso a bienes culturales y materiales que implican un cambio de la percepción de la realidad cotidiana. Además y como hecho muy importante es el apoderamiento del aparato mediático  por las grandes corporaciones.

Hasta tal punto que hoy podemos considerar que los tanques de los antiguos golpes de estado han sido reemplazados por la artillería mediática. Esta circunstancia por más que conocida debe ser debidamente ponderada especialmente considerando el dominio absoluto que el gobierno macrista instaló sobre los medios.

Se trata entonces no solamente de cambios en la estructura de clases, de su ideología, se trata también  de cambios culturales debidos a la creciente penetración ideológica del amo imperial.

Al respecto reflexiona Liniera: “La fortaleza de un proceso revolucionario radica en instaurar una matriz explicativa del mundo en medio de la cual las personas, las clases dominantes y las clases dominadas, organizan su vida cotidiana y su futuro.”

Y agrega “Durkheim llamaba a esto las estructuras del conformismo moral y conformismo lógico de la vida en común.”

De allí que el bloque hegemónico se consolida como tal cuando el  bloque social dirigente es capaz de conducir activamente estas estructuras.

A través del monopolio mediático la llamada “patria zocalera” fue construyendo una realidad virtual que se viralizó a través de las llamadas redes sociales. Con el agregado que no solo dispone de los medios, también de numerosos equipos de especialistas en manipular la información.

Desde el campo popular será necesario plantear un desarrollo de múltiples redes sociales de información que denuncien las mentiras de los activistas al servicio de las corporaciones.

  1. Tres estrategias

Por su parte el artículo de Gerardo Adrogué y Alejandro Grimson, argumenta que aparecen  tres estrategias diferentes para enfrentar al oficialismo desde el campo popular.

Rechazan, en primer lugar el diagnóstico simplista que supone al macrismo como una experiencia de corto plazo, que solamente es una herramienta para “rapiñar recursos públicos” en beneficio de las grandes corporaciones, que “solo busca devolver a las grandes corporaciones y al capital concentrado los beneficios perdidos durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.”

Según este razonamiento, una vez cumplido su propósito el macrismo declinaría en su importancia política y electoral. Su caída sería “automática”

Sostienen los autores que el proyecto no es de corto plazo, de ser así gran parte de su cometido lo habría logrado en los primeros meses de gobierno. Consideran  que el propósito fundamental de este proyecto es instalar el modelo neoliberal a largo plazo con todas las implicancias que ello implica.

El dominio del poder económico, más el mediático, más el judicial a lo que debemos agregar las mayorías legislativas logradas en base a la traición de los legisladores del FpV parece darles, lamentablemente, la razón.

En resumen este es el proyecto de generar una nueva distribución regresiva del ingreso en base a una matriz que permanezca en el tiempo.

Refieren también la gestión al frente del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la que fueron eficientes en el manejo de la publicidad y el marketing político con el que ocultaron las serias deficiencias que padece una ciudad.

Debemos agregar la hipocresía del macrismo al apoderarse de valores entrañablemente defendidos por la mayoría de nuestra sociedad con el tema derechos humanos, que aparentan defender, pero al que paulatinamente van vaciando de contenido y desestructurando los equipos oficiales que atienden el tema.

Respecto al progresivo desgaste del macrismo sostiene que no es razón suficiente para asegurar su caída. “Nada es mecánico en política” afirman

Los autores descartan tanto la estrategia negociadora con el macrismo como la posición “jacobina” de rechazar alianzas con aquellos que no fueron acérrimos defensores del kirchnerismo.

La tercera estrategia se conforma a partir de la formación de un amplio frente anti-neoliberal articulando diversidades y sin pérdida de las respectivas identidades.

3.- La nueva etapa

De las consideraciones que anteceden, de los cambios profundos en nuestra sociedad en los últimos doce años, de la derrota electoral por un escaso margen, de la topadora macrista arrasando con las conquistas logradas durante ese período, de ese panorama deberá surgir la respuesta popular.

El camino para lograr un amplio frente opositor al macrismo no es sencillo, pero hay que construirlo.

Nestor y Cristina tomaron lo mejor de las experiencias de lucha de los últimos 71 años, del peronismo, y también de algunas de las reivindicaciones históricas que ya fueron planteadas en los programas de La Falda (1957), de Huerta Grande (1962), del 1º. De Mayo (1968), etc. jalones históricos  producto de innumerables luchas populares de todo el período y que se integran con la columna vertebral de nuestra democracia: la lucha de madres y abuelas y de los organismos de derechos humanos.

Del nuevo panorama latinoamericano rescatamos a los líderes que aún detentan el poder político que soportan un embate afondo de las corporaciones.

En nuestro país nos queda  Cristina que decidió encabezar la construcción democrática que nuestra sociedad necesita. Por debajo de ella habrá que barajar y dar de nuevo.

Es sin duda un nuevo ciclo, la coyuntura política le ha permitido a las corporaciones hacerse del poder en Argentina y avanzan con distintas estrategias en los distintos espacios de nuestra Latinoamérica.

Su propuesta de la construcción de un Frente ciudadano es un llamado a los amplios sectores sociales que defienden y adhieren al programa nacional y popular.

Tal vez la definición de “ciudadano” surja como excesiva. Ciudadanos los hay, y no pocos, que no serán bienvenidos… por eso será necesario definir los proyectos, las propuestas que impulsen programas donde la justicia social, la soberanía política y la independencia económica sean los pilares de la reconstrucción del proceso político.

En base a falsas argumentaciones propaladas hasta el infinito por un poder mediático de enorme potencial se arrastró a un sector importante de nuestro pueblo a apoyar al proyecto más reaccionario y antipopular que podíamos imaginar.

Resulta preocupante que una nueva debacle económica producida por la avalancha neoliberal induzca a sectores de nuestro pueblo a, nuevamente, descreer de la política, al “que se vayan todos”, a quebrar la posibilidad del crecimiento democrático, solidario, popular.

Es la hora de proponer, de insistir en la necesidad de reconstruir una democracia plena, participativa, en conjunto con los diferentes sectores sociales, sin sectarismo, a través del consenso en el barrio, en el lugar de trabajo, etc, difundiendo propuestas, discutiéndolas por las redes sociales y por todos los medios a disposición. Ese será el camino popular para desarmar el enorme aparato mediático que usa el enemigo del pueblo.

Tienen el Poder ejecutivo, buena parte del Poder Judicial, en base a los tránsfugas se apropiaron de parte del poder Legislativo…con las corporaciones, son la avanzada del sector más reaccionario que viene nuevamente por la Argentina, por América Latina…solamente una articulación férrea de las fuerzas democráticas, de las organizaciones sociales, sindicales, barriales, estudiantiles, podrá detenerlos.

* Oscar Expósito, economista, colaborador de Tesis 11.

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